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Cómo varía la sexualidad de los chilenos de Norte a Sur

Sol Iturriaga
Por : Sol Iturriaga Redacción El Mostrador
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Se piensa que la vida sexual se vive de la misma manera en todas partes, pero no es así. Los chilenos tenemos comportamientos que la latitud va cambiando, impulsos que se modifican según el clima y la cultura. Un moldeamiento silencioso que se diferencia según las zonas geográficas campo-ciudad.


El sexo en el norte

Christian Thomas, médico terapeuta sexual y director del Centro de Estudios de la Sexualidad (www.cesch.cl), señala que “el norte está muy influenciado por las culturas de los países vecinos, por Perú y Bolivia. La sexualidad en general se vive de una forma más carnavalesca: las vírgenes, las celebraciones son más de carnaval. Hay una cosa más abierta, las distancias son más amplias, hay más luz, y eso los condiciona. La luz es fundamental en el funcionamiento del cerebro y de la sexualidad. Además, la ropa es más liviana”.

El Dr. Mauricio Salas Sironvalle, urólogo, sexólogo y magíster en psicología clínica de la UAI, señala el caso de una mujer de Calama a quien le hicieron una panhisterectomía, por lo que le sacaron los ovarios y el útero. La mujer perdió lubricación y deseo sexual, debido a la violenta caída de estrógenos. Este problema afecto además a la pareja y a la relación de ambos. “En este caso se debe hacer un tratamiento integral con la pareja, basado en el modelo biopsicosocial, no solamente un reemplazo hormonal sino que una psicoterapia de apoyo a ambos integrantes de la pareja, para resolver esta dificultad relacional y los atascos originados por el problema inicial”, aconseja.

Jaime Barrientos explica que “estudios recientes han centrado su atención en cómo algunos rubros -como la minería- generan condiciones particulares para la vida sexual y afectiva. El trabajo por turnos, la lejanía de las familias, la proporción de migrantes de una ciudad a otra generarían condiciones de vulnerabilidad frente a la sexualidad. En el norte del país, hay una proporción importante de mujeres que migran de otros países hacia esa zona, o que desde otras zonas de Chile van hacia el norte, en busca de mejores oportunidades laborales. Algunas ejercen el comercio sexual de modo explícito y otras de forma implícita”. Christian Thomas agrega que “el norte es de rudeza, mineros, amores ocasionales, de  putas. La infidelidad es más propicia como falsa ilusión ante la soledad de hombres y mujeres”.

El centro y las grandes ciudades

La psicóloga Carmen Gloria Fenieux, directora del Centro de Sexualidad, afirma que “en ciudades más grandes como Santiago, tengo la impresión que la sobrestimulación laboral, el consumismo, la tendencia perfeccionista y de rendimiento, deja poco espacio a la privacidad y la intimidad, y las parejas -incluso las jóvenes- tienden a dejarse poco espacio para ello, lo que con el paso del tiempo va corroyendo la relación amorosa. Por alguna extraña razón los chilenos a pesar de que hablamos más de sexo, no parecemos más activos al momento de  buscarlo más consistentemente”.

[cita]Entonces empieza a emerger una historia que ella desde muy pequeña fue abusada por su padre y por dos de sus hermanos. Ella es del interior de la X región y nunca puede encontrar a su madre para poder confiarle esto. Si en alguna oportunidad ella le fue a decir “te quiero contar algo”, la madre le respondió “no me vengas con cahuines”.[/cita]

Mauricio Salas opina que “en las grandes ciudades, las personas están sometidas a factores estresores, como las largas jornadas laborales, tiempo de transporte desde sus hogares a  lugares de trabajo y viceversa, lo que deja menos tiempo a la sexualidad y puede provocar por ejemplo una falta de deseo”.

En Santiago, existe el caso de un hombre de 35 años, con profesión universitaria, que consulta al Centro de Estudios de la Sexualidad, porque desea mejorar la relación que él tiene en las relaciones de pareja. Se encuentra muy rígido. Un poco cuadrado, le cuesta soltarse. Su relación de pareja desde hace un año es un poquito monótona, por lo que se desmotiva y pierde la erección. Uno de los motivos importantes en la ciudad que está ocurriendo es la pérdida de la erección en los hombres. Y cuando ella le pide hacer cosas nuevas, él se motiva un poco más, pero su rigidez no le da y le cuesta mucho enfrentar esta nueva petición de la pareja.

La pareja también es profesional universitaria Y tienen la historia típica: varios hermanos, una relación con los padres que no fue buena, un ambiente relativamente tenso, con peleas entre los padres, fundamentalmente de tipo económico. Además existía entre los padres una diferencia sociocultural: el padre era de clase obrera y ella de clase media un poquito más acomodada. Se conocieron, pero las restricciones del dinero de los padres, los llevan entonces a chocar frecuentemente.

