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Experto PS Gabriel Osorio: “Una Constitución no es para quedar contentos, es para quedar tranquilos” PAÍS

Experto PS Gabriel Osorio: “Una Constitución no es para quedar contentos, es para quedar tranquilos”

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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Más allá de las diferencias que puedan tener las fuerzas políticas en aspectos puntuales del anteproyecto constitucional, el miembro de la Comisión Experta pone el acento en el desafío que supuso llegar a acuerdos políticos inéditos, antes improbables –precisa Osorio–, como consensuar un texto constitucional que, este martes, sorteó con éxito el primer plenario, con la aprobación del artículo que consagra a la dignidad humana como la base del derecho y la justicia, y que es el pilar para un Estado social y democrático de derecho. A su juicio, el único objetivo realmente importante, tanto para la Comisión Experta como para el Consejo Constitucional, es presentarle al país un texto aprobable. “No hay que enamorarse de las ideas propias, hay que enamorarse del objetivo. Y el objetivo es tener un texto que pueda ser aprobado. Eso es”, subraya.


La Comisión Experta constitucional, en su primera sesión plenaria, partió con el pie derecho. Pero no en términos ideológicos, sino de unidad de propósito. Tanto las fuerzas políticas de centro, centroizquierda, de izquierda y de derecha respaldaron los acuerdos alcanzados en las subcomisiones, para dar, de esa forma, sustento democrático al capítulo sobre los fundamentos del orden constitucional, consiguiendo un cambio de paradigma al establecer, mediante consenso unánime, a Chile como un Estado social y democrático de derecho.

El anteproyecto parte así:

1. La dignidad humana es inviolable y la base del derecho y la justicia. Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Su respeto y garantía es el primer deber de la comunidad política y de su forma jurídica de organización.

2. Chile se organiza en un Estado social y democrático de derecho, que reconoce derechos y libertades fundamentales y promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal y a través de instituciones estatales y privadas.

Gabriel Osorio, representante del PS en la Comisión Experta, destacó en la sesión que el anteproyecto acordado “concibe el Estado social y democrático como un instrumento idóneo para dar consecuencia efectiva a la dignidad” y que “nos acercamos a esa idea solidaria de sociedad que es propia de toda comunidad política que aspira al desarrollo”.

En las semanas claves para aprobar el anteproyecto, previo a ser entregado al Consejo Constitucional que comienza a sesionar el 7 de junio, Osorio no esconde su satisfacción por haber llegado en tres meses a un consenso inédito de todas las fuerzas políticas.

“Creo que hasta el momento está resultando un texto constitucional bastante equilibrado, por algo este texto está siendo aprobado por todos los sectores políticos representados, desde el Partido Comunista hasta el Partido Republicano y, más allá de hablar de las enmiendas, yo valoraría el hecho histórico que representa el que, por primera vez, todos los sectores se están poniendo de acuerdo al menos en un texto”, expresa.

-En la sesión de este martes quedó grabada la palabra unanimidad, más allá de algunas diferencias puntuales. ¿Por dónde cree que pasarán las diferencias?, ¿se prevé controversias o un debate más intenso?
-Los debates más intensos ya se dieron en el seno de la subcomisión. Yo creo que, más que una controversia, lo que se dará –y espero que así sea– es que haya un debate muy técnico respecto a la inclusión de ciertos aspectos. Siempre he entendido que de ambos sectores ha habido la disposición a escuchar, a convencer y a ser convencido. Y se ha dado muestras de esa disposición durante todo el trabajo de la Comisión. En ningún caso se ha buscado controvertir o generar polémica respecto de una enmienda, sino que de explicarla técnicamente, sin perjuicio de que el texto a nosotros nos da tranquilidad. No puedo usar otra expresión, porque ciertamente siempre hay cosas que a uno le gustaría que fueran incorporadas en el texto constitucional, pero –insisto– una Constitución no es para que las partes queden contentas, un texto constitucional debe dejar tranquilas a las personas.

