A diferencia de los países desarrollados, en Latinoamérica el mercado de carbono no está regulado, sino que es voluntario. Esta diferencia, que presenta una gran oportunidad para la región, también supone su principal obstáculo: la falta de regulación y de reglas claras.
En octubre de 2023, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) presentó el Sistema de Compensación de Emisiones (SCE) del Impuesto Verde, una iniciativa orientada a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este sistema establece límites para las empresas más contaminantes y les ofrece la posibilidad de adquirir créditos de carbono para cumplir con sus obligaciones, lo que a su vez les permite reducir el monto que deben pagar por el impuesto verde.
Estos proyectos están registrados bajo estándares internacionales reconocidos por el MMA, tales como Verified Carbon Standard, Gold Standard y el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Actualmente se encuentra abierta la opción de homologación por parte del ministerio; por lo tanto, el llamado desde esta cartera es a que los proyectos de reducción de emisiones inicien dicho proceso a la brevedad.
Para ampliar el alcance del Sistema de Compensación de Emisiones, y acelerar el desarrollo de proyectos sostenibles, desde el MMA me informan que han implementado una estrategia de fomento de mercado, entre cuyos pilares se encuentran la difusión y la vinculación. En esa línea, se han realizado webinars y talleres presenciales con el sector privado y la academia en Antofagasta, Santiago, Talca, Temuco y Valparaíso.
Uno de los procesos clave en la estrategia tendrá lugar el 10 de octubre, en el marco del Carbon Forum, oportunidad en que se realizará una rueda de negocios donde participarán sujetos gravados y titulares de proyectos, con el objetivo de concretar la venta y compra de créditos de carbono con miras a la compensación de emisiones.
A pesar de la existencia de una Bolsa del Clima en Chile desde hace varios años, el país, al igual que el resto de Latinoamérica, tiene una presencia limitada en el mercado de carbono.
Antes de profundizar en este tema, es importante aclarar algunos conceptos:
Para conocer el estado de los créditos de carbono en la región, me puse en contacto con Gladis Genua, directora de Análisis y Gestión Operativa de la Gerencia de Infraestructura del Banco de Desarrollo CAF, y con Federico Vignati, del mismo departamento. Los ejecutivos explican que, a diferencia de los países desarrollados, en Latinoamérica el mercado de carbono no está regulado, sino que es voluntario. Esta diferencia, que presenta una gran oportunidad para la región, también supone su principal obstáculo: la falta de regulación y de reglas claras.
¿Por qué América Latina no tiene una participación relevante en los mercados de carbono? Gladis Genua señala que una de las razones está en los altos costos de transacción en el proceso de emitir créditos de carbono. «Las normativas internacionales son costosas y lentas, y muchos desarrolladores de proyectos, a menudo comunidades, no saben cómo enfrentar este proceso», afirma.
«Hemos formado la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe para el Mercado de Carbono (ILAC) y hemos establecido alianzas con 13 bancos de la región. En Chile, trabajamos con Banco Estado, que mostró gran interés en mejorar su desempeño en el mercado voluntario de carbono», explica Genua.
Tanto Genua como Vignati coinciden en que lo que falta en América Latina es una institucionalidad que permita dar seguimiento a los proyectos de carbono. Vignati explica que los proyectos actuales en la región suelen estar basados en soluciones naturales. «El mercado no responde a ninguna regulación», añade Genua. «Ningún inversionista comprará un crédito de carbono que no esté acreditado por estándares internacionales, pero no existe un órgano regulador que garantice si ese crédito se mantuvo en el tiempo», detalla.
La ausencia de regulación genera disparidades dentro del mercado de carbono en la región, lo que hace que los créditos de carbono en América Latina sean menos sólidos comparados con los emitidos en la Unión Europea o Estados Unidos.
Otra debilidad –según el análisis de CAF– es la falta de referencias claras sobre el comportamiento y los precios del mercado. «No existe un ‘Bloomberg‘ que siga cómo se cotizan las acciones en los distintos mercados, y lo mismo sucede en el mercado voluntario de carbono», puntualiza Genua.
A pesar de los desafíos, los ejecutivos de CAF destacan las oportunidades que ofrece la región, y Chile en particular, en soluciones basadas en la naturaleza.
«Dentro del ámbito de la industria forestal, hay una oportunidad significativa para generar créditos de carbono, especialmente en la restauración de áreas degradadas», comenta Vignati.
En esa misma línea, las actividades agrícolas regenerativas y el carbono azul, como la captura de carbono a través de bioalgas, ofrecen ventajas comparativas importantes para la región.
Desde el 8 y hasta el 10 de octubre de 2024 se llevará a cabo en Santiago el Primer Foro de Carbono Chileno, evento que marcará un hito significativo en el panorama ambiental del país, congregando a expertos, líderes empresariales y representantes gubernamentales para abordar de manera integral los desafíos y oportunidades que presenta el estado actual de los mercados de carbono en Chile.
Según los organizadores, este foro proporcionará una plataforma única para explorar la evolución de las regulaciones, los avances tecnológicos, así como los desafíos y oportunidades específicos que enfrentan las empresas, organismos gubernamentales y la sociedad civil en la gestión y comercialización de las emisiones de carbono.
El foro tendrá a Conaf como patrocinante del evento, lo que representa una alianza estratégica que consolida el compromiso de las instituciones con la lucha contra el cambio climático y la promoción del desarrollo sostenible en Chile.
Contanza Troppa, gerenta de Conservación de Ecosistemas en Conaf, ha señalado la importancia de este foro para avanzar hacia una economía baja en carbono en Chile, porque “los bosques chilenos son un activo fundamental en la lucha contra el cambio climático.