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Con polémica parte semana clave para elección de cargos de salud 2005

El Presidente Ricardo Lagos decidió aceptar la propuesta del Consejo de la Alta Dirección Pública y nombrar a Verónica Loyola -cuestionada por el cobro irregular de horas extra en el Servicio Metropolitano Central- como directora del Servicio Viña del Mar-Quillota. Aludida asegura que no tuvo implicancia mayor en ese caso.


Después de más de un mes sin pronunciarse, el Presidente Ricardo Lagos zanjó finalmente quienes serán los dos nuevos directores de los servicios de Salud de la Quinta Región. Con esta decisión, el mandatario dio la partida a la carrera final por la elección de algunos de los cargos más importantes del sector para el próximo año.



Esto, ya que además de los puestos de cabeza de servicio -que se eligen a través del sistema de la Alta Dirección Pública- en estos días también se define quienes dirigirán las dos subsecretarías que se crearán con la reforma a la salud, a partir del primero de enero del 2005.



Según confirmó El Mostrador.cl, en el cargo de director del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio fue escogida Nélida Velásquez González, quien es médico cirujano de profesión, cuenta con un MBA de la Universidad de Valparaíso con mención en Gestión de Organizaciones y actualmente se desempeña como directora subrogante de ese servicio.



En el servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, en tanto, fue nombrada Verónica Loyola Arancibia, quien también es médico cirujano de la Universidad de Chile, realizó en ese mismo plantel un Magíster en Administración de Salud y hasta ahora trabajaba en su propia consultora.



No obstante, antes de este último nombramiento Verónica Loyola también se desempeñó como subdirectora médica del Servicio de Salud Central y allí es donde empiezan los problemas.



Conflicto político



Tras la salida de Fernando Voight de la dirección del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota en febrero pasado, se inició el proceso para escoger su sucesor. Sólo que esta vez el proceso no fue el tradicional, ya que este cargo estaba dentro de los 2.466 nuevos puestos que se elegirían a través del Sistema de Alta Dirección Pública, mecanismo ideado para elegir profesionales por mérito y no por afinidades políticas.



Luego de una serie de reuniones entre la presidenta del Consejo de Alta Dirección Pública, Catalina Bau, y el ministro de Salud, Pedro García, se definieron los perfiles tanto del nuevo director de servicio de Viña del Mar-Quillota como de la futura cabeza del Servicio Valparaíso-San Antonio.



El domingo 15 de agosto se publicaron en la prensa los llamado a concursos, y con la asesoría de Ernst & Young y de la Asociación Chilena de Seguridad, se preseleccionaron los candidatos que llegaron a manos del Consejo de Alta Dirección Pública.



Este consejo -integrado por Catalina Bau, Rosanna Costa del Instituto Libertad y Desarrollo, María Luisa Bramh del Instituto Libertad, José Florencio Guzmán de Troncoso, Guzmán & Compañía, abogados, y Mario Waissbluth, conocido, entre otras cosas, por ser perito de Transantiago- envió sus ternas al presidente, que debía resolver nada menos que los dos primeros cargos en salud escogidos a través de este moderno -o modernizador– sistema.



Sólo que en las ternas había novedades. Entre los candidatos había profesionales no médicos (incluida una abogada) y también una funcionaria cuestionada por el cobro irregular de horas extra en el Servicio de Salud Metropolitano Central durante la administración de Francisco Rivas (PS), quien terminó renunciando a su cargo por la polémica generada a raíz de las denuncias en contra suya y de su núcleo más cercano.



Esta situación habría preocupado al ministro de Salud, Pedro García (DC), quien habría manifestado sus reparos en Palacio por lo sensible del tema sobresueldos para el gobierno. Otras versiones, sin embargo, sostienen que la preocupación y molestia del Secretario de Estado apuntaba más bien al perfil técnico de la postulante e, incluso, a que no haya sido demócrata cristiana.



Según fuentes tanto de salud como de otras carteras, esta preocupación de García habría influido en la demora del Presidente Lagos en tomar una determinación, puesto que el mandatario ya contaba con los antecedentes necesarios para resolver el tema desde fines de octubre.



