Ser presidente de la Universidad de Chile puede ser la revancha para un hombre que hace 15 años fue marginado de los círculos empresariales y multado por la SVS. Su estilo, eso sí, no ha cambiado.
Tal como el Matador, ídolo de la U, José Yuraszeck metió un gol de volea y media cancha. Se encumbra a la presidencia de Azul Azul en el momento de mayor gloria del club.
Un sitial que le dará toda la visibilidad que perdió con el escándalo de Chispas y una popularidad imposible de alcanzar en los negocios. Miles de chilenos lo vieron exultante, vestido con la polera de la U y ondeando la bandera en el bus que llevó a los jugadores al Hotel Intercontinental después de ganar la Copa Sudamericana. Una imagen que se repitió cuando el equipo fue invitado a La Moneda y recibido, junto a los directores Carlos Alberto Délano y Federico Valdés, por el Presidente Sebastián Piñera. Así, olvidaron que el mandatario, en su momento criticó a Yuraszeck, cuando se vio salpicado inicialmente por el caso Chispas.
Siga leyendo en El Mostrador Mercados