Vecina del sector alto de Arica llamó en abril de 2022 a Carabineros, avisando de un tiroteo. Ella sabía que los autores eran de la organización criminal, pues todos estaban “avisados” de que los pistoleros de la organización se dejarían caer ese día, para sacar a balazos a los narcos locales.
–Carabineros Arica, buenas tardes. ¿Cuál es su emergencia policial?
–Buenas tardes. Está el Tren de Aragua acá, en Capitán Ávalos. Por favor, necesitamos que venga urgente. ¡Están a puros balazos!
–Capitán Ávalos. ¿Alguna intersección de Capitán Ávalos, señora?
–¡Balazos!
–¿Correcto?
–Sí, ¡Capitán Ávalos, con el Tofo arriba!
Así comienza el desesperado llamado telefónico que una vecina del sector de Cerro Chuño efectuó el 8 de abril de 2022 a la Central de Comunicaciones de la policía uniformada en Arica, en una fecha en la cual el Gobierno aún no quería reconocer la instalación de la organización criminal venezolana en Chile, pese a que –como lo evidencia el llamado– todos quienes vivían cerca del grupo sabían perfectamente bien lo que era y su peligrosidad, al igual que Carabineros.
En abril de ese año –como ha informado El Mostrador–, la Fiscalía y la PDI estaban recién comenzando a investigar a Los Gallegos, el brazo del Tren de Aragua (TDA) en Arica, después que en medio de escuchas telefónicas efectuadas en contra de narcotraficantes chilenos los detectives se dieran cuenta de que estos estaban aterrorizados ante la aparición de un grupo del cual nunca habían escuchado.
Fue en esas interceptaciones telefónicas, justamente, en que los policías ariqueños oyeron también por primera vez un nombre que hoy es muy familiar: el de un tal “Niño” Guerrero, que –según los narcos chilenos– tenía una tía que vivía en Arica.
Aunque eso nunca se probó, sí existen otros antecedentes en la investigación realizada por la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado de la PDI en orden a que los miembros de Los Gallegos se comunicaban en forma directa con el “Niño” Guerrero, uno de los tres fundadores del TDA.
Como también lo dio a conocer El Mostrador, una investigación de la Fiscalía de Talca, en conjunto con la PDI, determinó que Cheison Guerrero, hermano menor del “Niño” Guerrero, era quien dirigía las operaciones de la célula de TDA en dicha ciudad.
La importancia de Chile para la organización criminal también se evidencia por la presencia en nuestro país de otro de los fundadores del TDA, Larry Álvarez Núñez, más conocido como “Larry Changa”, quien fue detenido en mayo pasado en Colombia y hoy enfrenta peticiones de extradición desde las fiscalías de Los Vilos e Iquique. Esta última, además, emitió una orden internacional de captura en contra del “Niño” Guerrero, mientras que la Fiscalía de Talca hizo lo mismo respecto de su hermano Cheison.
El 8 de abril de 2022, los vecinos de Capitán Avalos, en Arica, estaban conmocionados, pues en la esquina de esa avenida con Linderos tres miembros de Los Gallegos –que viajaban en un Mazda Demio– se enfrentaron a tiros y en pleno movimiento contra un grupo de narcos que iban en un jeep y cuyas identidades se desconocen hasta hoy en día, aunque todo indica que se trata de traficantes del mismo sector que seguramente –por lo que dice la mujer que llama a la policía– estaban amenazados con que serían desalojados a la fuerza si no se iban voluntariamente, tal como el TDA lo ha hecho en todos los sectores donde se ha asentado.
Unos metros más allá de donde se desató el tiroteo, sin embargo, había dos carabineros vestidos de civil, ambos pertenecientes a la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de Putre, los cuales intentaron detener a los sujetos del Mazda.
–¡Alto, policía! –gritó uno de ellos, un sargento, aproximándose al Mazda, tras descender del auto en que él se encontraba. Ante ello, según el relato del funcionario, el sujeto que estaba en el asiento del copiloto, que resultó ser el venezolano Jonathan Mota Carballo, le apuntó con una subametralladora y percutó el gatillo.