El vive hasta los 30 y tantos años con los padres. Desde hace un par de años vive solo. Conoce a esta niña, están en una especie de convivencia, donde ella a veces se queda a alojar. Pero él se siente rígido, poco tolerante. Poca experiencia sexual, y ella también siente que tiene poca experiencia. Entonces él consulta por una terapia individual porque quiere solucionar el problema. Y esto es lo que se está empezando a ver en la ciudad: hombres que van solos. Las mujeres siempre han ido a pedir apoyo, son mucho más proclives a asistir a apoyo psicológico y terapéutico.

En cambio en las zonas rurales es muy raro que el hombre vaya solo, en el sur sobre todo. Y él hace esta terapia desde hace un año y avanza mucho en modificar sus esquemas de pensamiento. Incorpora a su pareja a la terapia y empiezan con actividades nuevas que estaban fuera de los cánones, como por ejemplo ir a un club swinger… no  a practicarlo, sino ir a tomarse un trago y participar de este ambiente en libertad. Y empiezan a tener una práctica sexual que va acentuando el aprendizaje entre ellos y hoy tienen una muy buena relación de pareja. Los dos siguen en terapia, porque quieren seguir aprendiendo, conociéndose más e ir modificando ciertos esquemas de comportamiento.

Este caso muestra cómo el hombre con una patología de la ciudad (la pérdida de la erección) va a consultar solo, incorpora a la pareja y accede a actividades que no están en regiones, salvo en grupos swinger muy privados. En definitiva, se van incorporando a una sexualidad de las ciudades, los tríos, los swinger, la inclusión de películas pornográficas, objetos, juguetes eróticos… que ilustra que la sexualidad en la ciudad es distinta a las regiones.

El sexo en el sur

Christian Thomas dice que la sexualidad en el sur está muy influenciada por la cultura mapuche. “En el sur hay por el mismo clima un opacamiento. Algo más frío, más distante y melancólico. Me produce una cierta tristeza cuando converso con la gente en el sur”, y agrega que “el sur es más endogámico y hay mucho incesto, especialmente en Chiloé”.

Una chica consulta el año pasado, a los 35 años, por problemas de impulsividad, incluso de autoagresión. Sufre de mucha dificultad para dormir y le cuesta mucho establecer relaciones de pareja estables. Conoce a un hombre, está con él,  pero de pronto le nace estar con otro muy impulsivamente. Y se mete con otro, etc. Ella trabaja de empleada doméstica. Tiene ciertas ideas un poquito descabelladas, casi medias delirantes de pronto, con respecto a ella, a su cuerpo… ideas como sentir tanta rabia por algunos hombres que los podría matar. Y piensa cómo lo haría. Entonces le asustan esas ideas.  Esta situación le impide armar una relación afectiva estable.

Tomó un antipsicótico para bajar la impulsividad y empieza a funcionar mucho mejor. Sigue con su trabajo, porque estaba también en riesgo de perder el trabajo. Entonces empieza a emerger una historia que ella desde muy pequeña fue abusada por su padre y por dos de sus hermanos. Ella es del interior de la X región y nunca puede encontrar a su madre para poder confiarle esto. Si en alguna oportunidad ella le fue a decir “te quiero contar algo”, la madre le respondió “no me vengas con cahuines”. Entonces la vida se vuelve tan intolerable que a los 18 años decide irse del sur y se va a Santiago en bus. Y al llegar a Santiago empieza a vagabundear un poco y finalmente logra encontrar pega en una fuente de soda, y termina trabajando de empleada doméstica desde hace ya muchos años. En forma estable, incluso puertas adentro. Y tiene un buen nivel económico, digamos gana unos 300 mil pesos. Lo interesante es que ella no logra cortar el cordón con la familia. Y prácticamente toda la plata la manda al sur.

Tiene sólo un día libre a la semana, conoce al tipo que reparte el gas, etc. Ya tiene 35 años y no logra armar una relación estable. Trabaja mucho para, por ejemplo, comprar en Navidad muchos regalos y partir con ellos al sur. Y volver al día siguiente con una sensación de vacío tremenda. No sabe por qué partió con esos regalos, por qué se gastó 500 mil pesos… volver a ver al padre, a la madre… a sus hermanos que ya están casados. Entonces está trabajando todavía este tema del abuso con una de las terapeutas del Cesch y ha empezado a cortar la relación con los padres, a sacar la rabia, porque no poder armar relación de pareja con los hombres tiene que ver con la absoluta desconfianza hacia los hombres. El abuso la lleva a tener una estructura casi psicótica. Y por eso está todo el tema de la autoagresión, de las ideas delirantes, que la tenían desajustada y con los antipsicóticos bajó la impulsividad y ha podido funcionar bastante bien.

Este caso revela esta sexualidad del sur, señala Christian Thomas, “esta cosa que se da, que se tolera, que está dentro de los secretos de la familia”. Cuenta la historia de una chica de 15 años de la XI región, cuyos padres quisieron unirla a un huaso de buen pasar económico. La PDI detuvo al huaso, con lo que el Estado entró en el tema. Hoy de a poco el Estado entra en los temas relacionados con la sexualidad.

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