-Para alcanzar esta tranquilidad, ¿qué es lo que la centroizquierda ha tenido que perder o ceder?
-El texto es producto de un acuerdo. Entonces, en aquellas cosas en las que no lo hemos tenido, no están formando parte de este texto. En el caso de la subcomisión de Sistema Político, por ejemplo, no logramos un acuerdo en sistema electoral.  Pero yo más bien quiero destacar aspectos positivos. Y, perdóneme, es más desafiante llegar a acuerdos que vociferar de un escaño a otro las ideas.

-¿Cuáles son esos aspectos positivos que se alcanzaron en la subcomisión de Sistema Político que integra?
-Uno, disciplina partidaria, cosa que por más de 40 años no existió. Dos, el reconocimiento de los partidos políticos como personas jurídicas de derecho público como base de la sustentación de la democracia. Tres, el establecimiento de normas que generan orden al interior del Congreso Nacional. Cuatro, normas que impiden la excesiva fragmentación del sistema político chileno. Cinco, normas transitorias que permiten la no excesiva representación de un sexo sobre otro. Seis, que se establece un mandato al legislador para la representación política de los pueblos indígenas. Es decir, nos tratamos de hacer cargo, personas que somos muy distintas, de aspectos fundamentales que afectan a todos los chilenos. El diagnóstico que tuvimos, al menos en la subcomisión de Sistema Político, fue un diagnóstico compartido sobre la excesiva fragmentación y transfuguismo político. Y la incapacidad del Congreso Nacional, junto con el Poder Ejecutivo, de procesar esas diferencias políticas.

-¿Cómo se da ese transfuguismo político y esa incapacidad del Congreso y el Ejecutivo de procesar esas diferencias políticas?
-Con esta Constitución, la actual, llevamos 15 años tratando de parir una reforma al sistema de pensiones. Y eso demuestra el problema que existe al interior del sistema político, y nosotros hemos tratado –con todas nuestras diferencias– de establecer mecanismos de solución a ese problema, a esa traba que tiene el sistema político actual. Entonces, más allá de las diferencias que podamos tener, no muchos creían que podíamos lograr lo que estamos logrando, dada la composición de la Comisión, dado el contexto político. Y, sin embargo, estamos logrando un acuerdo amplio con un texto que trata de representar a la mayor cantidad de sectores políticos y creo que eso es algo que no puede no ser destacado.

-Una de las controversias, al menos desde el mundo parlamentario, tiene que ver con el umbral del 5 por ciento para lograr la subsistencia de los partidos en el Congreso. ¿Qué opina de las críticas que acusan que esta medida sería antidemocrática?
-Dos cosas. Primero, en el sistema de partidos políticos actual no hay una claridad sobre qué es lo que se busca del sistema de partidos políticos. Nosotros lo que pensamos es establecer un sistema de partidos políticos de base nacional que tenga una importante representación y buscamos un equilibrio, porque no olvide que la norma del 5 por ciento está también combinada con el número de parlamentarios electos, por lo que son ocho. Entonces, existen partidos políticos que tal vez no logren el 5 por ciento, pero que sí tengan liderazgos regionales o locales suficientes como para poder lograr una representación parlamentaria de ocho y perfectamente van a poder entrar al Congreso Nacional de la misma manera. Mire, lo que buscamos es evitar la hiperfragmentación del sistema político y regenerar las condiciones para que existan grandes partidos políticos, grandes conglomerados y con partidos políticos programáticos.

-¿La mera restricción por resultado electoral fortalecerá el sistema de partidos políticos?
-Frente al diagnóstico de la fragmentación, nosotros encontramos esta solución del establecimiento del umbral, que funciona en muchos países, incluso en países latinoamericanos como México, pero el ejemplo que tomamos es el de Alemania, que establece la barrera al 5 por ciento para poder entrar al Bundestag. Y además, para que los partidos políticos puedan adecuarse a este nuevo sistema, también se estableció que transitoriamente, para la elección del año 2025, el umbral va a ser del 4 por ciento o la elección de cuatro parlamentarios. Entonces, creo que es un sistema escalonado que permite, por un lado, adecuar a los partidos políticos hacia una nueva regulación y, al mismo tiempo, buscar este necesario remedio a la hiperfragmentación del sistema político.

