Uno de los miembros de las organizaciones evangélicas, que pretenden adjudicarse la administración del establecimiento, alega que «no se ha iniciado ningún proceso de cesión» para un proyecto que él cataloga como «viable». Los estudiantes afectados, en tanto, muestran preocupación por el traspaso debido a las posibles restricciones en la libertad de expresión que podría imponer la religión.
El mundo evangélico se ha mostrado con una evidente preocupación debido a la lentitud con la que el Gobierno tramita el traspaso de la administración de la controversial Universidad del Mar a manos de organizaciones miembros de la Iglesia Evangélica.
El pastor, Henry Cortés, quien es parte del grupo que pretendeprontamente adjudicarse la casa de estudios, disparó una dura y concisa critica al Gobierno, al prevenir que éste está empeñado en cerrar la universidad, pese a que es un proyecto, a su juicio, aún viable.
«No ha existido ningún tipo de transacción económica para iniciar el proceso de cesión de la Universidad del Mar, hacia tres organizaciones del mundo evangélico», precisó Cortés. No obstante, no dudó en aclarar que sí han «logrado un acuerdo de confidencialidad con Mauricio Villaseñor y Raúl Baeza», duelos del 66 por ciento de la casa de estudios. Acuerdo que les permitió como organización «conocer aspectos técnicosy financieros».
En relación a las declaraciones del pastor, la comunidad académica del establecimiento compartió su postura. Asimismo, el presidente de la Asociación de Académicos, Raúl Ortíz, expresó que le «parece positiva esta posible llegada de las organizaciones evangélica a la universidad, (…) siempre y cuando respeten las normativas educacionales de nuestro país».
Sin embargo, los estudiantes que han debido suspender sus clases debido a las polémicas en la acreditación de la universidad, difieren en esa postura y declaran tener sus dudas respecto al aporte que podría entregar el mundo evangélico si se convierten en la autoridad del lugar.
El presidente de la Federación de Estudiantes de Iquique, Alejandro Silva, aseveró que están preocupados por las bases de la doctrina evangélica, por lo que «temen por la falta de libertad de expresión o que los alumnos ateos se vean afectados».
