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Construyendo ciudadanía desde la diversidad

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Se habló del estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien entregó un lapidario informe sobre las democracias en América Latina. Allí se señalaba que los actuales regímenes democráticos no son suficientes para acoger las demandas de la ciudadanía. El estudio graficaba que un 54,7% de la población encuestada aceptaría un gobierno autoritario a uno democrático si este es capaz de resolverles sus problemas.


Recientemente se realizó en la ciudad de Concepción, con una gran cantidad de asistentes, el primer seminario Latinoamericano sobre incidencia de la sociedad civil en el espacio público denominado «Ciudadanía que incide decide», organizado por el Servicios Estudios Regionales y el Foro Ciudadano Regional.



Un espacio que permitió integrar actores y actoras de mundos diversos con el fin de buscar nuevos modelos de intervención que le devuelvan mayor protagonismo a la ciudadanía.



Una ciudadanía sin voz ni participación es una ciudadanía ausente de los grandes cambios. ¿Cómo recuperar esa actoría social?, ¿Cómo incidir en las grandes decisiones?, ¿Qué cambios deseamos?: éstas son parte de las preguntas que se escuchaban y que se intentaban descifrar con la participación de todos y todas.



Se habló del estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien entregó un lapidario informe sobre las democracias en América Latina. Allí se señalaba que los actuales regímenes democráticos no son suficientes para acoger las demandas de la ciudadanía. El estudio graficaba que un 54,7% de la población encuestada aceptaría un gobierno autoritario a uno democrático si este es capaz de resolverles sus problemas.



Esto nos habla de lo vulnerable que resulta la democracia como sistema político y de la percepción negativa que se tiene de este sistema para resolver las graves diferencias sociales en la región



¿Y cómo no?, si en las últimas décadas, nuestra región ha recorrido un largo camino de experiencias y procesos socio-políticos de gran trascendencia, la mayor parte de ellos dramáticos y con profundas secuelas. Gobiernos populistas, dictaduras militares, políticas de ajuste, corrupción, conflictos armados, violencia social y política etc.



Producto de ello es que esta región tiene sumido en la extrema pobreza a 220 millones de habitantes. El resto de los ciudadanos y ciudadanas, a saber, viven en desigualdad social de distintas formas; sin derechos, discriminados, con falta de oportunidades, entre otras.



Asistimos a un escenario donde las democracias sólo cuantifican votos pero no visualizan ciudadanía. Nuestros gobernantes se alejan de sus representados. Existe una deslegitimidad de la política y de su efectividad.



El Estado se desentiende de los problemas sociales e intenta resolverlos privadamente. La ciudadanía se transforma en «gestionadora», del hacer y el pensar de otros. La tecnocracia se apodera del espacio público imponiendo sesgadamente sus verdades. Así la participación y la toma de decisiones por parte de la ciudadanía queda reducida a su mínima expresión.



Bajo este contexto la sociedad civil tiene una responsabilidad mayor. Para lograr protagonismo y actoría ciudadana se deben generar procesos de autoaprendizaje, de reflexión crítica, de alianza y articulación con otros y otras. Aprender a visibilizar nuevas prácticas y nuevos discursos. Discursos que se antepongan al discurso del actual sistema. Un discurso liberador, alternativo. Donde afloren nuevas propuestas, nuevas acciones y nuevos valores.



Son propuestas de cambio que mejoran y extiende la defensa de los derechos ciudadanos, en especial de los más pobres, con una mirada plural, diversa, con un enfoque que priorice la equidad en las relaciones de género



Así entendimos que la incidencia es un medio, un camino para los cambios. Los cambios los hace la sociedad civil. En ese sentido, la incidencia de la sociedad civil se plantea como parte del desarrollo humano. Una ciudadanía que incide es una ciudadanía que hace uso de sus derechos.



Se hace urgente movilizarse contra la apatía, la indiferencia y las injusticias. Se hace necesario trabajar por construir sueños colectivos. Para eso es imprescindible potenciar las capacidades de articulación y de unidad que puedan generar cambios que beneficien a una ciudadanía activa. En definitiva, este seminario nos invitó a ciudadanizar la acción política.



La realización de este seminario contó con la colaboración del Centro de Educación y Tecnología para el Desarrollo del Sur (Cet-Sur), la Fundación para la superación de la Pobreza (Fusupo) y el Centro de Políticas Públicas y Ciudadanía de la Universidad del Bio-Bio, la Agencia de Cooperación Internacional Oxfam y la Fundación Avina.



Dagoberto Pérez U. es periodista del Servicios de Estudios Regionales, SER. E-mail: dperezurru@yahoo.com

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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