Publicidad

Estudio revela abuso de «fuentes reservadas» en la prensa

Una investigación de medios dio cuenta que los diarios de las principales empresas periodísticas chilenas abusan de "fuentes no identificadas" en sus publicaciones, no ateniéndose a las normas de prensa aceptadas internacionalmente. Sólo en el 2 por ciento de los casos analizados se explica por qué no se identificó al informante.


El 21 por ciento de las fuentes citadas en notas periodísticas de El Mercurio, La Tercera y Las Ultimas Noticias corresponden a "no identificadas" según la investigación "El uso de trascendidos y fuentes no identificadas; una práctica sistemática en la prensa nacional", realizada por la Fundación de Capacitación e Investigación en Televisión y Técnicas Audiovisules (Fucatel).



Esto refleja, según el estudio de la entidad que dirige Manuela Gumucio, "un bajo grado de sujeción a las recomendaciones éticas aceptadas como válidas por la generalidad de la comunidad periodística nacional e internacional. A grandes rasgos, éstas señalan que la no identificación de las fuentes debe ser una práctica excepcional. Además, sostienen que, cuando se oculta la identidad de los informantes, se debe señalar expresamente los motivos".



De acuerdo al estudio de la Fucatel, que se realizó entre el 21 de abril y 21 de junio pasado, en el uso recurrente de fuentes desconocidas, sobresalió La Tercera, que no identificó un 27 por ciento de sus informantes. En tanto, El Mercurio y Las Ultimas Noticias llegaron a un 18 por ciento y 16 por ciento, respectivamente.



Se constató, además, que sólo un 2 por ciento de los casos en los que no se identificó a los informantes, se explicó los motivos que justificaban este procedimiento.



Según la investigación, "al no identificar a un porcentaje importante de sus fuentes, los diarios analizados privaron a sus lectores de su derecho a evaluar su confiabilidad, cuestión que es central para determinar la credibilidad de sus afirmaciones o denuncias, posibilitando una actitud más activa de la opinión público en el proceso de formación de puntos de vista propios con respecto a los temas de la agenda medial".



Política y espectáculos



La práctica de no revelar la identidad de las fuentes se concentró en tres áreas temáticas seguridad ciudadana (33 por ciento), política (28 por ciento) y Espectáculos (27por ciento).



En el primer ámbito noticioso, se registraron dos tipos de informantes anónimos: los funcionarios de Carabineros e Investigaciones (34 por ciento) y las víctimas y testigos de los delitos (29 por ciento). Según la investigación "las razones de su sigilo son evidentes y entendibles. Los miembros de las policías no fueron identificados por ser representantes de su institución, siendo irrelevante la individualidad del vocero en particular. En tanto, quienes presenciaron un hecho delictivo, ocultaron sus señas por miedo a amenazas o venganzas".



En cambio, en política y espectáculos las razones del alto grado de ocultamiento de los proveedores de la información, según Fucatel, "son menos claros y justificables".



En el período de esta investigación, la cobertura periodística del ámbito de espectáculos enfatizó en las rencillas de los personajes de la farándula y en su vida privada y amorosa.



La política, en tanto, fue perfilada como un quehacer caracterizado principalmente "por las disputas intestinas, la falta de lealtad entre sus actores, y la puesta en marcha de oscuras maniobras para conseguir cargos de mayor importancia o lograr beneficios espurios. Se dio poca cabida a una óptica distinta, que mostrara a la política como la administración y ejercicio del poder democráticamente elegido, o como la discusión y reflexión en torno a los modelos de sociedad, Estado, o de relaciones entre los ciudadanos".



El no revelar la fuente en esta área se relacionó con "cuestiones de contenido, con el perfilamiento de una escena comunicativa de deslegitimación de esta actividad, de sus actores e instituciones", dice el estudio. En este ámbito informativo, se distinguió La Tercera por la presencia más intensiva de fuentes no identificadas (36 por ciento). Más atrás se ubicaron El Mercurio (24 por ciento) y Las Últimas Noticias (10 por ciento).



La mayoría de las voces anónimas del área política provino del Gobierno (30 por ciento). "Este no es un dato baladí. Al atribuir al gobierno un mayor número de fuentes no identificadas, los diarios entregaron una visión negativa del Poder Ejecutivo, dando a entender que sus miembros se escudan en el anonimato para declarar ante la prensa y que no se caracterizan por su lealtad y buena convivencia", aclara el estudio.



"Las fuentes no identificadas jugaron un rol importante en el posicionamiento de estos escenarios comunicacionales", prosigue la investigación.



En el área espectáculos sobresalió La Tercera, alcanzando un 52 por ciento de fuentes no identificadas. Más bajo se situaron Las Últimas Noticias (22 por ciento) y El Mercurio (8 por ciento).



"Las fuentes no identificadas cumplieron una función relevante en las informaciones relativas a la privacidad y disputas entre las "estrellas" de la farándula. Entregaron, la mayoría de las veces, antecedentes adicionales que permitieron dibujar un contexto emotivo, y en algunos casos, incluso, jugaron el papel de revelar al público estos conflictos. Su rol se vinculó fundamentalmente con la forma del relato periodístico, con su dramatismo y su atractivo para los lectores" y el análisis añade que "las fuentes no identificadas jugaron un rol importante en el posicionamiento de estos escenarios comunicacionales".



Los casos



La investigación contempló el análisis de dos casos noticiosos pertenecientes a casos de política y espectáculos, que tuvieron una alta y sostenida cobertura de prensa durante el período y en los que hubo un "uso sistemático y recurrente de fuentes no identificadas": Caso MOP – Gate – Universidad de Chile (32 por ciento) y la disputa judicial entre Raquel Argandoña y Hernán Calderón (27 por ciento).



En cuanto al caso Gate, "la función central de este tipo de informantes fue construir supuestos de culpabilidad de los personeros procesados por la justicia -en una investigación abierta y sujeta a cambios- y perfilar un escenario de crisis al interior del gobierno".



Respecto a los hechos protagonizados por Raquel Argandoña y Hernán Calderón, se asegura que "los informantes anónimos entregaron datos suplementarios que le entregaron más "carne" al conflicto, como descripciones de las circunstancias que rodearon los encuentros entre los protagonistas de la disputa, referencias a su estado emocional e informaciones de sus anteriores relaciones amorosas".



Calidad periodística y desprestigio político



El estudio concluye que "el uso sistemático de fuentes no identificadas", puede tener dos grandes tipos de efectos: internos y externos.



"Los primeros dicen relación con la calidad de la labor periodística. Al recluir en el anonimato a un porcentaje importante de sus fuentes, la prensa priva a los ciudadanos de un elemento central: la identidad de los autores de afirmaciones, denuncias, descripciones, etc. De esta forma, se afecta la veracidad los relatos noticiosos", dice el estudio.



"Las consecuencias externas se vinculan íntimamente con lo anterior. Una baja calidad de la oferta informativa impide un adecuado desenvolvimiento del derecho a la información, lo que es vital para permitir el pleno funcionamiento del sistema democrático". Y agrega que, "el uso reiterado de fuentes anónimas como recurso para dar a conocer acusaciones, lesiona la honorabilidad de las personas imputadas, limitando su capacidad de defensa, al desconocerse la identidad de los autores de las denuncias".



"Finalmente, una presencia sistemática de informantes anónimos en noticias del ámbito político, tiende a construir una imagen desprestigiada de la política, socavando la legitimidad de esta actividad, de sus instituciones y actores", sostiene.


















Publicidad

Tendencias