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Propuesta de Nueva Constitución
Arturo Zúñiga, constituyente: «Una Constitución no es un programa de gobierno. Debemos ser cuidadosos con todas estas promesas que andan circulando» NUEVA CONSTITUCIÓN

Arturo Zúñiga, constituyente: «Una Constitución no es un programa de gobierno. Debemos ser cuidadosos con todas estas promesas que andan circulando»

Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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El exsubsecretario de Redes Asistenciales, militante UDI y constituyente electo por el distrito 9, en la lista Vamos por Chile, pidió a la Vocería del Pueblo recapacitar, luego de llamar a no subordinarse al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, pues –a su juicio– «desconocer ese acuerdo significaría desconocer que ellos fueron electos democráticamente y eso dificultaría aún más que podamos sentarnos en pocos días más a conversar». Sobre las pensiones, apostó por «consolidar aún más la propiedad individual de los recursos previsionales que son para nuestra vejez y buscar los mecanismos para aquellas personas que, habiendo cotizado durante toda su vida laboral, no tengan una pensión que les alcance para final de mes». Se mostró abierto a tener policía municipal y descartó que exista un hiperpresidencialismo. Sobre el actual manejo de la pandemia, consideró que se ha hecho bien en la vacunación y en la disponibilidad de camas. Sobre la polémica por gastos sin respaldo en su gestión como subsecretario, defendió que hizo todo lo que se debía hacer y a tiempo.


-Hace unos días la agrupación «Vocería de los Pueblos» hizo una declaración, en la que piden a la Convención no subordinarse al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. ¿Qué te parece?
-Espero que recapaciten. Esta declaración no le hace bien al diálogo, no le hace bien a la forma en como debemos comenzar la redacción de la Nueva Constitución. Y es algo paradójico, porque precisamente ellos hoy día son electos gracias al acuerdo del 15 de noviembre de la Paz y la Nueva Constitución. Por lo tanto, desconocer ese acuerdo significaría desconocer que ellos fueron electos democráticamente y eso dificultaría aún más que podamos sentarnos en pocos días más a conversar, a escucharnos, a escuchar a la ciudadanía. para redactar una nueva Constitución. Espero que en estos días puedan recapacitar y llegar con un mejor ánimo, un ánimo de dialogar y de redactar una Constitución que le sirva, para mejorar la calidad de vida, a todas las familias de nuestro país.

-Siguiendo con el reglamento, ¿dónde crees que van a estar los mayores problemas? Los puntos donde costará más tener consensos y los mayores puntos de acercamiento.
-Tal como se dio esta carta, hemos visto anteriormente, por ejemplo, a (Fernando) Atria diciendo que no quería respetar los 2/3. Después, al ver que ni la centroderecha, y ningún otro grupo llegó con capacidad de veto en los 2/3, como que ya no le dio tanta importancia. O hemos visto declaraciones de algunas personas que han dicho que no se va a conversar con la centroderecha, o que los grandes temas los van a poner ellos mismos. Yo creo que todas estas declaraciones no le hacen bien al proceso que vamos a iniciar, ya sea de redactar la Nueva Constitución, ya sea de ponernos de acuerdo para tener un reglamento de funcionamiento. Creo que son ese tipo de declaraciones las que la ciudadanía rechaza y enrostra a los partidos políticos, a la forma de hacer política de los últimos años algo que no es bienvenido: estas peleas de perros y gatos, entre los que son de derecha y los que son de izquierda, y es ese rechazo lo que vimos en las votaciones de hace 3 semanas. Y la ciudadanía habló, y habló muy fuerte, en el sentido de darles una votación muy alta a personas independientes, y precisamente son esas personas las que hoy día están adoptando las mismas malas prácticas de los políticos de los últimos 10 años, entonces de verdad no se entiende.

