Señor Director:
Aunque expertos en Medio Oriente dicen que Chile desconoce la amenaza terrorista de la que puede ser víctima, tenemos conciencia de lo que esto ha significado en el mundo. Cruzando la cordillera, en 1992 y 1994 hicieron estallar la Embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita, AMIA, primeros atentados perpetrados por el extremismo islámico en Latinoamérica.
Después de las Torres Gemelas en Estados Unidos, es Europa la que está siendo asolada por este fenómeno: España, Francia, Alemania y Bélgica han sido algunos países que han sufrido los efectos del terrorismo.
Para honrar a los fallecidos y no olvidar estas tragedias es importante la memoria, tener presente cada atentado, cada muerto, cada herido.
Mucho antes que en Europa o Argentina, el terrorismo se había instalado en Medio Oriente. Israel fue el primer objetivo de atentados. Desde hace décadas Hamas y Hezbolá han hecho explotar restaurantes y buses y enviado miles de misiles hacia la población civil israelí. De hecho, el recién pasado 14 de julio, 200 misiles fueron lanzados por el grupo terrorista Hamas desde Gaza hacia Israel.
El terrorismo surge de la intolerancia y el odio, y el integrismo islámico es muestra de ello. En Medio Oriente se persigue a los cristianos, que son considerados infieles y por lo tanto asesinados a diario. Esto ha hecho que en países árabes la población cristiana se haya reducido de un 20% a un 4%.
Este miércoles 18 de julio estaremos conmemorando el aniversario N°24 del atentado a la AMIA. Esto nos sirve para recordar, para no acostumbrarnos, para no dejar de conmovernos, para comprender que el terrorismo puede golpearnos en cualquier momento y que es, efectivamente, el resultado de la intolerancia y el odio que debemos enfrentar.
Shai Agosín Weisz
Presidente Comunidad Judía de Chile
