Nuevo tricampeón

Francia o Argentina alzarán por tercera vez, uno de ellos, la Copa del Mundo. Los trasandinos fueron monarcas en 1978 y 1986. Los galos, 1998 y 2018. ¿Quién tiene la obligación y presión?

A ver, los argentinos anhelan y sueñan con ver a Lionel Messi levantando la Copa. Es el único objetivo, por el cual, el 10 albiceleste ha trabajado con ahínco y esmero. Su rótulo de uno de los mejores de la historia no está en juego, pero sumar el máximo certamen del fútbol, sería colocarlo en ese Olimpo donde solo por ahora hay dos o tres. Eso, la obligación y presión, puede ser que la sienta en mayor medida el plantel de Scaloni, de poder darle a su referente esa alegría que está a tan solo un partido de poder conseguirla.

Y no se trata de que en las huestes de Francia no exista esa premisa. Pero vienen de ser monarcas, perder la final es duro, pero no trasciende más allá de poder haber escrito otra página de gloria. Claramente, tienen la presión de luchar por el título, pero no así la obligación. Atenuantes tienen de sobra, sin embargo, Francia buscará levantar la copa otra vez.

Argentina comenzó con un mazazo en la cabeza, pero que a la postre significó un envión anímico y moral, para ir sorteando a los rivales. La inesperada derrota frente a Arabia Saudita significó una inyección de reacción en el momento preciso. Se levantaron y se fueron haciendo fuertes a medida que avanzaba el Mundial. Podemos discutir la categoría de rivales que fue dejando en el camino, pero primero debes hacerlo y, segundo, fue encontrando los intérpretes que le fueron entregando solidez y convicción a la idea de juego del técnico trasandino. Nombres como Enzo Fernández, Alex Mac Allister y Julián Álvarez, fueron parte de las apuestas que le entregaron al equipo sudamericano otro tono de juego.

Deschamps, curtido con mil batallas, ha tenido que sobreponerse a varios problemas de lesiones, con hombres como Pogba, Kanté y Benzema, que seguro eran fijos en su esquema, además de la rotura de ligamentos en el primer partido de Lucas Hernández, no obstante, ha sabido lidiar con ello. Más aún, dos de sus fijos en la previa de la semifinal ante Marruecos, como Rabiot y Upamekano, quedaron fuera por un virus y hoy, serían tres más antes de la gran final. Lindo dilema y puzle deberá solucionar el estratega francés.

En todo caso, el actual campeón del mundo, tiene muy asimilada su idea de juego, con un Griezmann que está jugando a un nivel de locos, manejando todos los tiempos de la escuadra y siendo figura determinante.

Será una gran final la de Qatar 2022. Porque veremos en acción a los mejores jugadores del planeta, porque habrá tensión y adrenalina a cada instante, porque habrá emociones por doquier, nervios, sonrisas y lágrimas. Porque habrá un nuevo tricampeón mundial.