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Integrante de Comisión Bravo y coautor de propuesta B: «Sería un error usar el 5% de cotización adicional para hacer solidaridad intrageneracional»

Integrante de Comisión Bravo y coautor de propuesta B: «Sería un error usar el 5% de cotización adicional para hacer solidaridad intrageneracional»

«La propuesta del gobierno es un marco, y dependiendo de cómo se definan los contenidos» podrá soluciona o no los problemas del sistema, sostuvo el economista Christian Larraín.


Christian Larraín, integrante de la Comisión Bravo y coautor de la propuesta B, que propone instalar un pilar de reparto paralelo al actual sistema de capitalización individual, se refirió a las propuestas anunciadas por la Presidenta Michelle Bachelet.

En entrevista con Diario Financiero, el máster en Economía de la Universidad de Lovaina comenzó señalando que el modelo actual se basa en «una lógica individualista muy acentuada que supone que las personas están en condiciones de tomar las mejores decisiones, que las AFP compiten y que la administración activa de fondos es mejor que una pasiva».

«La pregunta que hay que hacerse es si el sistema tiene que descansar sólo en esa lógica o en un modelo que combina las decisiones individuales con una solidaridad agregada. En mi opinión sólo esto último es seguridad social», agregó el experto.

En ese sentido, dijo que «(el diseño) tiene que responder a cuatro criterios: que no sea más de lo mismo, con lo que refiero a un cambio estructural donde el componente contributivo no vaya sólo a la capitalización individual; que no afecte a la clase media; ser fiscalmente responsable, y cuarto incentivar la cotización, la propuesta B resuelve todo eso».

«En nuestra propuesta la parte contributiva pasa del 10% a 14% y un 6% adicional lo pone el Estado a través de matching (aporte estatal que complementa la cotización). Así, la mitad del sistema queda administrada por un fondo centralizado y público. En la práctica las AFP mantienen la administración de un volumen de recursos similar al actual, pero pasa a representar sólo la mitad de los flujos. La otra parte pasa a ser administrada en un esquema de reparto nacional al estilo sueco», explicó Larraín.

Según el integrante de la Comisión Bravo, «la propuesta del gobierno es un marco, y dependiendo de cómo se definan los contenidos puede cumplir o no con estos cuatro criterios. Por ejemplo, si el aporte patronal va a un fondo centralizado significa que un 33% de los fondos no serían administrados por las AFP, lo que cumple con el requisito de no más de lo mismo. Ahora, si agarran los 5 puntos y los meten en las cuentas individuales eso es sólo subir la tasa de cotización».

«Es un error decir que se va usar el aporte patronal para hacer redistribución intrageneracional. Nadie, legítimamente, quiere que su cotización no lo beneficie», dejó en claro.

Frente a la consulta de si esto es un impuesto al trabajo, el economista afirmó que este «argumento ha sido usado mañosamente, con una clara intencionalidad, diciendo que los efectos negativos sólo se evitan si la plata va a las cuentas individuales en las AFP».

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