Publicidad
[C+C SOCIALES] Jorge Sánchez de Faro:  “Encontré la felicidad al darme cuenta de que el viaje es mi estilo de vida, mi destino”

[C+C SOCIALES] Jorge Sánchez de Faro: “Encontré la felicidad al darme cuenta de que el viaje es mi estilo de vida, mi destino”

Dice que no tiene dónde caerse muerto y que todo lo que ahorra se lo gasta viajando. Pero eso a Jorge Sánchez, el sexto viajero más importante del mundo, poco le importa. Sobre todo cuando de dar su séptima vuelta a la Tierra se trata.


No es fácil seguirle la pista a Jorge Sánchez. A pesar de que “vive” en Barcelona, nunca se sabe dónde encontrarlo. Y lo decimos entre comillas, porque este español que ocupa el sexto lugar entre los viajeros más importante del mundo aún no se establece en un solo lugar. Dejar de viajar, definitivamente, no está entre sus opciones. Ni siquiera ahora, a pocos meses de haber nacido su hijo, a quien quiere iniciar en el camino del viajero una vez que termine su séptima vuelta al mundo.

De sus seis recorridos anteriores habló largo y tendido en el Ciclo de Relatos Viajeros organizado por Faro en noviembre del año pasado. Esta comunidad de viajeros chilenos trajo al país a este ícono patiperro, quien de forma inédita compartió escenario con tres grandes de los viajes, entre ellos Emilio Scotto, el argentino que ganó un récord Guiness por el recorrido en moto más largo de la historia.

Jorge Sanchez

Jorge Sanchez

Pero volvamos a Sánchez. A lo que lo inspiró a viajar por primera vez, al camino del viajero, a su próxima aventura por la Vía Francígena y a su idea de educar a su hijo siberiano desde esta perspectiva.

¿Qué fue lo que te llevó a iniciar el camino del viajero?
Durante mi infancia leí muchos libros de viajes que me inspiraron y estimularon a recorrer el mundo, como los cuentos de Scheherezade y Los Siete Viajes de Simbad el Marino. Deseé entonces realizar siete largos viajes, como él. Y aún estoy en ello; he dado seis vueltas al mundo y preparo la séptima para este año.

¿Por qué crees que una vez que comienzas el camino del viajero ya no lo puedes dejar?
¡Porque lo que te aporta es tanto! Tras un largo viaje tratas de volver a la rutina de una vida sedentaria pero no puedes, recuerdas todos los buenos momentos que has vivido estando de viaje, toda la riqueza interior que has acumulado, y ya no te adaptas a renunciar a no seguir creciendo interiormente, ni tampoco a dejar de conocer gente estupenda que se conoce on the road, otros viajeros como tú con tus mismas inquietudes, y gente sabia en monasterios, en templos, o incluso en bazares. Eso es al menos lo que le ocurre a la mayoría de los viajeros que han dado una vuelta al mundo durante de al menos un año: se convierten en inadaptados sociales o al menos has de pasar una larga temporada de adaptación para reincorporarte a tu rutina de antes.

Emilio Scotto y Jorge Sanchez

Emilio Scotto y Jorge Sanchez

¿Cómo logras mantener viva la capacidad de asombro?
Me alimento de las impresiones del viaje, que son mi néctar y mi ambrosía. Además, cuando viajo soy más consciente y lo hago con los cinco sentidos alerta (incluso con el sexto que es la intuición), entonces todo me parece extraordinario, las gentes, los paisajes, las obras hechas por el hombre; el viajar me parece un milagro. Y de hecho lo es, pero muchas veces lo olvidamos y caemos en el tedio, como si estuviéramos dormidos. El camino del viajero te despierta esa capacidad de asombro y, cuando vuelves a tu hogar, sigues experimentándolo aunque no viajes; encuentras magia en lo cotidiano, en tu barrio donde vives con tu familia y tus vecinos. Eso es lo que adquieres al viajar, que al regresar los ojos los tienes más abiertos a la sorpresa de estar vivo.

¿Hay algún lugar, experiencia o sueño viajero que tengas pendiente?
Pues sí, el viajero lo es eternamente, hasta que se muere. Precisamente ahora estoy preparando mi pequeña bolsa de viaje para marcharme raudo al aeropuerto. Dentro de unas horas sale mi vuelo a Londres, desde donde bajaré a Canterbury a realizar el peregrinaje a pie por la Vía Francígena. Caminaré 31 kilómetros desde Canterbury hasta Dover; de allí tomaré el ferry hasta Calais, en Francia, y proseguiré hasta el Vaticano, siempre a pie.

También deseo concluir mi séptima vuelta al mundo. Y después seguro que aparecerán nuevas metas para seguir creciendo interiormente gracias a las experiencias e impresiones recibidas de los viajes, ya que viajar es la gran universidad de la vida.

Sanchez en su paso por Chile, en el Ciclo de Relatos Viajeros de Faro

Sanchez en su paso por Chile, en el Ciclo de Relatos Viajeros de Faro

¿Has pensado alguna vez en dejar de viajar o echar raíces en un lugar?
Sí, varias veces, sobre todo al enamorarme de una mujer, aunque no he sido lo suficientemente fuerte para ello y al final algo ha sucedido que ha debilitado nuestra relación y he vuelto a emprender el vuelo. Pero ahora acabo de ser padre de un niño en Siberia y creo que tras mi séptima vuelta al mundo me instalaré allí junto a mi hijo y su madre. ¡Pero ya estoy haciendo planes para viajar los tres juntos cuando mi hijo crezca!

¿Crees que has logrado encontrar la felicidad viajando?
Sí, pero no por viajar, sino por darme cuenta de que el viaje es mi estilo de vida, mi destino. Pero el viajar durante la mayor parte de tu vida no es para todos, sino sólo para aquellos que sienten fuertemente que no pueden hacer otra cosa más que esto.

¿Qué es para ti lo mejor de viajar?
Los conocimientos que adquieres, sean sociales relacionándote con otras personas, sea maravillándote de la perfección y belleza de la naturaleza, sea admirando el genio del ser humano, las obras creadas por la humanidad.

Hay mucha gente que todavía cree que para viajar hay que ser millonario. ¿Qué opinas al respecto?
Ni mucho menos. Claro, hay que viajar con el sudor de tu frente, hay que trabajar para pagarte los pasajes de avión, de barco o autobús, pero también hay que descontar lo que te gastas en casa sin viajar, por lo que finalmente viajar no sale tan caro. Yo he trabajado durante los viajes, sobre todo en países ricos en dinero, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón o España, y cuando he conseguido el dinero suficiente para viajar una temporada me ha marchado abandonando los trabajos. El trabajo y el dinero han sido un instrumento para mí, no un fin. Mi fin es viajar y aprender todas las enseñanzas que me ofrece este mundo para crecer interiormente.

Pero repito, el camino del viajero no es para todo el mundo. Una persona que ha hallado la felicidad desempeñándose de zapatero, por ejemplo, y aunque sólo viaje los fines de semana o en verano a un lugar cercano, no es inferior a un viajero. Cada uno ha de hallar su puesto en la vida. Los vecinos de mi barrio en España me toman por loco por haberme gastado en los viajes todo el dinero que gané trabajando, mientras que ellos poseen una segunda casa en la playa y un coche de lujo, y yo no tengo dónde caerme muerto. Ellos son felices sin viajar y nunca han salido de España ni sienten deseos de ello. Yo no les envidio pero tampoco me siento superior a ellos. Pero yo también soy feliz. EM.-

Publicidad

Tendencias