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Derrumbe de bonos en mercados emergentes como el de Chile no es descontrolado aún Columnista de Bloomberg

Derrumbe de bonos en mercados emergentes como el de Chile no es descontrolado aún

Si bien los índices de los bonos de países en desarrollo vienen mostrando fuertes pérdidas, los movimientos no han sido generalizados: los países y empresas con más deuda en circulación han encabezado el grupo. Eso se explica en parte por el hecho de que cuando los fondos se ven afectados por rescates que superan el efectivo destinado para ese fin, tienen que vender activos, y los bonos más grandes y líquidos resultan los más fáciles de vender.


No todas las liquidaciones de bonos son iguales. Algunas significan que los inversores están abandonando esa clase de activos, otras, que tan solo buscan protección, aunque puede que en el proceso terminen perjudicados.

Este hundimiento de la deuda de mercados emergentes tiene todas las características de una medida defensiva, pero si continúa, podría terminar fácilmente en un ataque de pánico.

Si bien los índices de los bonos de países en desarrollo vienen mostrando fuertes pérdidas, los movimientos no han sido generalizados: los países y empresas con más deuda en circulación han encabezado el grupo. Eso se explica en parte por el hecho de que cuando los fondos se ven afectados por rescates que superan el efectivo destinado para ese fin, tienen que vender activos, y los bonos más grandes y líquidos resultan los más fáciles de vender.

Es más fácil desligarse de un valor para el que hay mucha oferta que de uno que tal vez no se ofrezca pronto de nuevo. El ejemplo perfecto es lo que está ocurriendo con los bonos vietnamitas versus los brasileños. El rendimiento de la deuda en dólares de Brasil se incrementó 87 puntos base desde la elección de Donald Trump, mientras que las notas vietnamitas con casi el mismo vencimiento solo subieron 50 puntos base. Eso pese a la mayor calificación de deuda y menor dependencia del comercio con Estados Unidos que tiene el país sudamericano.

Claramente, la razón es más práctica que fundamental. No es solo que bonos más grandes son más fáciles de vender, tanto en los mercados como psicológicamente. Los debentures, a diferencia de las acciones, no se negocian tan a menudo, especialmente en mercados emergentes, y en general los únicos valores que permiten venta en descubierto son aquellos con varios miles de millones de dólares en circulación. La gestión de riesgo, por tanto, es responsable en gran medida del reciente aumento de la volatilidad.

El cambio en el rendimiento del bono de Brasil en dólares desde la victoria de Trump fue de +87 puntos base.

De manera irónica, la liquidación de bonos de países en desarrollo puede estar alentada en parte por una actividad defensiva en una esquina diferente del mercado. Buena parte de los casi US$14 billones en hipotecas en Estados Unidos está en poder de inversores que usan los rendimientos de los títulos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años como su referencial. Cuando estos suben, el costo de refinanciamiento de las viviendas aumenta. Eso, a su vez, cambia las suposiciones sobre cuándo la gente va a pagar sus préstamos.

Para mitigar el riesgo de quedarse atascado por más tiempo con un crédito a una tasa que es más baja que la del mercado actual, los inversores hipotecarios venden en descubierto el bono del Tesoro a 10 años. Eso usualmente acelera la caída en el precio y crea un círculo vicioso hasta que alguien decide que la deuda del gobierno estadounidense se ha vuelto demasiado barata e interviene. Este proceso puede ayudar a explicar por qué el rendimiento de los títulos del Tesoro a 10 años ha subido 34 puntos base en menos de una semana.

Fue esa pronunciada alza la que activó las sirenas de alarma para los administradores de riesgo en fondos de mercados emergentes y desencadenó su propia venta en descubierto. Una vez que sus asignaciones defensivas hayan terminado, los precios deberían encontrar un piso. Por ahora, al menos.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.

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