Señor Director:
Quisiera hacer un punto en esta discusión, desde la perspectiva de un ahorrante forzado de este excelente modelo de negocios.
Entiendo el tecnicismo del señor abogado Pablo Sotomayor, en su carta enviada a este medio, quien indica que desde el punto de vista regulatorio, la industria cumple como todas las exigencias que el regulador les hace. Desde esa perspectiva, no hay contrapunto. Sin embargo, desde el punto de vista del afiliado forzado, es decir, yo, este modelo de negocios no me agrada, independiente si lo entienda o no. A pesar de aquello, la opinión particular respecto mis preferencias por modelos aseguradores de pensiones, queda en reserva, dado que no es relevante en esta discusión.
Dejo en claro, que desde el primer día que comencé a trabajar, por el año 2004, mi empleador descontó, sin consulta previa, lo que correspondía de mis cotizaciones mensualmente, hasta que comenzó el acoso de buitres (ejecutivas) por mi filiación. Desde allí en adelante, solo sé que un cantidad importante de mi dinero y la ganancias conseguidas con mi dinero, van a parar a los bolsillos de honorables ejecutivos, directores y acciones de las AFPs, y otros tantos pesos para pagar a abogados que expliquen con tecnicismos, que solo una mínima fracción de la población entiende, lo perfecto que es el modelo de negocios. Así como dijo un viejo amigo profesor de castellano, las leyes están hechas solo para quienes saben interpretarlas.
Mientras especialistas y políticos inventan fórmulas para descomprimir la presión social, mi opinión no tiene matices “No+AFP”.
Saludos cordiales,
José Cárcamo-Vega, Ph.D.
