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Alejandra Jiménez, directora de Circo del Mundo: «Se autorizan los partidos de fútbol, se abren los restaurantes, ¿y por qué los teatros no?» CULTURA

Alejandra Jiménez, directora de Circo del Mundo: «Se autorizan los partidos de fútbol, se abren los restaurantes, ¿y por qué los teatros no?»

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La entidad cultural, Circos del Mundo, está cerrada desde marzo y ha continuado realizando algunas clases online, pero su directora Alejandra Jiménez advierte que la pandemia además ha dejado al descubierto la enorme brecha digital existente en Chile, donde algunos estudiantes no sólo no cuentan con un computador, sino que ni siquiera pueden darse el lujo de tener un plan en su celular, algo que han notado en su programa social, que abarca unos 200 alumnos por año de colegios de comunas tan diversas como Lo Prado, Cerro Navia, Puente Alto, La Florida, La Pintana y La Granja, entre otros. La entidad ha creado su propio protocolo, antes la falta de normativas del Ministerio de Salud para organizaciones como la suya, y espera un retorno semi presencial en 2021.


Días difíciles vive el Circo del Mundo, la única escuela profesional de Chile, que celebró el pasado Día del Circo el sábado en una actividad con el Museo Violeta Parra.

La entidad está cerrada desde marzo y ha continuado realizando algunas clases online, especialmente para aquellos beneficiados por sus talleres en distintas escuelas de Chile, pero su financiamiento basal, dependiente del Ministerio de las Culturas, no está asegurado para 2022, debido a una reformulación de los fondos públicos.

Para su directora, Alejandra Jiménez, la pandemia además ha dejado al descubierto la enorme brecha digital existente en Chile, donde algunos estudiantes no sólo no cuentan con un computador, sino que ni siquiera pueden darse el lujo de tener un plan en su celular, algo que han notado en su programa social, que abarca unos 200 alumnos por año de colegios de comunas tan diversas como Lo Prado, Cerro Navia, Puente Alto, La Florida, La Pintana y La Granja, entre otros.

La carrera de tres años de la Escuela Profesional, en cambio, que el 4 de marzo inició la novena generación con 26 alumnos, incluida una estudiante inglesa que tuvo que regresar a su país, debió ser suspendida.

A eso se suma que, a diferencia de lo que ocurre con restaurantes, teatros y cines, espacios como el Circo del Mundo no cuentan con un protocolo del Ministerio de Salud para una eventual reapertura, por lo cual ha debido confeccionarse uno propio inspirado en los ya existentes.

Aún así, la artista es optimista y espera poder montar a fin de año un espectáculo que estaba previsto para abril de este año en el marco de los 25 años de la entidad, y que espera exhibir en diciembre, con un trabajo que está más enfocado en el próximo año en que espera mayor normalidad.

«El 2020 está perdido», admite. «Y el 2021 me lo imagino con una semi presencialidad», con alumnos asistiendo de manera intercalada, por ejemplo.

Fenómeno temporal

Jiménez recuerda que cuando empezó la pandemia, como muchos chilenos, pensaron que sería un fenómeno pasajero. El 16 de marzo realizaron una reunión general con profesores, administrativos y alumnos en el espacio ubicado en la comuna de Lo Prado, en el ex Mundo Mágico, con la idea «de que íbamos a cerrar por algunas semanas o máximo un par de meses».

El 2020 era un año esperado porque el 30 de abril la entidad iba a estrenar en Matucana 100 el re montaje de «SubZirko, destinos bajo tierra», con dos semanas de funciones, incluida una fiesta, «pero todo se nos fue a las pailas».

Rápidamente el equipo empezó un trabajo online y a ver qué se podía hacer digitalmente. Asimismo, cuando quedó claro que no iban a poder realizar el encuentro en Matucana 100, hicieron una celebración digital mediante Facebook Live para conmemorar los 25 años del Circo del Mundo.

Acompañamiento

De manera simultánea empezó una labor online con los alumnos, «un acompañamiento importante, porque lo han pasado súper mal. Y aunque no es la misma magia que ir a la carpa, hemos podido generar transferencias de algunas disciplinas que conviven con estas plataformas digitales, como malabares, acrobacia y sobre todo el clown».

También continuaron algunos espectáculos online y conversatorios para los alumnos de colegios vulnerables de distintas comunas de Chile, incluido el diseño de algunas cápsulas para que los niños aprendan malabares en sus casas, fruto del reinvento sobre la marcha.

También han creado un protocolo propio para un eventual retorno, «considerando el espacio, la altura de las carpas, cómo están distribuidos los lugares y la cantidad de gente que circula», sobre todo con miras a cumplir con el espectáculo de aniversario, que forma parte de un compromiso del Fondart. Este prioriza quien debe regresar primero al lugar físico, y luego considera una posible apertura a público con un 25% del aforo.

Como ya no es posible contar con Matucana 100, ahora el montaje se realizará en el mismo Circo del Mundo en diciembre, aunque sea una función grabada o mediante una exhibición virtual.

Por otro lado, el esperado Segundo Festival Internacional de Circo, también previsto para noviembre en el marco de los 25 años, tendrá que esperar, porque «ese sí que tiene que ser en vivo», entre otros porque implica la visita de compañías de regiones e internacionales.

