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La guerra santa que divide a los obispos evangélicos por la influencia en La Moneda

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Aunque el obispo Eduardo Durán Castro maneja un patrimonio importante, cercano a los $1.800 millones, y el poder político que detenta no es menor, sus cercanos dicen que ha expresado su descontento por no poseer el cargo protocolar que tiene su rival Emiliano Soto. La molestia la habría manifestado en una carta al ministro del Interior Andrés Chadwick, en la que le recordó un acuerdo de palabra para nominarlo. En el Gobierno, conscientes de la multiplicidad de iglesias que existen en Chile, evalúan nombrar a un representante protocolar todos los años, mientras dure la actual administración.


En los últimos actos protocolares, como el cambio de mando en Carabineros, en el Ejército o la conmemoración de la Batalla de Maipú, el 5 de abril, ha participado como representante de las iglesias evangélicas el obispo Emiliano Soto, cercano a Bachelet y a la oposición. Aunque en Chile hay unas 3 mil organizaciones que funcionan como iglesias evangélicas, la presencia de Soto en las fotos no tiene para nada contento a Eduardo Durán Castro, el obispo que controla la Catedral de Jotabeche, donde se realiza el Te Deum Evangélico desde que se instaurara en la época de Pinochet.

No es casualidad que durante el último Te Deum fuera el hijo del obispo quien pronunciara una prédica con alusiones directas a Bachelet cuando habló de los políticos que «visitan nuestros templos y dicen defender nuestros valores y principios, y que luego no solo nos ofenden sino que promueven leyes que van en contra de todo lo que profesamos como cristianos», al tiempo que la multitud de asistentes gritaba «asesina» y «vergüenza nacional», en uno de los incidentes más bochornosos que se recuerden en la historia de esta ceremonia religiosa.

Después de aquel episodio, la grieta entre Durán y Soto, que encabeza la Unión Nacional Evangélica, la otra gran facción que agrupa a decenas de iglesias, se profundizó a un nivel irreconciliable. «Respecto de la política contingente, las iglesias evangélicas han marcado opciones por candidaturas políticas y son válidas. Además de ser consecuente con eso, uno ve interiormente que hay mucha gente que manifiesta  interés por cargos, posicionamiento, representatividad, para sacar dividendos para su persona o su organización. Eso es moralmente reprochable. No comparto el hecho de que, por haber votado por un candidato, tengo que tener un cargo en el Gobierno. Eso no se ve bien, que me otorguen un cargo, una capellanía o un acuerdo con alguien. Porque eso se llama prebenda», enfatiza Emiliano Soto en referencia a la posición política que ha tomado el redil que encabeza Eduardo Durán.

[cita tipo=»destaque»]Otro de los aspectos que no tiene para nada contento al representante de este grupo evangélico es el hecho de que el Gobierno se haya abierto a apoyar el proyecto de Ley de Identidad de Género para menores entre 14 y 18 años con el consentimiento de los padres. Algo que en esta facción es prácticamente inaceptable. Pero evitan endilgar la responsabilidad a Piñera para traspasarla a sus asesores. Un conocedor de ambos grupos, el de Soto y el de Durán, hace la diferencia de ambos en temas valóricos. «Para el grupo de Durán, la moral es del ombligo para abajo, en cambio, las iglesias que representa Soto incluyen además el tema de las pensiones, de la distribución del ingreso, de los salarios justos», afirma.[/cita]

Soto no ha tenido una reunión formal con el Presidente Sebastián Piñera o alguno de sus representantes. Su contacto con las autoridades se ha circunscrito, durante este último tiempo, a los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, y el ministro de Justicia, Hernán Larraín, para conversar sobre los avances en las modificaciones a la Ley de Culto que propuso el anterior Gobierno.

Blumel y la Oficina de Asuntos Religiosos

Mientras, el puente de plata con La Moneda lo mantiene Eduardo Durán y sus cercanos. De esta manera, el obispo de la Catedral de Jotabeche se reunió el lunes pasado con el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, de quien depende la Oficina de Asuntos Religiosos. Blumel recibió a Durán y antes al obispo Javier Méndez, que también pertenece al mismo grupo reunido en el Consejo Nacional de Obispos de la Iglesia Evangélica. Con Soto, en tanto, no ha habido comunicación.

