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El dolor e indignación de un pequeño país en estado de shock 193 de las víctimas del avión de Maylasia Airlines eran holandeses

El dolor e indignación de un pequeño país en estado de shock

El primer ministro holandés cambió su tono moderado por uno más molesto y se declaró «conmocionado» por el abandono y los actos de pillaje que se están produciendo en el lugar donde están desperdigados los restos del avión malasio y de donde todavía no se han podido recuperar los restos humanos.


Para Holanda, una nación con apenas 17 millones de habitantes, perder a 193 compatriotas en un avión que, se sospecha, fue derribado por un misil mientras sobrevolaba el este de Ucrania, ha supuesto un golpe que ha dejado al país desconcertado y sumido en la tristeza.

En un principio se dijo que había 154 holandeses en el total de 298 personas a bordo del vuelo MH17, que despegó de Ámsterdam con destino Kuala Lumpur y cayó en un territorio controlado por los separatistas prorrusos sin que todavía se sepa bien cómo ni por qué. Luego, fueron 189. Finalmente, 193.

Conforme ascendía la cantidad de víctimas, creció la indignación y subió el tono de quienes exigen saber quién es responsable de que el país esté viviendo este proceso de duelo inesperado.

Pero, ¿qué fuerza real tiene Holanda para asegurarse de que se hace justicia, tal como lo han prometido sus gobernantes?

Vea también: escaso respeto a los restos de las víctimas

El país de la diplomacia

Holanda es un país cuya seña de identidad suele ser la tolerancia y la apertura hacia temas que en otros lugares siguen siendo muy controvertidos e incluso en algunos casos, tabú. La legislación sobre el aborto, la eutanasia, la prostitución o las drogas hacen que esta nación europea sea tanto motivo de admiración para unos como blanco de críticas para quienes no comparten este sistema de valores.

La primera reacción del gobierno holandés ante la tragedia del vuelo MH17 fue en sintonía con este carácter moderado, diplomático y abierto al diálogo. Tanto es así, que llegó a frustrar a los más afectados por una catástrofe que no podían prevenir.

En redes sociales comenzaron a circular comentarios en los que se tildaba al gabinete liderado por el primer ministro, Mark Rutte, de pusilánime y se decía que si todas esas víctimas hubieran sido estadounidenses, el gobierno de dicho país habría reaccionado con mayor contundencia y eficacia.

El periodista Robert Chesal, residente en Holanda, también ha sido testigo de estas acaloradas discusiones en la red y, en conversación con BBC Mundo, explica que “Holanda es un pequeño país sin una fuerza militar autónoma, depende de sus aliados y no tiene capacidad para amenazar con adoptar medidas militares por su cuenta.

“Por eso, Holanda siempre elegirá una solución diplomática, política y judicial a una crisis como esta, especialmente porque no es un caso claro de un ataque deliberado contra nacionales holandeses”, agrega Chesal.

Cambio de tono

Sin embargo, la posición del gobierno holandés este sábado fue mucho más dura que la del día anterior.

Cambió el tono del primer ministro Rutte, quien se mostró visiblemente enojado y desafiante hacia el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Rutte se declaró «conmocionado» por el abandono y los actos de pillaje que se están produciendo en el lugar donde están desperdigados los restos del avión malasio y de donde todavía no se han podido recuperar los restos humanos.

«Estoy conmocionado por las imágenes del lugar. La gente camina por ahí con las pertenencias personales de las víctimas. Es francamente repugnante», subrayó Rutte.

El primer ministro holandés denunció que estos excesos alterarán la investigación de los hechos y exigió el «acceso sin trabas» al lugar del siniestro.

Por su parte, desde la capital de Ucrania, Kiev, el ministro de Relaciones Exteriores holandés, Frans Timmermans, aseguró estar «furioso» tras haber conocido informaciones que apuntan a que los cuerpos de algunas de las víctimas de la tragedia fueron trasladados desde la zona en que cayó el avión malasio.

Timmermans, que viajó a Ucrania con un equipo de especialistas forenses para que participen en la investigación y se entrevistó con el presidente, Petro Poroshenko, insistió en que «Holanda no descansará hasta llevar a los culpables del desastre o a quienes lo facilitaron a los tribunales.

«Y no me refiero sólo a los que apretaron el gatillo, sino también a los que lo hicieron posible. Creo que la comunidad internacional debe unirse por esta razón», declaró el canciller holandés.

«Holanda está de luto y quiere repatriar a su gente a casa. Recuperar los cadáveres es nuestra prioridad, y dadas las circunstancias, es un gran desafío», lamentó Timmermans en referencia a las dificultades que están poniendo los rebeldes prorrusos en Ucrania oriental para facilitar el acceso de los expertos de la Organizaciión para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, al lugar del accidente.

El ministro añadió que la caída del avión «ha abierto los ojos a Europa sobre lo que realmente sucede en Ucrania» y que su país a partir de ahora «será más activo para promover acciones más decididas por parte de la Unión Europea», en referencia a la adopción de más sanciones económicas contra Rusia, un asunto que los ministros de Exteriores abordarán el próximo martes en Bruselas.

No obstante, teniendo en cuenta que Rusia es el tercer socio comercial de Holanda, es difícil aventurar una línea de presión excesivamente dura por parte de los holandeses hacia los rusos.

Homenaje y duelo

Mientras los políticos intentan definir la estrategia a adoptar para esclarecer lo sucedido, Holanda continúa su proceso de duelo, que se hace mucho más patente y doloroso en las localidades de origen de las víctimas.

Llaman especialmente la atención los casos de familias completas que desaparecieron con la caída del avión de Malaysia Airlines.

Pueblos y ciudades de todo el país celebraron concentraciones, minutos de silencio y otros actos en memoria de los fallecidos.

Además, se sucedieron las reuniones en empresas, escuelas y otros lugares que formaban parte de la vida de las víctimas, para dar apoyo psicológico a familiares y allegados.

En estos días se han multiplicado los mensajes y señales de solidaridad a través de las redes sociales, en particular de Facebook y de twitter.

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