Explicó que la baja popularidad del gobierno de Piñera se debe a que “ha perdido sustento en sus propios partidarios y eso es porque no ha seguido una línea política coherente. Si se va a gobernar con ideas ajenas para obtener un 26% de apoyo, yo prefiero gobernar con nuestras ideas y quedarme con el 36%”.
El senador de la UDI, Jovino Novoa, analiza la situación política que enfrenta el gobierno en el último tiempo, afirmando que la baja que tuvo en la encuesta CEP se debe a una falta de coherencia en su discurso, agregando que da la impresión que el Ejecutivo “le interesa contentar a la izquierda más que llevar a cabo su programa”.
En entrevista con La Tercera, Novoa dijo que la cifra dada por la encuesta CEP, de un 26% de apoyo al Presidente Sebastián Piñera no le sorprendía, explicando que son muchos los factores que inciden en esta caída siendo el principal el tema de la educación, el cual cree que es un tema legítimo de demanda de la juventud, pero que ha sido “instrumentalizada políticamente y que el gobierno perdió esa batalla”.
Agrega que “el gobierno permitió que el tema del lucro, que es una mera consigna, se generalizará. No salió a enfrentar banderas absurdas como estatizar empresas o estatizar la educación. El gobierno no se atrevió a enfrentar eso”.
Asimismo, estima que existe “algo raro en el gobierno” respecto a que no fijara una posición frente al lucro, añadiendo que “no ha marcado (el gobierno) una línea distinta de la Concertación, no ha marcado una idea más propia respecto de lo que esperaba la gente de un cambio y con eso, obviamente, no consigue votos ni de la Concertación ni de la izquierda y pierde afecto en nuestro sector. ¿Por qué se actúa así? No tengo idea. Da la impresión que al gobierno le interesa contentar a la izquierda más que llevar a cabo su programa de gobierno”.
Además, explicó que la baja popularidad del gobierno de Piñera “ha perdido sustento en sus propios partidarios y eso es porque no ha seguido una línea política coherente. Si se va a gobernar con ideas ajenas para obtener un 26% de apoyo, yo prefiero gobernar con nuestras ideas y quedarme con el 36%”.
Novoa cree que la derecha tradicional advierte la carencia de un hilo conductor “y esa falta de coherencia política, bueno, se paga. Y se paga en términos de poco entusiasmo en los partidarios, en números malos, no obstante que el gobierno, en mi opinión, es mucho mejor de lo que la gente percibe en este momento”.
El senador gremialista dijo que le llama la atención un punto de la encuesta que hace referencia a que un 70% cree que el gobierno ha actuado con debilidad frente a los grupos de presión, afirmando que eso se explica por una “falta de autoridad, por la complacencia con grupos de presión como los estudiantes. El temor a decir las cosas por su nombre, a ser pesado, no da votos. Más bien los quita”.
Reforma tributaria
Respecto a la posibilidad de que el gobierno impulse una reforma tributaria, Novoa señaló no ser partidario de aumentar los impuestos.
Si los problemas se solucionarán con más impuestos sería muy fácil, pero todos sabemos que no es así. No lo planteó ningún candidato, no aparece en ningún programa, nunca fue el eje de nuestro gobierno. Al final, los impuestos no los pagan las empresas, los pagan las personas. Plantear una reforma tributaria sería dispararnos en los pies”.
Hinzpeter y los nuevos ministros UDI
Respecto al cambio de gabinete que incorporó a dos senadores gremialista como Andrés Chadwick y Pablo Longueira, Novoa afirma que esto tuvo un alto costo para el partido, pero que el problema pasa por el aspecto político del gobierno.
“Soy de los que creen que el nudo principal estaba en lo político y es curioso que el cambio no haya tocado la jefatura del gabinete. El Presidente habrá tenido sus razones, pero claramente se han dado señales de que la preocupación por lo político ha pasado a ser relevante. Es claro que Pablo Longueira y Andrés Chadwick le dan potencia política al gabinete. Pero ninguno de los dos está en el eje de poder, articulado por el Presidente, Rodrigo Hinzpeter y María Luisa Brahm. El Presidente, además, dio una señal política importante al cuidar a los más probables candidatos, Laurence Golborne y Joaquín Lavín. Eso indica que se está preocupando de la sucesión. Lo que no se ha dicho del cambio de gabinete es que la UDI tuvo que hacer un sacrificio enorme para apoyar al gobierno”, explicó.
Afirmó que su partido ha perdido tres senadores durante el año, lo cual es un costo alto para el gremialismo, ya que “hae poco mas de un mes habíamos hecho una restructuración en la directiva que tenía como objetivo respaldar al gobierno, pero también fortalecer y potenciar al partido. Resulta que a las pocas semanas tenemos a Andrés, a Pablo y a Julio Dittborn en el gobierno. Hemos pagado un costo de imagen, porque obviamente a la gente no le gustan estos enroques del Senado a los ministerios. Tampoco gustan las designaciones de reemplazos hechas por el partido”.