Como reconocen fuentes que conocen a la perfección la escena, pese a que el suboficial iba armado, se salvó providencialmente, pues no habría podido hacer frente a ese poder de fuego con su revólver. Sin embargo, la subametralladora se atoró. Ante ello, el sujeto ubicado detrás de Mota, su connacional Alexander Gabay Varela, apuntó hacia los carabineros con una pistola, generándose un tiroteo.
El enfrentamiento entre Los Gallegos y los dos carabineros de Putre comenzó a las 18:10 y fue seguramente en ese momento que la pobladora llamó a Carabineros. Pese a la impresionante calma del funcionario de la Cenco, queda en evidencia que a esas alturas –abril de 2022– la policía uniformada de Arica también sabía acerca de la agrupación criminal:
–¿Alguna característica de los individuos que están efectuando disparos, señora?
–Acá en Capitán Ávalos, cualquier balazo, por favor. Está incluso… niños chicos.
–Correcto, correcto. La estoy escuchando perfectamente, señora, pero yo necesito, mire, estos antecedentes: ¿usted tiene alguna visual de los individuos u observó alguna situación o solamente escuchó los dos disparos?
–Noooo… tienen tramo: había aviso de que iba a venir Tren de Aragua. Estamos todos escondidos dentro de las casas.
–Ya.
–Por favor, ¡necesitamos que vengan urgente!
–¿Desconoce mayores antecedentes?
–Desconozco antecedentes, pero era el Tren de Aragua andando por acá en Capitán Ávalos.
–¿El Tren de Aragua?
–Sí.
–Ya. Correcto. Entonces serían individuos extranjeros del Tren de Aragua.
Los segmentos posteriores del diálogo evidencian al carabinero siempre igual de tranquilo, a la mujer cada vez más desesperada y a un hombre que está con ella y que comienza a gritar garabatos en contra del uniformado, por su calma, mientras de fondo se escuchan las detonaciones y el llanto de niños.
–Por favor, ¿se pueden apurar? ¡Están baleando todas las casas! –implora la mujer al final, completamente aterrorizada.
Como se comprobó posteriormente, no exageraba. A la llegada de los equipos especializados al sitio del suceso, lo que encontraron fue un escenario desolador: había un fallecido, un colombiano de 35 años, Carlos Cárdenas Charría, que esperaba el colectivo, y que murió en medio del fuego cruzado, al recibir un disparo en la cabeza.
Tras una persecución por parte de los carabineros que estaban en el lugar y de otras unidades que arribaron a apoyarlos, los ocupantes del Mazda abandonaron el auto en avenida Santiago Arata, esquina Pacífico Norte, y comenzaron a huir a pie, pero dos de ellos fueron detenidos: Gabay y Mota. El conductor logró escapar y no ha sido identificado.
En la huida se deshicieron de un bolso en el cual fueron halladas más de 70 municiones 9 milímetros. La foto principal muestra los peritajes efectuados por Carabineros a una de las balas, aunque se estima que en el ataque contra los rivales y luego contra los policías hubo más de 200 disparos.
En poder de Mota se encontraron la subametralladora y una pistola Herstal.
De acuerdo con la acusación que la Fiscalía presentó en contra de Los Gallegos, cuyo juicio comenzó en abril pasado y debería terminar en algunas semanas más, Mota y Gabay –conocidos como “Motita” y “Fresa”– eran miembros del aparato de sicariato del grupo y, además de enfrentar acusaciones por asociación ilícita, tráfico de drogas, porte ilegal de armas y de municiones, también enfrentan una acusación por delitos de disparos injustificados en la vía pública y homicidio de carabineros (en grado de frustrado).
Cabe indicar que, como lo establecieron las sucesivas diligencias policiales, en las cuales se incautaron los libros contables de Los Gallegos, desde el momento en que ambos sicarios fueron arrestados, el grupo consignaba todos los meses un monto de 300 mil pesos bajo el mismo concepto: “Viático Motica y Fresita”, un sueldo que se les pagaba a la madre de uno de ellos y a la pareja del otro, mientras estuvieran presos, por su servicio a “El Sistema”, como se denomina internamente al Tren de Aragua.