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Grupo Luksic pierde paciencia con Vapores y admite que negocia posible combinación de operaciones con otras navieras

Grupo Luksic pierde paciencia con Vapores y admite que negocia posible combinación de operaciones con otras navieras


El Grupo Luksic parece haber perdido la paciencia con Vapores y admite que está en conversaciones con otras navieras para una posible combinación de operaciones.

Los Luksic entraron como socios estratégicos en 2011 y tomaron control de la naviera en 2012. Desde entonces han invertido más de US$ 1.200 millones en la empresa a través de su holding Quiñenco, logrando algunas mejoras, pero sin poder revertir del todo el desastre que heredaron de Ricardo Claro. En el 2011, Vapores cerró con las mayores pérdidas en la historia de una empresa chilena: US$ 1.250 millones. En 2012 y este año los resultados han mejorado, pero la empresa sigue siendo un lastre para el grupo.

Ayer, luego de que un diario alemán informara que los Luksic estarían negociando una fusión con la naviera alemana Hapag-Lloyd, forzó a la empresa a sacar un comunicado en el que reconoce que "mantiene en la actualidad conversaciones con diversos actores de la industria, incluyendo tratativas con la empresa alemana Hapag-Lloyd AG para la posible combinación de carga u otras formas de asociación respecto de sus negocios de portacontenedores". La idea es reducir costos y recortar capacidad.

El diario alemán reveló que ejecutivos de Vapores se reunieron en Miami con directivos de Hapag-Lloyd. 

Hapag-Lloyd es la mayor naviera de Alemania y la quinta a nivel mundial.

La noticia hizo que los papeles de Vapores se dispararan y cerraran con un alza de 13%. La noticia también impulsó a la matriz Quiñenco, que cerró la sesión con una ganancia de 2,26%. Incluyendo las ganancias de ayer, Vapores igual es una de las dos acciones que más cae este año en el Ipsa, con pérdidas de 40%. En los últimos tres años las pérdidas son de casi un 90% y eso hace que los papeles de Vapores sean los de peor desempeño de la industria.

Para los Luksic la entrada en Vapores ha significado sólo problemas. En su momento, los analistas dijeron que la naviera sería el peor negocio en la historia de la familia.

Críticos de lo que les dejó Ricardo Claro dicen que el empresario "sobredimensionó" a la naviera y eso contribuyó a la sobreoferta de capacidad de carga naviera en el mundo, deprimiendo las tarifas de los fletes.

Un ex asesor del grupo Luksic, Luis Hernán Paul, ha sido muy crítico de la gestión del Grupo Claro antes de la llegada de los Luksic.

Paul escribió una columna en el diario La Tercera el domingo 5 de marzo del año pasado. En ella no fue nada diplomático en criticar la gestión del grupo en Vapores.

Hizo una comparación entre el caso La Polar –firma en la cual fue director hasta que estalló el escándalo en junio de 2011– y CSAV.

La crisis de la primera –en la cual tuvo poco que ver, pues ingresó el 26 de abril del año pasado y su primer directorio fue el 25 de mayo de ese mismo año, es decir, apenas 10 días antes del estallido del escándalo– la explicaba como un aparente caso de fraude, del tipo Enron y Worldcom en Estados Unidos.

Pero distinto, dijo, era el caso de Vapores. En el caso de la naviera, Paul simplemente dice que la empresa era mal manejada. En su opinión, “lo ocurrido en la CSAV pareciera ser un caso de toma de riesgos que demostraron ser muy significativos con el paso del tiempo, lo cual cae en la familia de tipo de fallas en los gobiernos corporativos que se dieron en Citigroup y AIG, en la crisis subprime”.

Y aunque advierte que son mucho más graves los casos de fraude, “advierte que la toma de decisiones incorrectas, que llevan implícitas una mala gestión de riesgos en las empresas”, puede tener un efecto en el patrimonio de los accionistas gigantesco y tan negativo como un fraude.

Bajo el control de los Luksic, Vapores ha mejorado. Han eliminado rutas y ganado socios. Además lograron separar a CSAV de su filial SAAM, que quedó como una sociedad independiente y redujeron el tamaño de la naviera en casi un 45%. También aumentaron el porcentaje de la flota que es propia, versus la que arriendan.

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