Otro punto importante es precisamente la presentación oficial del nuevo director de la Oficina de Asuntos Religiosos, un puesto abiertamente político donde se mantiene, desde 2014, el sociólogo Humberto Lagos, quien es cercano al obispo Emiliano Soto y dirigió la repartición en el primer mandato de Bachelet. Aunque el actual Gobierno designó a Javier Castro Arcos, un historiador de la Universidad de Los Andes, una versión afirma que Lagos se quedará hasta que finalice su contrato a honorarios, el 31 de mayo. Mientras que otras fuentes consultadas aseguran que se mantiene en el puesto solo hasta que termine el traspaso de información al nuevo encargado.

De cualquier forma, el apoyo del grupo encabezado por Durán data de la primera elección presidencial que ganó Piñera. Testigos de esa época recuerdan que se hacía proselitismo durante los servicios religiosos, repartiendo panfletos alusivos al entonces candidato. Y la expresión más gráfica del apoyo fue en el Te Deum, cuando Eduardo Durán y el obispo Javier Méndez ya pertenecían al Consejo Ciudadano que se formó en el contexto de la última candidatura que llevó a Sebastián Piñera por segunda vez a La Moneda. Esta vez, durante la campaña existió el temor de que algunos de los 2,5 millones de personas que profesan la religión evangélica y están habilitadas para votar, se fueran con José Antonio Kast y, en «castigo» por sus corcoveos liberales, no votaran al actual Mandatario. Algo que las cifras demostraron que no ocurrió.

Las fichas de Durán en el Gobierno

El apoyo político no solo tuvo rédito en el respaldo que RN entregó al hijo del obispo Eduardo Durán Salinas, elegido diputado por el distrito 13. También en designaciones de evangélicos proclives a él en cargos públicos, como es el caso del Seremi de Transportes en la Región Metropolitana, Eddy Roldán, y el de Medio Ambiente, Cristian Ruiz. Ambos abogados.

Aunque el obispo Durán maneja un patrimonio importante cercano a los $1.800 millones, basado en un portafolio de 14 propiedades, más un Mercedes Benz avaluado en casi $90 millones, y el poder político que detenta no es menor, sus cercanos dicen que ha expresado su descontento por no poseer el cargo protocolar que tiene aún su rival Soto. La molestia la habría manifestado en una carta al ministro del Interior Andrés Chadwick, en la que le recordó un acuerdo de palabra para nominarlo. En el Gobierno, conscientes de la multiplicidad de iglesias que existen en Chile, evalúan nombrar a un representante protocolar todos los años, mientras dure la actual administración. Alternativa que, por cierto, no le gusta a Durán. El obispo se excusó de participar en este reportaje por motivos de salud.

Otro de los aspectos que no tiene para nada contento al representante de este grupo evangélico es el hecho de que el Gobierno se haya abierto a apoyar el proyecto de Ley de Identidad de Género para menores entre 14 y 18 años con el consentimiento de los padres. Algo que en esta facción es prácticamente inaceptable. Pero evitan endilgar la responsabilidad a Piñera para traspasarla a sus asesores. Un conocedor de ambos grupos, el de Soto y el de Durán, hace la diferencia de ambos en temas valóricos. «Para el grupo de Durán, la moral es del ombligo para abajo, en cambio, las iglesias que representa Soto incluyen además el tema de las pensiones, de la distribución del ingreso, de los salarios justos», afirma.

El propio Soto aclara que su posición es siempre dialogante. «Para algunos, parece que no existieran matices a partir de los cuales entender que hay que vivir con la gente y respetar a personas que piensan y actúan de una manera diferente. El desafío que tenemos los evangélicos es cómo enfrentar una realidad social y cultural diferente. Cómo desarrollar la labor evangelizadora desde la realidad actual», señala.

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