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¿Y dónde está Golborne?

Jaime Retamal
Por : Jaime Retamal Facultad de Humanidades de la Usach
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No prevenir y trabajar anticipadamente para que este tipo de contratiempos no le ocurran a la misma clase media que vio en él un súper héroe en el rescate de los 33, es literalmente, un pecado mortal. Este escándalo lo deja muy mal parado. ¿Cuántas horas sin compartir agradablemente con la familia?; ¿cuántas horas de descanso, relajo y sana compañía familiar?; ¿cuántas empanadas mal comidas por la rabia y el apuro?; ¿cuántas puteadas (en buen chileno) que el ministro se está llevando este 18? En fin… ¿Nadie en ese Ministerio le avisó al ministro Golborne, una semana antes, que este desastre ocurriría?


La Ruta 5 Sur estaba colapsada por la mañana del sábado (a eso de las 15:00 hrs seguía estándolo). Si alguien iniciaba su tránsito hacia el Sur a eso de las 7 de la mañana estaba destinado a encontrarse con un taco en Angostura que terminaría a eso de las 14:00 hrs. ¿Dónde estaba el ministro? Apareció con una cara nada de agraciada en una nota del diario La Tercera a media mañana, que si no era del día, inducía a pensar que las fondas de la noche anterior con la Ena y el Presidente habían estado full chicha, cueca y delirio presidencial.

Nadie previó este embotellamiento vehicular, es evidente. Se trata de un desastre de proporciones.

El primer responsable es el ministro Golborne, sin duda, que no previó ninguna medida para la mitigación de las incomodidades que el santiaguino medio sufriría por causa de estas improvisaciones.

[cita]Cuando Golborne era gerente del JUMBO es muy probable que nunca —pero nunca— le sucedió por no prevenir, que las carnicerías del hipermercado estuvieran exentas de carne, pollo o chorizos en un 18. Es muy probable que por los estudios de mercado supiera antes —ese es el punto, ‘antes’— que el supermercado estaría repleto si la situación sería como esta semana del año 2012.[/cita]

Todas las promesas que hablaban de mitigación por el TAG o por lo que fuere se desvanecieron en un par de minutos y es evidente que las declaraciones a media mañana del ministro buscaron paliar en algo su responsabilidad en esto. Pero es evidente, de la misma manera, que provocó lo contrario pues la frase del ministro “hay que armarse de paciencia”, fue totalmente desafortunada. Responsabiliza a los conductores por la mala previsión que él mismo hizo de esta situación.

¿Nadie en el Ministerio previó que sucedería esto? ¿Nadie en el Ministerio previó que la salida de Santiago sería caótica dada la especial semana que sabíamos viviríamos este 18 de Septiembre?

El ministro Golborne tiene que aprender a sentir como siente la gente popular y de clase media, si quiere y le interesa aprender a empatizar con ellos y ser el futuro Presidente de Chile. Es un pecado mortal lo que ha hecho, es decir lo que NO ha hecho.

No prevenir y trabajar anticipadamente para que este tipo de contratiempos no le ocurran a la misma clase media que vio en él un súperhéroe en el rescate de los 33, es literalmente, un pecado mortal.

Este escándalo lo deja muy mal parado.

¿Cuántas horas sin compartir agradablemente con la familia?; ¿cuántas horas de descanso, relajo y sana compañía familiar?; ¿cuántas empanadas mal comidas por la rabia y el apuro?; ¿cuántas puteadas (en buen chileno) que el Ministro se está llevando este 18? En fin… ¿Nadie en ese Ministerio le avisó al ministro Golborne, una semana antes, que este desastre ocurriría?

Chile espera de sus Presidentes o de sus futuros Presidentes que le ahorren este tipo de inconvenientes. El futuro de Golborne no puede vivir únicamente del pasado de los 33 mineros. Debe ser alimentado ese futuro de una ilusión, de que él será capaz de otorgarle más felicidad y bienestar a esa clase media que lo levantó desde la arena del desierto del norte de Chile al coliseo de La Moneda.

Este tropiezo lo deja mal parado. El taco en Santiago le puede repercutir en todo el país.

Cuando Golborne era gerente del JUMBO es muy probable que nunca —pero nunca— le sucedió por no prevenir, que las carnicerías del hipermercado estuvieran exentas de carne, pollo o chorizos en un 18. Es muy probable que por los estudios de mercado supiera antes —ese es el punto, ‘antes’— que el supermercado estaría repleto si la situación sería como esta semana del año 2012.

¿Es que ahora, servidor público a cargo de un Ministerio, no lo sabe? Debiera saberlo. Ahora no es Paullman el que se lo pide. Es el pueblo y con el pueblo no se juega. No es llegar y salir en Las Últimas Noticias. Es mucho más serio. Se trata del 18. De ese 18 con empanadas y vino tinto con la familia y los amigos.

Si bien ‘Golborne’ no es para nada un apellido huaso, jactarse de popular, de Maipú, le pueden pasar la cuenta al ministro por este desastre y caos.

Tendrá que apurarse, porque si a la vuelta ocurre lo mismo ¡ay Dios!; ¡se nos viene Longueira! y ese sí que sabe de populacho.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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