La estructura de 30 metros permitirá estudiar la estabilidad superficial en la zona poniente y sus efectos en la calidad del aire en la capital. Esta zona, es la más impactada por MP10 y MP2,5.
Con la presencia del Subsecretario del Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal Sánchez; y del director de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), general Jaime Alarcón Pérez, se inauguró una torre meteorológica de 30 metros, la cual permitirá monitorear los fenómenos de estabilidad superficial en la cuenca de Santiago.
La instalación – que se ubica en dependencias del Departamento de Aeródromos y Servicios Aeroportuarios (DASA) de la Dirección de Aeronáutica- fue adquirida en el marco del convenio de cooperación por el Ministerio del Medio Ambiente, en virtud del convenio vigente que existe entre la Secretaría de Estado y la DGAC a través de la Dirección Meteorológica de Chile.
El subsecretario Irarrázabal destacó la iniciativa ya que “con esta información se podrán caracterizar los fenómenos de estabilidad superficial y su impacto en la calidad del aire para Material Particulado. Esto nos permitirá hacer un óptimo seguimiento del MP 2,5 en la cuenca de Santiago, especialmente en la zona poniente”.
Por su parte, el general Alarcón dijo que “esta implementación se traduce en un importante aporte tecnológico en materia de observación meteorológica aplicada, la cual será vital para la ciudadanía al fortalecer el trabajo de pronósticos que entrega la DMC. Al tiempo que genera altas expectativas a nivel académico y operacional”.
La torre meteorológica, ubicada en el sector poniente de la Región Metropolitana, cuenta con sensores a distintos niveles para medir temperatura, viento, presión atmosférica, radiación neta y pluviometría.
Además se incorporaron dos anemómetros ultrasónicos, uno a 10 y otro a 30 metros de altura capaces de medir en alta frecuencia los flujos débiles cercanos a superficie que no son detectados por los instrumentos convencionales.
Este tipo de mediciones micro-meteorológicas sólo se han desarrollado a nivel nacional en campañas especiales, por lo que su implementación permitirá estudiar y observar operacionalmente el comportamiento de los flujos turbulentos en superficie en forma continua.
Esto posibilita la calibración y validación, por ejemplo, de herramientas de pronóstico meteorológico y de calidad del aire de alta resolución, más sofisticadas que las actualmente vigentes.