-¿Cuál es el argumento detrás del acuerdo para que un parlamentario pierda su cupo si renuncia a su partido? 
-El sistema chileno electoral es un sistema de lista cerrada pero no bloqueada. Quiere decir que usted no vota en específico –aunque la gente cree lo contrario– por un candidato, sino más bien usted manifiesta una preferencia por quién le gustaría que estuviera primero en la lista para efectos de la asignación de escaños. ¿Y por qué le digo esto? Porque el sistema electoral funciona de la siguiente manera: primero se suman los votos de la totalidad de la lista o pacto electoral y después se divide por el cociente electoral hasta determinar cuántos escaños le corresponden a esa lista. Y después, se suma la lista de cada partido para determinar cuántos escaños tiene cada partido, que le corresponden a esa lista. Y de ahí se determina quiénes entran al Congreso: aquellos que ocupan la primera mayoría en cada uno de los partidos que corresponden al pacto o a la lista, en caso de que sea de un solo partido. Entonces, usted siempre ha votado en realidad por una lista. Lo que nosotros buscamos es reflejar la idea de que usted vota por un colectivo, por un programa, y que la persona por la cual usted está manifestando su preferencia, que le gustaría que estuviera número uno para la asignación de escaños, representa esas ideas.

-Con eso buscan evitar los caudillismos…
-Lo que se busca es despersonalizar y, en definitiva, que esa persona por la cual usted vota tenga que responder a un proyecto político. Se lo planteo de una manera positiva. Este sistema busca proyectos colectivos, este sistema busca partidos programáticos, no busca personas, busca colectividades, organizaciones que articulen diversos intereses y que, a través de esos diversos intereses, se genere un programa de gobierno que los partidos y sus candidatos deberán ofrecer al pueblo de Chile.

Desacuerdos

-Uno de los puntos en que no ha habido acuerdo entre las fuerzas políticas del oficialismo y la oposición se ha dado en torno a las atribuciones de la Corte Constitucional, en específico sobre el control preventivo.
-La oposición ha querido mantener un control constitucional sustantivo. La experiencia que se ha tenido en la tramitación de causas de estas características ha sido a veces difícil. Perdóneme que se lo diga así, porque muchas veces el sistema político entero ha descansado en el Tribunal Constitucional actual, es decir, que lamentablemente el sistema político ha sido incapaz de resolver los problemas propios de la política y se los entrega a un tribunal. Y eso no está bien. Entonces, lo que nosotros pensamos es que una Corte Constitucional tiene que ser una corte de control de normas. De determinar si efectivamente una norma es conforme o no es conforme a la Constitución, pero con la debida deferencia hacia el legislador. Es decir, que quien ejerce la potestad legislativa es el Presidente de la República junto con el Congreso Nacional. Y que el Tribunal Constitucional tenga controles más bien formales en materia de tramitación legislativa. Esto es, si se cumple con los procedimientos propios de formación de la ley y que sea después que ya se haya terminado su tramitación, que se haya publicado y entre en vigencia. Y que, por tanto, sea a través del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad que pueda conocer el control normativo. Esa es la posición que en el texto se encuentra. No ha habido acuerdo sobre la existencia, hasta el momento, de un control preventivo de normas como lo conocemos el día de hoy.

-Esto puede ser reincorporado por el Consejo Constitucional.
-Yo no sé lo que va a hacer el Consejo Constitucional. Yo solo destaco lo que actualmente forma parte del acuerdo de la Comisión Experta.

-Otro de los puntos donde tampoco ha habido acuerdo, y que se intentará reponer, tiene que ver con el tema de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que han defendido los sectores progresistas, versus la visión conservadora que defiende la protección de la vida antes de nacer.
-Ese es un conflicto que ya ha sido procesado por la Comisión Experta, en el sentido de que ninguna de esas dos normas hasta el momento forma parte del texto. Después también tomará su decisión el Consejo Constitucional. Yo comparto la agenda y, por lo tanto, suscribo también la reposición de la enmienda referida a los derechos sexuales y reproductivos, pero también entiendo que, para que forme parte del texto, se requiere tener las mayorías que existen en el Congreso Nacional, y si es que no, sencillamente dejan de ser batería de importancia constitucional, sin perjuicio de que el legislador pudiese regularlo.

