El abogado Eduardo Contreras, quien representa a agrupaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos, solicitó al juez Carroza que cite a declarar al investigador norteamericano autor de diversos libros que desclasifican documentos sobre el rol de Estados Unidos en el Golpe de Estado chileno
El investigador norteamericano Peter Kornbluh, autor de diversos libros que desclasifican documentos sobre el rol de Estados Unidos en el Golpe de Estado chileno, podría convertirse en un testigo clave en el caso sobre los gestores del Golpe Militar de 1973.
Este lunes, el abogado Eduardo Contreras, quien representa a agrupaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos en la querella que no sólo va contra los militares, sino que, por primera vez, va contra los civiles que instigaron el Golpe de Estado en Chile, solicitó al juez Carroza que cite a declarar a Kornbluh.
Testimonio que podría complicar principalmente al dueño de El Mercurio, Agustín Edwards, que ya prestó declaración como testigo en la causa que lleva el juez Mario Carroza, en la que reconoció vínculos con la CIA.
La solicitud de Contreras señala que si a raíz de las declaraciones de Peter Kornbluh surgen contradicciones en lo recabado, el tribunal estudie la posibilidad de un careo con Edwards.
El académico, que dirige la sección Chile del National Security Archive, ha dicho públicamente, según consta en el escrito, que la evidencia es clara y que Edwards “es una de las personas más involucradas como conspirador y colaborador de la CIA”.
En un escrito presentado paralelamente ante el tribunal, el abogado Contreras solicita que se cite a declarar al cura Raúl Hasbún.
Esto, porque según detalla el texto, en los ‘70 fue director ejecutivo de la Corporación Televisiva de Canal 13, siendo nombrado director en 1971. En ese período se decidió ampliar la señal en Talcahuano. “A esa altura, Canal 13 ya tenía una clara impronta sediciosa muy clara contra el gobierno de la Unidad Popular”.
En ese contexto, en marzo de 1973 se produjo un asalto de un comando de Patria y Libertad al local de la Superintendencia de Electricidad de Concepción. El comando lo integraban Rafael Undurraga, Juan Etchepare y Michael Townley, quienes asesinan al obrero Jorge Enríquez, con el fin de robar equipos de transmisión.
Hasbún tuvo contactos con la policía secreta de la dictadura, según afirma el escrito, y estuvo sindicado como cómplice en el asesinato del obrero Enríquez. Hubo un proceso penal y el expediente se extravió durante el golpe.
Un punto que se destaca es que el cura Hasbún se reunió con la Junta de Gobierno inmediatamente después del 11 de septiembre de 1973, bendiciendo el golpe. Y que en los mensajes que enviaba por televisión decía cosas como que este era “un acto de liberación de los militares”, o “qué espera el canto del gallo que anuncia un nuevo amanecer”. Incluso llegó a comparar el mercado, la política económica neoliberal y a la Junta, con la Santísima Trinidad.