-¿A tu juicio cuáles van a ser los límites que va a tener esta Convención Constitucional en cuanto a las temáticas?
-Todo este debate se ha dado subiendo mucho las expectativas de la ciudadanía en cuanto a lo que puede y no puede hacer una Constitución. Una Constitución no es un programa de gobierno que tenga que justificarse con recursos para financiar lo que se promete. En ese sentido, el mejor ejemplo que tenemos es la Constitución de Venezuela, que tiene una lista muy grande de derechos, y lamentablemente esos derechos, en un país que tiene mucho petróleo, muchos ingresos, no los puede cumplir, y vemos diariamente cómo venezolanos ingresan a nuestro país, porque ven acá un país donde sus oportunidades sí se pueden alcanzar. Y por eso es que debemos ser muy cuidadosos con todas estas promesas que andan circulando, en el sentido en que debemos tener claro qué es una Constitución. Lo que hace, a través del poder que le entrega la ciudadanía, es decir: señores, ustedes, distintos poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, nosotros les entregamos el poder para que se organicen y podamos vivir en paz. Pero ese poder no se lo entregamos sin límites. Entonces, tenemos que limitar ese poder, porque debemos defendernos de lo que ustedes puedan hacer después.

Y además de los derechos que tenemos como personas a la libertad, a la vida–, queremos otros derechos, y ahí vienen los derechos sociales, que pueden ser la salud, la educación, que yo creo que ahí vamos a estar todos de acuerdo que son derechos que tiene que estar en nuestra Constitución, y el derecho a tener un medioambiente libre de contaminación. Pero debemos tener claro que entre más le pidamos a la Constitución, más se diluyen los focos que acabo de mencionar, por lo tanto, tenemos que preocuparnos del buen uso de los recursos. Sí podemos agregarle más cosas a la Constitución para pedirles a los políticos que hagan la pega. Cuando uno ve qué origina todo esto, recordamos lo que ocurrió en octubre del 2019 y las necesidades de la ciudadanía en cuanto a pensiones, salud, educación, vivienda y seguridad son totalmente razonables y entendibles. Pero, ¿qué ha pasado con las pensiones? Llevamos 15 años discutiendo esto, 15 años en que sabemos que hay personas que trabajan 40 años de su vida y que, al momento de pensionarse, no les alcanza para llegar a fin de mes. Con justa razón esa persona está indignada, no quiere saber nada de los políticos. Necesitamos una Constitución que obligue, que fuerce a que los políticos hagan la pega pensando en el bien común y no en cómo van ellos en la próxima elección.

-Precisamente sobre las pensiones, ¿cuál es tu propuesta en ese ámbito? Algunos proponen terminar con las AFP.
-Sería un error bastante grande que le demos ese poder (de administrar) a los gobiernos. Hemos visto lo que pasó en Argentina, donde ellos inocentemente, a lo mejor, creyeron que el gobierno iba a tomar buenas acciones con esos fondos y les quitó las pensiones a millones de argentinos. Tener esa inocencia de creer que el gobierno de turno va a cuidar nuestros recursos, como lo han hecho las AFP. Con los tres retiros del 10% hemos visto que los fondos están ahí y sirvieron para una situación tan trágica como esta pandemia. Debemos consolidar aún más la propiedad individual de los recursos previsionales que son para nuestra vejez y buscar los mecanismos para que aquellas personas que, habiendo cotizado durante toda su vida laboral, no tengan una pensión que les alcance para final de mes. Hay que hacerse cargo de eso. El Congreso y el Gobierno tienen que hacer la pega.

-Algunos critican hoy la existencia de un hiperpresidencialismo. ¿Cuál es tu propuesta sobre el sistema político? ¿Y el rol que debería establecerse del Tribunal Constitucional?
-En relación al Tribunal Constitucional, yo creo que tenemos que tener un tribunal. A lo mejor tenemos que modificar la forma en que se eligen sus integrantes, para no politizarlo como está hoy día. Pero sí tenemos que tener un tribunal que regule las decisiones del poder Legislativo y Ejecutivo, respecto de si respeta o no la Constitución. Alguien tiene que vigilar.

