El pequeño se encuentra internado en la Clínica Santa María y a pesar de su evolución satisfactoria, este aún no sale de la condición crítica.
Un leve mejoría ha mostrado el menor Amaro Andrés de Jesús Tolorza Díaz, quien resultara quemado en la Clínica Presbiteriana por la utilización de una frazada térmica.
El pequeño ha manifestado una evolución favorable a los injertos que se le han hecho y actualmente se encuentra con apoyo de un ventilador mecánico en la Clínica Santa María.
El recién nacido mantiene un 30% de su cuerpo quemado, luego que personal de la mencionada clínica lo abrigara con una frazada térmica con un supuesto desperfecto, luego que se le detectara hipotermia.
Las graves lesiones causadas por la frazada obligaron, el 20 de julio pasado, trasladarlo hasta la Clínica Santa María un día después de su nacimiento.
Según el informe de la clínica que emitió ese mismo día, el niño tiene un «diagnóstico de recién nacido de término, gran quemado y falla multiorgánica».
La doctora Leticia Yáñez, jefa de la Unidad de Pacientes Críticos Pediátricos de la clínica Santa María, dijo hace algunos días que el bebé presentó una falla multisistémica, edema cerebral, compromiso neurológico y se le aplicó diálisis, por lo que sus probabilidades de sobrevivir se reducían sólo a un 10 por ciento.
Sin embargo, esta situación ha variado con el transcurrir de los días, ya que se informa de una leve evolución satisfactoria a los tratamientos e injertos a pesar que aún no sale de la condición crítica.