«Ha sido difícil, como para todos los espacios artístico-culturales, también para los artistas escénicos porque no hemos tenido nada de trabajo en todo el año», porque aunque el Circo del Mundo se financia con fondos concursables, también vende sus espectáculos a algunas empresas, como un trabajo realizado con Mall Plaza en enero y febrero en la Feria Popurrí que les permitió itinerar por varias de sus sucursales.

Necesidad de arte presencial

Jiménez cuenta que han podido trabajar bastante bien con los alumnos del área social, llegando incluso a la compra de tarjetas para el uso de Internet.

Sin embargo, en el caso de la Escuela Profesional fue distinto.

«Al principio intentamos un traspaso a través de vías digitales, pero la brecha digital que hay en el país es impresionante, entonces era imposible pensar que todos recibieran la formación de la misma manera».

Incluso subsanado ese punto, para Jiménez «es imposible entregar una formación profesional de circo a través de una pantalla. Eso es imposible, es un arte escénico, en vivo y se tiene que enseñar en vivo. Personalmente creo que eso aplica a todas las artes escénicas, pero en el circo es una complejidad mayor, porque hay que aprender una destreza, es una disciplina técnica que requiere de cuidado, que tiene riesgos que hay que minimizar».

Por eso se decidió suspender la Escuela Profesional, aunque sí se está acompañando a los estudiantes con algunas clases, principalmente para mantenerse físicamente, así como con algunos cursos de cuatro o cinco sesiones de distintas especialidades en temas teóricos y de acrobacia.

«Es un soporte nuevo, distinto, que no compite con el arte en directo», explica. «Sin duda se pueden generar cosas distinta, en este tiempo he visto obras de teatro, algunas cosas me han gustado, otras no tanto. Pero no he visto una obras de teatro, sino más bien algo audiovisual con recursos del teatro. Con el circo también se han intentado algunas cosas, pero creo que hay que esperar el retorno».

Lo que sí han aprendido es que no sólo basta con hacer una obra y tener un registro audiovisual, «sino que también es necesario un producto audiovisual» que se pueda vender o entregar al público. Para esto han conformado una Comisión Digital, no sólo para generar más acceso, sino también para aprovechar que se pueden superar las distancias para llegar a más jóvenes, más colegios y más públicos. «Ése aprendizaje es algo que llega y se queda».

Brecha digital

Este trabajo digital también le ha permitido al Circo del Mundo tomar conciencia de la brecha digital existente en Chile.

«Antes hablábamos de las brechas sociales y económicas, pero hay una brecha digital muy fuerte, y que general más desigualdad».

Jiménez ha podido ver esto en su trabajo con algunos colegios, algunos de los cuales «no han tenido ninguna posibilidad de hacer clases online», en una brecha de la cual espera que las autoridades se hagan cargo.

«Hay falta de dispositivos, falta de Internet, falta de plata para pagar un plan. No todo el mundo tiene un plan fijo con una empresa móvil. La mayoría tiene un prepago, y en una situación como ésta, donde la gente ha pasado hambre, Internet quedó como última prioridad. Por eso ha sido difícil llegar a todos los niños que hemos querido», lamenta. «Ni hablar de regiones donde no llega Internet».

Ministerio débil

Respecto al trabajo del gobierno, Jiménez tiene algunas críticas, como en la reapertura de algunas actividades de manera discrecional.

«Autorizan los partidos de fútbol, se abren los restaurantes, ¿y por qué los teatros no? ¿Por qué los espacios culturales no? ¿Por qué nosotros estamos en la fase cinco?», tomando en cuenta la cadena de valor que generan espacios como el Circo del Mundo.

Lamenta que al gobierno le importe «poco» el arte y la cultura, como quedó demostrado cuando el presidente Sebastián Piñera ni siquiera mencionó la palabra «cultura» en su Cuenta Pública.

«El sector dela cultura está devastado, con poco apoyo», dice.

El Circo del Mundo es una de las 48 Organizaciones (13 de Santiago) que integran el Programa Otras Instituciones Colaboradoras (POIC) del Ministerio de las Culturas, entidad de Santiago y regiones de larga trayectoria, lo que le permite tener un financiamiento anual para pagar gastos básicos, por lo cual el contacto es constante. También por fondos abiertos para enfrentar la nueva coyuntura, con temas como lo digital y la sanitización de los espacios.

Sin embargo, «el Ministerio de las Culturas es una estructura muy débil. No tiene muchas capacidades de ser resolutivo en muchas cosas». A esto mismo atribuye el quiebre de la mesa que mantenía el mundo de la cultura con el Ministerio a principios de agosto.

A esto se suma «una situación grave y compleja para las Organizaciones Colaboradoras: se nos acaba de informa que este fondo se termina. No sólo se da más ayuda, sino que a partir del 2022 este programa desaparece. Eso es una señal horrible de que a este gobierno no le interesa la cultura, ni los artistas».

Jiménez señala que darán la pelea para revertir esta situación, incluida una visita al Congreso, «porque si nos quitan este fondo ahora, no nos queda más que cerrar. No podemos funcionar como la única Escuela Profesional de Arte Circense sin apoyo del Estado». «Es una vergüenza».

Este además se anunció primero como un «ensamblaje» entre el POIC y el Programa de Intermediación Cultural, pero lo que finalmente se creó fue otro programa que «se abre para organizaciones de más de dos años de trayectoria», incluidas aquellas con fines de lucro. Sus montos además son menores «y el máximo de organizaciones que se lo podrían ganar a lo largo de Chile son diez, cinco de regiones y cinco de Santiago».

«Imagínate la carnicería que va a ser eso», concluye.

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