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Empresas argentinas llevan 392 días sin emitir deuda corporativa a pesar que el mercado lo pide


Hay una sequía de bonos corporativos argentinos. Las ventas internacionales de bonos argentinos ya lleva 392 días, lo que le impide a las empresas aprovechar la demanda récord que hay de títulos de deuda corporativos de los mercados emergentes.

Los inversores exigen unos 5,89 puntos porcentuales más en términos de interés que los tomadores de deuda promedio de las naciones en desarrollo. Este mes, las empresas argentinas ya están listas para eclipsar el período de 409 días sin ventas que finalizó en noviembre de 2008, según muestran los datos recabados por Bloomberg y JPMorgan Chase Co. La brecha se amplió en casi un punto porcentual desde mayo de 2012 cuando Empresa Distribuidora de Electricidad de Salta S.A. emitió deuda al 14,3 por ciento.

Las empresas argentinas se lo pierden, pues los tomadores de deuda de mercados emergentes aumentan su posición en deuda en dólares extranjera en unos US$ 225.000 millones, cifra sin precedentes históricos, en un momento en que la presidente Cristina Fernández de Kirchner endurece los controles sobre la economía y sigue enroscada en una batalla legal con los tenedores en rebeldía del impago declarado por la nación sudamericana en 2001. Para Fitch Ratings, ahora con una demanda menguante de activos con más rentabilidad después de que Ben S. Bernanke diera señales de que la Reserva Federal podría bajar las compras de activos si Estados Unidos mostrase una mejora sostenida en el crecimiento, la chance de las empresas argentina se desvanece.

“El mercado está, en líneas generales, cerrado a los títulos de deuda societaria de Argentina”, dijo Joe Bormann, director de administración de Fitch, en una conversación telefónica establecida desde Chicago. “El gobierno se convirtió en el microadministrador del ambiente macroeconómico, y ese no es un lugar donde los inversores estén ansiosos de llevar el dinero”.

Colocación suspendida

Alfredo Scoccimarro, vocero presidencial, no respondió a la carta electrónica que se le dirigió para que formulase declaraciones respecto del efecto del gobierno en las colocaciones de obligaciones negociables.

La mediana en la proporción de deuda neta-ganancias operativas antes de ingresos, impuestos, depreciación y amortización 2012 de las empresas argentinas fue de 1,9 veces, según Fitch. Para Bornmann, eso es, aproximadamente, lo mismo que las obligaciones estadounidenses que Fitch califica con BBB-, lo que rinde un 3,27 por ciento en promedio, según los datos recabados por Credit Suisse Group AG.

El 3 de mayo, el operador de granjas eólicas Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. suspendió la colocación internacional de bonos quinquenales después de haber fracasado en la captación de suficientes compradores, incluso con una renta alta del 11,25 por ciento que es casi el doble de la rentabilidad de los títulos semejantes del mundo. Pese a que el 45 por ciento de la facturación proviene de la empresa en Brasil, el hecho de que Impsa tenga su sede en Mendoza actuó como disuasivo para los inversores, dijo la vocera Carla Paira el 6 de mayo haciendo referencia a los bancos a los que se había contratado para que fueran agentes colocadores de esta oferta.

La expropiación de YPF

En mayo de 2012, los costos de endeudamiento de Argentina subieron súbita y repentinamente a su máxima bienal, a comienzos de lo que fue la expropiación de la petrolera YPF S.A. a la madrileña Repsol S.A., que llevó adelante Fernández.

La apropiación fue parte de los esfuerzos de la sexagenaria presidente tendentes al endurecimiento de los controles sobre la economía. Las medidas que tomó comprendieron también la restricción a las importaciones, la prohibición de compra de toda divisa y la limitación de pago de dividendos al exterior.

La colocación de obligaciones a cinco años por US$63 millones que hizo EDESA en mayo de 2012 fue la más grande que haya realizado una empresa argentina desde abril de 2011, fecha en la que Banco Galicia y Buenos Aires S.A. vendieron US$300 millones de títulos de deuda con vencimiento en 2018, según los datos de Bloomberg.

La rentabilidad de las obligaciones negociables siguió inflándose en junio pasado y llegó a su máxima trienal de 12,9 por ciento en un momento en que aumentaron las especulaciones de que Fernández pesificaría los contratos en dólares. Cuatro meses después, la provincia del Chaco realizó un pago de bonos en dólares usando moneda local y argumentó para ello que el banco central se había negado a venderle billetes estadounidenses.

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