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Protección del 30% del planeta: la ambiciosa meta de la Cumbre sobre la Diversidad Biológica CULTURA|MEDIOAMBIENTE

Protección del 30% del planeta: la ambiciosa meta de la Cumbre sobre la Diversidad Biológica

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Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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Naciones Unidas identifica tres grandes crisis planetarias en la actualidad: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Esta última se refiere a toda la variedad de vida, especies, microorganismos y los ecosistemas donde ellos habitan y, por ende, su pérdida repercute directamente en el suministro de alimentos y en el acceso al agua potable para los seres humanos. Entre el 7 y el 19 de diciembre se desarrollará, en Canadá, la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, y los países tienen un desafío enorme este año: definir o no un nuevo marco mundial de acción para la biodiversidad. En tal sentido, la meta es que un 30% del área del planeta esté protegido para 2030, es decir, se busca firmar una especie de «Acuerdo de París». «Si el cambio climático sigue así de mal como estamos, vamos a quedarnos sin biodiversidad. Y sin biodiversidad no hay bienestar humano. Entonces, esto está absolutamente ligado, ya está clara en varios informes internacionales esta relación», sostiene Aníbal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB-Chile).


Entre el 7 y el 19 de diciembre se realizará en Canadá la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, es decir, la COP15. Si bien el evento a nivel mundial es menos conocido que la conferencia climática que concluyó hace dos semanas en Egipto, esta va cobrando cada año más relevancia para el futuro del planeta Tierra.

“En lo que se refiere a la biodiversidad, estamos en guerra con la naturaleza. Necesitamos hacer las paces con la naturaleza. Porque la naturaleza es lo que sostiene todo en la Tierra… la ciencia es inequívoca”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del programa ambiental de la ONU, a The Guardian.

La biodiversidad abarca toda la variedad de vida, especies, microorganismos y los ecosistemas donde ellos habitan, en ese sentido, los humanos estamos incluidos como animales.

Entonces, hablar de diversidad biológica es también reflexionar sobre cómo vivir en equilibro con nuestros entornos. Los modos de producción, de extracción, la agricultura, la deforestación, la sobrepesca, el crecimiento de las zonas urbanas y el aumento de la población en el mundo están presionando al máximo a los ecosistemas. En consecuencia, la pérdida de biodiversidad repercute directamente en el suministro de alimentos y en el acceso al agua potable.

«La conservación de la naturaleza surge hace muchas décadas, pero la visión más global que se tiene ahora, en particular en los últimos diez años, es que la biodiversidad es el sustento de nuestro cada día. Y cuando hablamos de biodiversidad, no solo hablamos de plantas y animales, también hablamos de bacterias, cómo todos los microorganismos y cómo nosotros, como seres humanos, encajamos en todo este entramado de la vida», explica Aníbal Pauchard, doctor en Ecología Forestal de la Universidad de Montana y director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB-Chile).

La biodiversidad en crisis

A nivel mundial, la diversidad biológica está en peligro. Según las Naciones Unidas, la pérdida de biodiversidad, junto al cambio climático y la contaminación, son las tres mayores crisis planetarias en la actualidad y todas están conectadas.

«Si el cambio climático sigue así de mal como estamos, vamos a quedarnos sin biodiversidad. Y sin biodiversidad no hay bienestar humano. Entonces, esto está absolutamente ligado, ya está clara en varios informes internacionales esta relación», sostiene Pauchard.

Este año, la presidencia de la cita cumbre está a cargo de China y Canadá, un hito relevante, porque es la primera vez que el gigante asiático supervisa negociaciones internacionales sobre el medio ambiente.

Si bien China es el país que emite más gases de efecto invernadero, esta es una oportunidad para que demuestre si hay o no un compromiso real con la protección de la biodiversidad y su hoja de ruta con la ecología.

En ese sentido, los países cuentan con un desafío enorme este año en la COP15: definir un nuevo marco mundial de acción para la biodiversidad. En ese marco, la meta es que un 30% del área del planeta esté protegido para 2030, es decir, se busca firmar una especie de «Acuerdo de París» sobre la biodiversidad para esta década.

«Es una meta bastante ambiciosa, pero muy importante, porque realmente una de las maneras de conservar la biodiversidad son las áreas protegidas. Ojalá quede bien escrita y se logre, porque es una meta muy bonita, nuestro país va bien en esa meta y yo creo que es una meta buena para todos los países del mundo lograr eso. Estamos en una pelea contra el tiempo», subraya el director del IEB.

Además, Pauchard agrega que «hay que entender que estas son metas, no significa que los países las tengan que cumplir al 100%, sino que son como ciertos estándares que se establecen. Hay que mirarlo con bastante cuidado lo que va a pasar en estos días. Porque hay varias cosas que no se han logrado negociar al nivel que se quisiera y los países tienden a ser muy precavidos en no ponerse ninguna cortapisa a su crecimiento económico, y muchas de estas cosas requieren a veces sacrificio».

La protección de la biodiversidad en Chile

El estudio titulado “Una tipología basada en funciones para los ecosistemas de la Tierra” y publicado en octubre de este año en la revista científica Nature, reveló que Chile tiene 88 de los 110 tipos de ecosistemas presentes en todo el mundo, es decir, el 80% del total.

«Chile tiene una alta biodiversidad. Tiene mucho más en juego en términos de ecosistemas naturales, que está muy amenazado. Así que lo que se discuta acá es relevante para todo nuestro ecosistema, porque nuestra economía, además, se basa en los recursos naturales», puntualiza Pauchard.

En tal sentido, el director del IEB menciona que una de las mayores críticas es que, tras 11 años de tramitación, el Poder Legislativo todavía no aprueba la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).

«Se discutió mucho lo del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y claramente es un pilar fundamental para tener al menos abierta una institucionalidad razonable. En este momento tenemos un tremendo vacío sin tener ese servicio. Hay claramente un vacío de atribuciones que está muy disperso en distintos ministerios y, por lo tanto, la biodiversidad pasa a ser de todos y de nadie», indica el doctor en Ecología Forestal.

«Chile es un país que tiene muchos desafíos, ha cometido varios errores en cómo hemos manejado nuestro ecosistema y nuestra naturaleza, pero a la vez tenemos un gran reservorio aún de biodiversidad. Entonces, estamos en el punto de, o tomamos decisiones adecuadas o, simplemente, empeoramos la crisis que tenemos. Las señales son mixtas, falta llegar a lo más concreto. ¿En qué leyes se traduce? ¿En qué regulaciones? ¿Qué normativa? ¿Cómo? ¿Cómo realmente compatibilizar desarrollo y naturaleza? Eso todavía está complejo», concluye.

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