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“(H)amor gordo”: el libro que visibiliza la violencia que atraviesan los cuerpos no normativos BRAGA Créditos: Continta Me Tienes

“(H)amor gordo”: el libro que visibiliza la violencia que atraviesan los cuerpos no normativos

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“(H)amor gordo” es una recopilación de ensayos que desde el activismo gordo reúne diez textos de autoras que escriben desde el cuerpo para “construir potencia política” y deconstruir el odio hacia los cuerpos no normativos.


Una escritura situada desde la “corporalidad” para denunciar el “gordo odio” es la propuesta ideada por la historiadora Tatiana Romero, de la mano de la editorial Continta Me Tienes, para mostrar las violencias que atraviesan los cuerpos gordos y el consecuente odio interiorizado.

La coordinadora del libro y autora de uno de los textos, declara al medio Efeminista que prefiere hablar de “gordo odio” más que de gordofobia. “Las fobias son algo irracional y el odio es algo muy consciente. La gordofobia se refiere a que nos dan miedo los cuerpos gordos porque no queremos ser esos cuerpos. El gordo odio es justamente lo que se vive: las agresiones y la violencia constante”, asevera.

La también investigadora asocia el privilegio de los cuerpos delgados con “la libertad que tienen estos de moverse en el espacio”. Y denuncia, por el contrario, que “el transporte público no está hecho para corporalidades gordas” o que “muchas veces las personas gordas están precarizadas porque no se les da trabajo por su apariencia física”.

Romero afirma en el libro que “la belleza es colonial: blanca, delgada y burguesa”.

“No solo tienes que ser delgada, también tienes que ser blanca. Si tu cuerpo es gordo, eres racializada, migrante y bollera estás completamente en los márgenes”, declara.

“Todas las mujeres, por el hecho de ser cuerpos feminizados, sufren violencia estética. El patriarcado funciona así, se reproduce constantemente. Esta violencia se va transmitiendo de madres a hijas y los traumas corporales se heredan de generación en generación”, denuncia Romero.

Cuerpos violentados por el sistema sanitario

Por otra parte, Marta Plaza, quien se autodefine como activista loca y feminista, aporta en su texto la vivencia en primera persona de cómo “la psiquiatrización impacta en nuestros cuerpos, los agrede y violenta”.

En su texto crítica la falta de libertad y autonomía de las personas psiquiatrizadas por la “presunción de peligrosidad que las estadísticas desmienten” y que, como apunta, “permite violencias como que no presentarse a una cita o a una inyección acabe con una ambulancia en tu domicilio para llevarte a un ingreso”.

“No recibe la misma violencia de la institución médica una mujer psiquiatrizada que una que no lo ha sido. Tu voz deja de ser escuchada en tanto que para el resto la locura nos sitúa en lo irracional”, asegura.

Efectos secundarios corporales

Marta Plaza también denuncia que a las personas psiquiatrizadas no se les informa de los efectos secundarios que tienen los medicamentos en el cuerpo porque no se les considera “personas con derecho a tomar sus propias decisiones sobre su tratamiento”.

En esta linea, confiesa que “sin el trabajo colectivo de la politización del gordo odio, que ayuda a sostener mejor esos comentarios, la primera sensación puede ser de muchísima frustración y culpa. Puedes llegar a asumir su discurso de que el cambio de peso solo está relacionado con tu estilo de vida”.

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