-Si no hay acuerdo, la idea entonces es que quede fuera y no se discuta…
-No, porque sí se va a dar la discusión constitucional y es sano que se dé. Y después se determinará, ya sea por la Comisión Experta o por el Consejo Constitucional, si ambas normas entran o no dentro de la propuesta o de nuestro anteproyecto de nueva Constitución.

Arremetida republicana

-¿El resultado electoral en favor del Partido Republicano en el Consejo Constitucional podría poner en peligro el anteproyecto?
-Yo no prejuzgo ni a Republicanos, ni al Consejo Constitucional, ni a su composición. El resultado de la elección para mí era un resultado esperable. No fue para nada sorpresivo. Para mí lo importante es que se dé una discusión democrática al interior del Consejo Constitucional. Y que estas son las condiciones sobre las cuales tenemos que tratar de llegar a un acuerdo para tener una nueva Constitución. Más bien lo que hago es la invitación a tener una discusión con altura de miras para poder lograr un objetivo que es necesario para la estabilidad del país, para dar certezas jurídicas y, también, para dar estabilidad económica.

-Pero con el antecedente indesmentible de que la derecha, la derecha republicana, roncará en el Consejo, ¿cuánto se juegan la centroizquierda y la izquierda en el anteproyecto constitucional?
-Yo no me circunscribiría a la izquierda o a la centroizquierda. Aquí todas las fuerzas democráticas, todas las fuerzas políticas, nos jugamos mucho en esto. Todos tenemos la misma responsabilidad y que es la de entregar un texto constitucional aprobable. Entonces, cuando usted me pregunta ‘¿qué se juega la centroizquierda?’, bueno, la centroizquierda se juega lo mismo que se juega la centroderecha, lo mismo que se juega Republicanos, aun cuando existan diferencias en cuanto a la composición del Consejo Constitucional o el número de votos o que se logren determinados quórum, todos nos jugamos lo mismo, que es entregar al país un texto que sea aceptable para el pueblo de Chile y que pueda ser aprobado en diciembre.

-¿Y qué podría jugar en contra de ese objetivo? ¿De quién sería el fracaso?
-Cualquier circunstancia que afecte esa posibilidad, no va a ser el fracaso de unos sobre otros, sino va a ser nuevamente un fracaso para el país. Y el daño que se le va a producir al país será tremendo. Entonces yo, al igual que, creo, todos quienes hemos estado involucrados en estos procesos, tenemos que tener la responsabilidad política y la altura de miras suficiente como para entender que esto no se trata de un tema contingente, que la discusión constitucional no es un tema que deba ser tomado a la ligera, sino que tenemos una responsabilidad muy fuerte de poder sostener un texto que nos represente a todos. Entonces, la responsabilidad no es de la centroizquierda, la responsabilidad no es de la centroderecha, la responsabilidad es del país.

-¿Cuál es la expectativa de este anteproyecto cuando comience a ser revisado por el Consejo Constitucional? ¿Concitará apoyos o divergencias?
-Déjeme decirle que fui gratamente sorprendido por cómo se dio el debate en la Comisión Experta. Y si ese espíritu se mantiene en el Consejo Constitucional, yo tengo plena confianza de que va a salir un buen texto. Nadie confiaba. Yo soy una persona que trata de sorprenderse por los hechos, no por las declaraciones. Y en los hechos, la Comisión Experta hizo un buen trabajo, creo yo, aunque lo diga de cerca. Pero hizo un buen trabajo. Si se mantiene esa dinámica y esa disposición al diálogo, a la escucha, a convencer y ser convencido, yo no vería problemas en la continuación de este proceso constitucional.

-¿Confía en que sea la columna de una nueva Constitución?
-El anteproyecto es una base. Es es solo una propuesta. Recordemos que el Consejo Constitucional son las personas elegidas. Solo digo que todos quienes estamos involucrados en distintos papeles en este proceso tenemos que tener conciencia de la responsabilidad política y la responsabilidad que se tiene de los objetivos que nos plantea el Acuerdo por Chile. Nunca hay que enamorarse de las ideas propias, hay que enamorarse del objetivo. Y el objetivo es tener un texto que sea aprobable. Eso es.

 

 

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