En relación al sistema presidencial, cuesta entender esta aseveración de que es un hiperpresidencialismo. Si tuviésemos un hiperpresidencialismo, hubiésemos visto los programas de gobierno ejecutados de los últimos cuatro gobiernos y no fue así. La expresidenta Bachelet intentó hacer una reforma de pensiones y no le resultó, intentó hacer una reforma a la educación la segunda, no la de gratuidad y no le resultó como quería. El Presidente Piñera lo mismo, y hemos visto ahora los retiros de los 10% que no han sido políticas emanadas desde el gobierno y se han ejecutado.

-Pero el gobierno ha intentado frenar proyectos. Mencionaste los del 10% y se hizo una reserva constitucional…
-Pero eso es distinto. No es quitarle poder al Congreso Nacional, es hacer respetar la Constitución, y eso no me parece que le entregue un poder adicional. Le está diciendo a un Tribunal «usted dígame si es constitucional o no».

-En cuanto a las policías, ¿estás de acuerdo con alternativas como las policías municipales?
-Dentro de mi campaña yo hablé mucho acerca de descentralizar nuestro país. Muchas decisiones se toman en Santiago o a nivel ministerial, y creo que eso no le hace bien a nuestro país, porque entre más centralizado, más se demoran las decisiones. A lo mejor se toman decisiones que no se adecúan mucho a las realidades locales de una geografía de nuestro país que es muy diferente y mientras esas decisiones podamos trasladarlas todo lo que se pueda a nivel municipal, hagámoslo a nivel municipal. También tenemos que velar para que estos ingresos municipales no sean tan diferentes entre una comuna con altos ingresos y una comuna que no recibe tantos ingresos, de lo que ellos recaudan. Podemos avanzar dándole más recursos al fondo común municipal y que se le entregue más a aquellas municipalidades que reciben menos. En el sentido de las policías, si llegamos a eso, a tener más recursos, descentralizados y que cada municipio pueda optar por tener seguridad de acuerdo a las necesidades, ningún problema en avanzar a eso.

-Te has dedicado los últimos años al área de la Salud. ¿Qué propuesta vas a impulsar en particular? ¿Qué no puede quedar fuera de la Nueva Constitución?
-Hoy día, si bien existe el derecho a la salud en nuestra Constitución, a elegir entre un sistema público y uno privado, creo que al final esa elección no es tan independiente. Las personas que tienen ingresos pueden elegir el sector privado, pero las personas que no, caen en el sistema público. Eso se puede mejorar muchísimo en el sentido de que nosotros debemos seguir fortaleciendo nuestro sistema público de salud. Yo fui subsecretario de Redes Asistenciales y creo que es muy buen trabajo el que se hace, pero obviamente no alcanza. Por eso es que hoy tenemos 300 mil personas en espera en cirugía, dos millones de personas en espera de consulta de especialidad. Debiésemos probar con algo que ya conocemos, para no arriesgarnos. Algo tan bueno como el GES, como el AUGE, da una luz de esperanza. Y eso existe hoy día para 85 enfermedades, por qué no hacerlo para el resto de las enfermedades, por qué no que la Constitución obligue a hacer la pega, a que cada Gobierno, cada Congreso, determine ese nivel de salud. Esos días para ser atendido. En una ley similar al AUGE, pero para la totalidad de las enfermedades.

El manejo de la pandemia y su paso por la Subsecretaría de Redes Asistenciales

-¿Cómo ves a la autoridad con el manejo de la pandemia? Donde hay un alto nivel de vacunación, pero también con alto número de contagios
-Hay que destacar el aumento que hemos tenido en nuestra capacidad hospitalaria, lo que han hecho los hospitales de llegar ya casi que a 4.500 camas, es algo que de verdad hace dos años uno hubiese pensado que era imposible. El sistema público de Salud tenía 600 camas de Unidades de Cuidados Intensivos. Para llegar a 4.500 no es solamente instalar un ventilador, sino que detrás de cada una de esas camas hay 7,7 personas. Se ha hecho un muy buen trabajo en cuanto a vacunas y ojalá que la ciudadanía, sobre todo los más jóvenes, se acerquen a los lugares de vacunación, y mientras más y antes lo hagan, mejor para quienes aún no se pueden vacunar.

