Estudiantes dicen que no validarán cuestiones que se «cocinan» en otros lugares
«Vemos cómo el Ministerio de Educación y el Gobierno, en general, les abren las puertas al diálogo y a la generación de protocolos de acuerdo con los sectores conservadores, quienes han defendido la educación de mercado desde hace tantos años», sostuvo la presidenta de la FECh, Melissa Sepúlveda.
Este jueves, a partir de las 10:30 horas, los estudiantes universitarios y secundarios realizan una nueva movilización a nivel nacional con el fin de medir fuerzas y rechazar la Reforma Educacional impulsada por el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Se realiza a pocos días de que la Comisión de Educación aprobara los tres ejes principales del proyecto: fin del copago, selección y lucro. Y a horas de la toma de las dependencias del Ministerio de Educación donde colgaron un cartel que rezaba: «No han entendido nada, la receta está en la calle».
«Espero que sea una jornada de protesta que marque la presencia del movimiento social dentro de este proceso de Reforma Educacional, que lamentablemente está siguiendo los pasos de la Reforma Tributaria», recalcó la presidenta de la FECh, Melissa Sepúlveda.
Sin embargo, hay otro punto que preocupa más a La Moneda: la posible salida de la Confech de las llamadas «mesas participativas» impulsadas por el ministro Eyzaguirre. Situación que zanjarán los estudiantes el próximo sábado en una sesión extraordinaria.
«La Fech ya tomó su postura y es bajarse del plan de participación. Nosotros no estamos para validar cuestiones que se están zanjando en otros lugares (…) nosotros, además, emplazamos a las otras organizaciones sociales a que evalúen este plan de participación», dejó en claro la dirigenta de la Federación de la Universidad de Chile.
Según consigna La Tercera, el tema fue abordado en la última sesión de la Confech realizada el 16 de agosto, en la U. de Los Lagos. Ocasión en que los estudiantes expresaron su desconfianza a las instancias participativas organizadas por el Ministerio de Educación. De hecho, 11 federaciones votaron por bajarse de dicho plan. La Federación de la Universidad Católica fue la única que votó a favor de la permanencia.
«Nosotros hemos conversado el tema y la inclinación es hacia el retiro de las mesas del gobierno», dijo el timonel de la Universidad de Concepción, Felipe Quezada. En tanto, el presidente de la Feusach, Takuri Tapia, declaró que los estudiantes de la Universidad de Santiago están por «poder participar de una instancia que sea seria y resolutiva, y que eso no lo cumplen los diálogos ciudadanos y vemos que son poco fructíferos». Posición compartida por el presidente de la Universidad del Bío-Bío, sede Concepción, Felipe Guajardo.
Daniel Henríquez, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de la Frontera, reconoció que «hay un ánimo de bajarse por lo poco vinculante del plan. El movimiento estudiantil se ha mostrado dialogante, pero el gobierno decidió abrir la puerta para trabajar con la Alianza”.
Desde el norte, el representante de la universidad de Antofagasta, Pablo Herrera, cuestionó «la sobrerrepresentatividad de sectores que defienden el modelo de mercado y el lucro, como las universidades privadas».
Por su parte, los presidentes de las federaciones de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y de la U. Arturo Prat, Octavio Abello y Cristian Romero, respectivamente, apuntaron a que «es más productiva una negociación paralela, como lo hizo el Colegio de Profesores. El mismo gobierno le quita el piso a su plan de participación».
Melissa Sepúlveda además cuestionó las declaraciones de la ministra secretaria general de la Presidencia, Ximena Rincón, quien dejó abierta la posibilidad de replicar en Educación lo ocurrido con la Reforma Tributaria. Es decir, buscar acuerdos con la Alianza.
«Hay un ambiente de tensión debido a que esas declaraciones no han dejado indiferente al movimiento estudiantil (…) siempre dijimos que si no se cumplían las garantías, nos bajaríamos, y que nuestro camino es la movilización», indicó la dirigenta.
