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Proyecto de ley propone entregar una licencia de entre uno y tres días por dolores menstruales BRAGA

Proyecto de ley propone entregar una licencia de entre uno y tres días por dolores menstruales

Más de la mitad de las mujeres y personas menstruantes pueden verse afectadas por dismenorrea o dolor menstrual. Sus síntomas alteran con notoriedad las actividades laborales diarias: un estudio de la British Medical Journal (BMJ) estableció que el nivel productivo puede reducirse en un promedio de 8,9 días al año por cada mujer. Por este motivo, un grupo de diputadas buscan modificar el Código del Trabajo nacional para habilitar una licencia que exige condiciones. 


El 15 de mayo pasado, un grupo de diputadas ingresó un proyecto de ley para modificar el Código del Trabajo en su Artículo 66 bis con el objetivo de otorgar un permiso laboral por menstruación dolorosa. 

“Asimismo, las mujeres y las personas menstruantes tendrán derecho a un permiso por menstruación dolorosa, el cual tendrá una duración de mínimo 1 día y un máximo de 3 días corridos”, establece la moción. Al mismo tiempo, menciona la condición para poder utilizar el permiso. 

 

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“Para gozar de este derecho deberá acreditarse la condición mediante certificado médico una vez al año, de manera que en lo sucesivo, sólo deba dar aviso de su uso”, dice el documento. 

A través de la nueva norma se busca “reconocer expresamente como motivo de incapacidad temporal la dismenorrea primaria y secundaria asociada a patologías tales como endometriosis, miomas, enfermedad inflamatoria pélvica, adenomiosis, pólipos endometriales, ovarios poliquísticos y síndrome de ovario poliquístico”, plantea la misiva. 

Las personas afectadas con estas patologías podrán presentar licencia médica para ausentarse de sus labores “sin ver un menoscabo en su salario ni en los días disponibles para trámites administrativos y vacaciones, garantizando así sus derechos laborales”, subraya el proyecto. 

Este reconocimiento se sustenta en la conciliación del derecho a la salud con el empleo y la educación, ámbitos de la vida de las mujeres y personas menstruantes que se ven perjudicadas cuando padecen dismenorrea que ha sido diagnosticada por profesionales capacitados para extender licencias médicas (una matrona o un médico).

Una afectación que reduce el nivel productivo

De acuerdo a la fundamentación del proyecto normativo, la dismenorrea afecta entre un 45% y 95% de las mujeres en edad fértil y presenta una mayor prevalencia entre la menarquía (llegada de la primera menstruación) y los 25 años. 

Además, dada la normalización de esta condición que desincentiva las consultas médicas al respecto, existe una cantidad considerable de casos no documentados por lo que las cifras estadísticas que se manejan deberían ser mayores.

Los síntomas de la dismenorrea pueden ser cefalea, cansancio, síntomas digestivos, dolor musculoesquelético, trastornos del sueño e hinchazón abdominal y de extremidades. Otros estudios científicos la relacionan incluso con algunas alteraciones psicológicas como depresión, ansiedad, irritabilidad, infelicidad, agresividad, ira o la afectación de los procesos de pensamiento, pudiendo originar ideas suicidas.

El dolor mismo de la dismenorrea, así como también alguna de las otras sintomatologías, pueden llegar a alterar notablemente la actividad diaria común de las mujeres y personas menstruantes. “Es ahí donde se torna en un problema que nos exige actuar”, sostiene el proyecto.

Para ejemplificar el nivel de afectación que produce la menstruación dolorosa, la fundamentación recogió un estudio publicado por la British Medical Journal (BMJ), que fue aplicado en Países Bajos y demostró que si bien la gran mayoría sigue acudiendo a sus lugares de trabajo cuando experimentan esta condición ginecológica, el nivel de producción se ve reducido llegando a promediar 8,9 días al año por cada mujer.

La propuesta se encuentra en primer trámite constitucional en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados y Diputadas. 

Fue ingresada por las diputadas María Francisca Bello; Ana María Bravo; Marta González; Claudia Mix; Carla Morales; Erika Olivera; Natalia Romero; Carolina Tello y Consuelo Veloso y se inscribe en uno de los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por la Organización de Naciones Unidas: “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”.

 

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