-¿Pero ha habido errores como este pase de movilidad? Que no se condice con los contagios.
-El pase de movilidad viene a hacerse cargo de otros problemas. No solamente nos enfermamos de coronavirus, sino que también ha aparecido un número muy importante de enfermedades de salud mental, a propósito del encierro, de la angustia que produce toda esta pandemia. En cifras que ha mostrado la OCDE, se ha multiplicado por tres la cantidad de personas que sienten algún problema de salud mental. Y en ese sentido, el pase de movilidad otorga esa facultad para poder hacer, con todas las medidas de seguridad vacunas, mascarilla, distanciamiento físico un poco de libertad. Cuesta entender que veamos esas filas que aparecieron en Fantasilandia, yo hubiese preferido que esa familia hubiese aprovechado esa mayor libertad en una plaza, pero también debemos saber que las realidades de las comunas más pobres de Santiago, al menos, no tienen esa posibilidad de tener ese pasto verde para ir a jugar con los niños y pasar un buen rato. Tenemos que saber que en esas plazas a lo mejor hay delincuencia, drogadicción, entonces, no podemos criticar sin saber la realidad que pasa cada una de las familias de nuestro país. En cuanto a vacunación y a camas, se ha hecho un muy buen trabajo.

-Hubo un punto que marcó tu gestión, que tiene que ver con cuestionamientos por pagos sin respaldo, el informe de Contraloría, el arriendo de Espacio Riesco. ¿Hay algún mea culpa de tu parte, ya pasado un tiempo de tu salida de la subsecretaría?
-El tema de Espacio Riesco, la Contraloría tomó razón. El 11 de marzo de este año tomó razón del segundo contrato, que era el cuestionado, que no era un contrato que había hecho la subsecretaría sino que el Servicio de Salud Metropolitano Norte. Por lo tanto, ese tema quedó subsanado y desde Espacio Riesco se logró que 700 pacientes salieran con vida. Ahí trabajaron 500 funcionarios de la Salud, que lo hicieron con mucha valentía y lograron sacar adelante a 700 personas con coronavirus, por lo tanto, creo que fue una buena medida en el tiempo que se implementó. También se cuestionó el tema de las residencias sanitarias y yo fui el primero en hacer esa denuncia. Yo hice primero una solicitud de sumario interno y cuando vi que había personas adicionales involucradas, hice yo mismo la querella en la Fiscalía, y gracias a esa querella es que se sigue investigando a esta persona que fue despedida, a la cual no se le dio ni un pago, debido a que se levantó una alarma tempranamente. Y permitió que ningún recurso público fuera a caer en sus manos. Por lo tanto, se tomaron las medidas que debían tomarse, en el momento preciso para evitar que una persona se beneficiara de acuerdo a un contrato que no se podía realizar. Yo sé que hubo mucho ruido en cuanto a eso, sé que se habló bastante, pero creo que el tiempo ha permitido que tanto la Fiscalía como la Contraloría hagan su trabajo.

-Intuyo en eso que no hay responsabilidad política, entonces…
-No sé a qué te refieres con responsabilidad política. Cuando uno está en una pandemia tiene que entender que el nivel de actividad que recae sobre la Subsecretaría, el Ministerio de Salud, los Servicios de Salud, los Hospitales… no es que haya aumentado, sino que se multiplicó varias veces. A pesar de esa cantidad de trabajo que se realizaba, uno esperaría que se cometan ciertos errores, pero fue una alarma dentro del Ministerio de Salud la que detectó el problema de las residencias sanitarias a pesar de todo este aumento gigantesco de actividad. Por lo tanto, lo que se hizo en ese minuto fue lo que correspondía: alejar a la persona, hacer la denuncia en la Fiscalía y detener el pago para que no fuera a llegar ningún peso a esta persona. ¿Qué más se podría haber hecho? Me cuesta visualizarlo. Quedarse con estas cosas en lugar de destacar el aumento de camas, la capacidad de nuestros laboratorios, haber preocupado desde el primer minuto de la seguridad de nuestros profesionales de la salud, habiendo comprado anticipadamente elementos de protección personal, son cosas bastante más relevantes para el manejo de esta pandemia.

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