Como sea, el Presidente ya tomó una decisión, que habría favorecido a las dos postulantes que lideraban las ternas del Consejo de Alta Dirección Pública, zanjando así el asunto.



Esta determinación también habría sido aceptada por el ministro de Salud, quien la semana pasada asistió a un seminario organizado por el Servicio Civil, que lidera Catalina Bau, lo que fue leído como un gesto amistoso en esa repartición.



Los descargos de Loyola



Para Verónica Loyola, con este nombramiento los tiempos del servicio de Salud Metropolitano Central quedaron atrás. Consultada por El Mostrador.cl por las irregularidades de las que se le acusa afirmó que "no tuve ninguna implicancia mayor" en el tema, que nunca hubo ningún proceso legal en su contra y que "renuncié voluntariamente" al cargo.



Respecto de la participación del Servicio Civil en su nombramiento, dijo que a su juicio era positivo escoger a alguien de un perfil más técnico y aseguró que nunca perteneció al Partido Socialista, como el ex director del Servicio de Salud Metropolitano Central, Francisco Rivas, junto al cual fue cuestionada.



Acerca de los planes para su gestión, sostuvo que buscará "fortalecer la reforma", administrar eficientemente la red asistencial y crear "bolsas de acceso y cobertura" en la zona de la Quinta Región que le tocará dirigir.



Y aún falta la pelea más grande



Este viernes se prevé que el ministro Pedro García viaje a Italia, donde pasará las fiestas junto a su mujer, que estudia en ese país. Claro que antes de que deje Chile debieran quedar resueltos dos de los cargos más importantes para la reforma a la salud: las subsecretarías de Salud Pública y de Redes Asistenciales, que reemplazarán a la actual subsecretaría de Salud, que encabeza Antonio Infante (PPD).



Precisamente el nombre de Antonio Infante es uno de los que más suena en Salud para ocupar uno de esos cargos, que se eligen por la vía tradicional y no a través del Sistema de Alta Dirección Pública.



Según fuentes próximas al progresismo, Infante está interesado en la Subsecretaría de Salud Pública, para lo que ya habría iniciado gestiones. Sin embargo, este interés no es compartido por una parte de su colectividad, que considera que no existen los fondos para cumplir esta tarea en la cartera, por lo que opinan que el PPD debiera concentrar sus fuerzas en quedarse con la Subsecretaría de Redes Asistenciales, lo que será tratado mañana en la reunión de la comisión de salud del pepedé.



En esa colectividad también hay preocupación, ya que temen que esté en marcha una alianza entre el PS y la DC para dejarlos fuera del juego, vale decir, sin poder de decisión y resignados al acuerdo que alcance el actual subsecretario con el Presidente.



El otro nombre que suena fuerte para ocupar una de las nuevas subsecretarías es el del jefe de la división de rectoría y regulación sanitaria, Fernando Muñoz (PS), quien pese a no contar con un apoyo cerrado en su colectividad, sí cuenta con respaldos y contactos transversales, que van desde el ex superintendente de Isapres y actual cabeza de Salud y Futuro, Héctor Sánchez (DC), hasta Rafael Caviedes, vinculado a la Asociación de Isapres, pasando por el actual director de Fonasa, Álvaro Erazo (PS).



El tercer hombre del Minsal aparece como el contrincante más poderoso para Infante en la subsecretaría de Salud Pública. Aunque no se descarta, eso sí, que termine encabezando la subsecretaría de Redes.



Otro de los nombres que ha provocado ruido en el sector, como un eventual postulante a una de las nuevas subsecretarías, es Ricardo Fábrega. Sin embargo, atentan contra sus posibilidades el pertenecer a la DC, partido que ya tiene en sus manos tres cargos clave: el ministerio, la Superintendencia de Salud -que el superintendente de Isapres, Manuel Inostroza, asumirá como suplente el próximo año-, además del secretaría regional ministerial (seremi) de Salud, con Mauricio Ilabaca.



También se dice que la actual directora del Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma), Soledad Ubilla, está interesada en la Subsecretaría de Redes Asistenciales, en vista de que su servicio será absorbido por la Seremi. Pero todo indica que ella está más bien abocada a una labor de posicionamiento mediático, que busca convertirla en un comodín para cualquier cargo atractivo que se presente.







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