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Ricardo Lagos y las elecciones de diciembre


No hay que ser experto electoral para descubrir la importancia en estas elecciones presidenciales y parlamentarias de quien dirige los destinos de Chile, no sólo por el cargo en sí mismo, sino que particularmente por su relevancia como capital electoral.

Capital electoral empíricamente comprobado, si a Lagos le está yendo mal afecta a toda la Concertación, pero si le está yendo bien claramente le ha ido bien a la coalición. Remarquemos también que esto no ha sido porque como conglomerado hemos hecho una sustantiva reingeniería que nos haya mejorado cualitativamente, no.



Lagos salió de una complicada puesta en marcha de su gobierno, y se adaptó a convivir con una situación judicial por supuesta corrupción en su gobierno (permítaseme usar la palabra supuesta cuando se abusó tanto de esa palabra). Por otra parte, asumió en plena crisis económica, con las particularidades que adquirió en Chile la crisis asiática, particularmente en la recuperación.



Pero a Lagos la también supuesta mala suerte que le acompañaba le cambió por buena suerte, el cobre comenzó una sostenida alza, las miradas internacionales que observaban su gestión de gobierno lo vieron en sus propios escenarios, la observación se transformó en admiración.



Su pueblo también cambió en relación a Lagos. El Presidente de Chile les ha dado lo que mezquinamente se les ha negado, en el deporte, por ejemplo: presencia y triunfos fuera del país, pues los chilenos necesitamos, quizás por nuestra lejanía, que nos reconozcan. Los logros en desarrollo de infraestructura vial, están ligados a él, como Ministro y como Presidente. La relación con las Fuerzas Armadas desde el «servilletazo» en adelante son palpables y evidentes, el que manda en Chile es quien ostenta la primera magistratura de la nación. Y puso en marcha también la reforma de la salud.



En paralelo, las nuevas normas estrictas surgidas en Estados Unidos producto del 11 S, en relación al lavado de dinero proveniente de actividades terroristas, terminan por golpear el único capital que Pinochet aún mantenía, la probidad personal. Y en esto, el dinero mal habido, provocó un desbande en sus seguidores y una vuelta de espalda de la mayor parte de sus sostenedores fácticos; cualquier cosa le perdonaban, menos las monedas como diría un joven.



Desde el gabinete de Ricardo Lagos surgen los precandidatos presidenciales con más posibilidades para imponerse dentro de la coalición y desde ahí mismo se cristaliza uno de los cambios sociales y políticos más importantes que viviremos los chilenos, una mujer Presidenta de la República y también la Senadora más votada a nivel nacional.



Lagos debe decir, como lo dijo en las municipales: No da lo mismo por quien se vota; porque su imagen con sus candidatos fue lo que provocó el cambio en la intención de voto de muchos chilenos entre septiembre y octubre del año pasado que permitió la victoria que se obtuvo, y esto es válido ahora, para la campaña presidencial y para las parlamentarias, simplemente porque nunca en la historia de Chile un Presidente va a terminar su mandato con tanto apoyo ciudadano.



Se hace necesario además un rol más activo de los máximos dirigentes de todos los partidos de la Concertación en el Comando Presidencial. No es atendible que la negociación parlamentaria haya producido un desgaste de tal magnitud que los inhiba para cumplir un rol más protagónico y necesario; además el ambiente anti-partidos no es parte de nuestra esencia y en el caso particular del futuro del subpacto PPD, PS, PRSD, se discutirá ya instalado el gobierno de Michelle Bachelet.



Todo esto además porque es necesario ganar en primera vuelta, por varias razones. Recursos de campaña, conformación sin tensiones adicionales del nuevo gobierno, corto gobierno de Michelle Bachelet, si a eso le sumamos las largas campañas electorales que se desarrollan en nuestro país pensando en su último año de gestión. No podemos dejar de mencionar la necesaria renovación de personas a la que se ha comprometido nuestra candidata para su gobierno, propuesta que puede debilitarse en un escenario de triunfo en segunda vuelta.



El objetivo a cumplir, ganar en primera vuelta las presidenciales y doblar en el máximo posible de circunscripciones y distritos en las parlamentarias, debe ser con Ricardo Lagos presente, apoyando a su coalición y con el comité político de la Concertación jugando un rol de primera línea en el Comando de Michelle Bachelet.



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Darío Contador. Analista Político.






  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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