«Si hay personas violentadas, hay personas con menos capacidad para desarrollarse e sociedad”, advirtió Maribel Gálvez, especialista en materia de derechos humanos y participación ciudadana.
La Vicaría Pastoral Social y de los Trabajadores conmemoró este jueves el día de la no violencia contra la mujer con una liturgia encabezada por el vicario Rodrigo Tupper, la cual se llevó a cabo en la Casa de Acogida Santa Ana, que desde 2008 atiende a quienes han sido víctimas de este flagelo.
“La violencia vulnera todos los derechos, disminuye las habilidades sociales, las capacidades sociales para ser un promotor de creación de derechos. Porque los derechos es un hecho social, si hay personas violentadas, hay personas con menos capacidad para desarrollarse e sociedad”, dijo Maribel Gálvez, especialista en materia de derechos humanos y participación ciudadana.
Agregó que “frente a eso es importante incentivar conocimientos para detener la violencia. Las mujeres cuando tocaron fondo fueron a denunciar y algunas dijeron ‘yo soy persona también’. Al darse cuenta de eso, lo que se activa es la defensa porque van a denuncian al agresor y esa es la primera acción de persona y después viene todo el tema del cuidado”.
Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) este tipo de violencia es la principal causa de muerte para mujeres entre 15 y 44 años, más que el cáncer y los accidentes de tránsito.
En tanto, de las denuncias por violencia intrafamiliar recibidas por Carabineros durante 2010, en el 81% de los casos la víctima fue la mujer. Mientras que la encuesta nacional de Victimización del Ministerio del Interior, dice que el 35,7% de las encuestadas plantea haber sido víctima de violencia por parte de su pareja o ex pareja en algún momento de su vida, es decir una de cada tres mujeres.
El día de la no violencia contra la mujer se conmemora desde 2008, cuando se cumplieron 30 años desde la realización, en noviembre de 1978, del Simposio Internacional Sobre Derechos Humanos que encabezó el cardenal Raúl Silva Henríquez, luego que la Iglesia de Santiago decarara 1978 como el Año de los Derechos Humanos.
“Chile vivía duros momentos, y era más urgente que nunca un espacio para reflexionar en profundidad sobre los derechos del hombre. ‘Todo hombre tiene derecho a ser persona’ fue el lema del encuentro que hasta el día de hoy se recuerda”, dijo Tupper.
