Además de fustigar a Lavín y Chadwick, Larraín tuvo palabras para Mario Desbordes, el presidente de su partido, a quien acusó de “no estar representando la mentalidad de la derecha” por su posición en materia del proceso constituyente. A Desbordes lo criticó por “ponerse de acuerdo con el Frente Amplio y el inenarrable Partido Comunista en esto de echar abajo la Constitución” y puso en duda su arraigo en las bases de RN. Sobre el Presidente Piñera, Larraín asumió que está “triste, aporreado y machucado”, pero lo exculpó de responsabilidad en materia de violaciones a los DD.HH. durante el estallido: “Tendrá muchos defectos, pero no ha cometido ningún crimen (…) te lo puedo dar firmado”, indicó, al tiempo que atribuyó los informes internacionales a “organismos domesticados por la izquierda”.
Como presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín fue una piedra en el zapato permanente durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera y después se sumió en un autoimpuesto ostracismo del cual recién ha decidido salir en las últimas semanas. Primero apareció en Estado Nacional de TVN y ahora concedió una entrevista a Vía X, donde disparó contra el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, el exministro Andrés Chadwick e incluso contra el presidente de su partido Renovación Nacional, Mario Desbordes.
Sobre Lavín, la carta presidencial mejor posicionada de Chile Vamos, y con quien ha tenido públicos desencuentros, Larraín no se guardó nada: “Los fuegos artificiales gustan en el Chile actual (…) le ha resultado su modito simpático”, dijo. Incluso, fue más allá, e ironizó sobre la participación del alcalde de Las Condes en Bienvenidos, el matinal de Canal 13: “Vienen avisos de ropa interior femenina y después sale Joaquín Lavín (…) no entiendo mucho esa combinación, pero en fin”.
También tuvo palabras contra el exministro, Andrés Chadwick, a quien ahora su primo Presidente pretende posicionar en la coordinación del proceso constituyente para Chile Vamos.
A juicio del expresidente de Renovación Nacional, simplemente “no se entiende el rol que le han inventado” al exministro del Interior.
“Vi el titular y me pareció extraño. Porqué me parece extraño, porque hay distintas opiniones dentro de Chile Vamos, entonces que él vaya a unificar las opiniones al interior, no veo cómo”, comentó.
De este modo, Larraín confirmó lo que señalan en privado en La Moneda y en sectores de Chile Vamos, donde consideran lisa y llanamente como un despropósito instalar a Chadwick en dicha función, dado que sobre él pesa el hecho de haber sido acusado constitucionalmente e inhabilitado para ejercer cargos públicos.
Junto a Lavín y Chadwick, Larraín tuvo palabras para el presidente de su partido, Mario Desbordes, a quien acusó de “no estar representando la mentalidad de la derecha” por su posición en materia del proceso constituyente.
“Creo que Mario tuvo un papel muy importante en los primeros días y yo habría hecho exactamente lo que hizo él, empujando al mayor gasto social, y no por cálculo sino porque hacía rato que se debería haber hecho (..) Después empezó Mario a derivar un poquito y dijo algunas con las cuales yo no estaba de acuerdo, dijo ‘yo estaría desfilando’, después lo desmintió o lo cualificó o ‘mi hijo está en las manifestaciones’. Eso no lo entendí”.
A juicio del exsenador, “yo no entiendo cómo un presidente de un partido de derecha está de acuerdo con el Frente Amplio y el inenarrable Partido Comunista en esto de echar abajo la Constitución (…) No me parece lógico que un partido que está apoyando al Gobierno activamente en el Parlamento, a la vez esté diciendo con aquellos que quieren forzar al Gobierno a hacer lo que no quiere, esa parte es fregada”.
“Yo no entiendo a un partido de derecha que diga que sí a echar abajo la Constitución en este trajín (…) en ese punto Mario no está representando la mentalidad de la derecha, lo digo enfáticamente (pero) A él le gusta que le hagan caso en todo, en eso se parece a Sebastián Piñera, le pasa a la gente cuando usa cargos importantes”.
Larraín también expresó sus dudas respecto al arraigo que tiene Desbordes en las filas del partido. “Yo creo que Mario Desbordes tiene apoyo de parte de la directiva, pero de ahí para abajo la cosa cambia. O sea 80% por el rechazo y 20% por el sí (a la nueva Constitución)”, comentó.
Respecto al Presidente, golpeado por los bajos números en las encuestas y sin capacidad de respuesta en el estallido social, Larraín intentó defenderlo, aunque asumió que está “triste, aporreado y machucado”.
“Él se pegó unas voladas grandes y el aterrizaje fue duro (…) Creo que está muy incómodo, está triste, está aporreado. Está trabajando mucho, por suerte, porque es batallador, pero debe estar muy machucado”, indicó.
En este contexto, comentó la polémica frase “estamos en guerra” en plena crisis, lo que Larraín atribuyó a que “la palabra no es la fortaleza de Sebastián Piñera y su hiperactividad, porque es hiperactivo, pero la palabra no es su fortaleza, todos tenemos limitaciones. Se equivocó en el sustantivo (…) A Sebastián le pasa una cosa que le gusta controlar todo, cosa que es completamente imposible”.
Sin embargo, en materia de violaciones a los derechos humanos, como ha sido documentad por varios organismos durante la crisis, Carlos Larraín salió en defensa del Mandatario. “Sebastián Piñera tendrá muchos defectos, pero no ha cometido ningún crimen contra los derechos humanos, te lo puedo dar firmado”, indicó.
En esta línea, desacreditó los informes de entidades internacionales que confirman la vulneración a los DD.HH. –como los de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos e incluso la Oficina de la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU.
Según Larraín, “esos organismos son medios domesticados, forman parte del pesebre de la izquierda, no sé cuál es el burro y cuál es el buey (…) la ONU tiene de Alta Comisionada a Michelle Bachelet que vivió en la Alemania Democrática y que de democrática tenía la pura D, colorados, colorados. Vivía al pie del muro y nunca vio un atentado a los derechos de una persona (…) y resulta que ahora anda por el mundo y se para una mosca en la bandera de la ONU y dice ‘aquí hay un atentado a los DD.HH’. Si me preguntas qué representan esos organismos, yo creo que no mucho”.