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El millonario presupuesto en salud mental para niños del Sename que el gobierno ignoró Nuevos antecedentes sobre la crisis de la atención estatal de menores vulnerables

El millonario presupuesto en salud mental para niños del Sename que el gobierno ignoró

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Juan Andrés Mosca lleva tres años a cargo del Centro Metropolitano Norte de Til Til, que alberga a menores del Sename infractores de ley. Asegura que de los niños que protege el Servicio Nacional de Menores, el 70% necesita atención por enfermedades mentales. De esa cifra, el 10% requiere internación. Por eso, cuando fue jefe de salud mental del Minsal durante el gobierno de Piñera, ayudó a tejer un proyecto para la ejecución de una serie de residencias en las que los menores del Sename pudieran ser tratados. Los recursos se asignaron vía Presupuesto nacional, sin embargo, el psiquiatra acusa que después de su aprobación, nunca se utilizaron para los fines que fueron entregados. “La plata se ha gastado, no es que esté guardada en un cofre. Pero se gastó en otras cosas”, afirma.


Lo primero que dice Juan Andrés Mosca –psiquiatra infanto-juvenil– es que su defensa no es partidista ni tiene que ver con atacar a un gobierno u otro. Actualmente es director de un centro en Til Til para menores infractores de ley, ha sido asesor del Sename y durante el gobierno de Sebastián Piñera ayudó a empujar una serie de proyectos que buscaban dar contención emocional a los pequeños privados de libertad o que necesitaban protección.

Sin embargo –dice Mosca– a pesar de que esos dineros se aprobaron vía Presupuesto, nunca se utilizaron para los fines que fueron destinados: 10 residencias polivalentes de tratamientos de seis meses ligadas a hospitales públicos. Además, una unidad para desintoxicación de menores condenados (UDAC) al interior del Psiquiátrico Dr. Horwitz –que se financió con dineros de la Ley de Alcoholes– y dos unidades de mediana estadía, una en Santiago y otra en Concepción.

En 2008, y en el contexto de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, Mosca cuenta que se hizo cargo de la primera unidad de corta estadía en el hospital psiquiátrico, que según él fue un “éxito”. También le tocó vivir la implementación de unidades similares en otros hospitales públicos que paulatinamente les cerraron la puerta a los menores.

-¿Resultó esa convivencia?
-En 2012 había mucha tensión entre el Poder Judicial y la red de salud, porque los hospitales empezaron a negarse a recibir a los niños. Fue un proceso gradual: en 2008 las unidades se instalan. Al principio sí los recibían, en 2009 ya no mucho, en 2010 menos. En 2011 ya se estaban negando y los jueces de familia empezaron a dictar órdenes para meter preso al médico o director de hospital que se negara a hospitalizar al niño. Entonces, en 2012 la relación estaba muy tensa entre Salud y el Poder Judicial.

-¿Cómo se solucionó?
-En una mesa de trabajo entre el presidente de la Corte Suprema y el ministro de Salud, Jaime Mañalich, se estableció que se iba a hacer una mesa de trabajo intersectorial para poder dar una salida a este tema construyendo nuevas unidades especializadas. Ahí me llamaron del Minsal porque yo era el único experto que trabajaba en esta área en el hospital psiquiátrico. Yo no tenía nada que ver con política ni nada, me llamaron como asesor experto y diseñamos el modelo polivalente. Participamos en mesas de trabajo con Senda, Sename, Minsal, Poder Judicial y Unicef. Todos estuvieron de acuerdo, transversalmente. Si bien no era una solución profunda, era una respuesta urgente para los niños del Sename. Finalmente esto se aprueba en el Presupuesto 2013.

-¿Qué significa que fueran residencias polivalentes?
-Se refiere a que no solo se trata de una unidad de salud sino que involucra un trabajo intersectorial en el cual participan otros organismos, con el sentido de brindar un abordaje integral a los problemas que tienen estos niños. No es un problema solo de salud. Se requiere abordar el problema del derecho, del trabajo comunitario, del apoyo social a las familias.

[cita tipo= «destaque»]“(Ningún gobierno) los han priorizado. Es un tema entre el discurso político por un lado; el decir ‘sí, es importante, los derechos humanos’… y por otro lado se trata de decir ‘bueno, a qué vamos a destinar los recursos’. Los niños del Sename han sido siempre los más postergados”.[/cita]

-¿Y hay algunos de esas unidades que servían para tratar no solo adicciones sino problemas psiquiátricos agudos, como habría sido el caso de la niña que murió en un centro del Sename hace unas semanas?
-Claro, perfectamente. El diagnóstico parte de la base de que el Sename tiene a 150 mil niños en programas de protección, otros 33 mil en programas de justicia penal juvenil y de ellos el 70% tiene enfermedades mentales. De ese 70%, el 10% tiene enfermedades psiquiátricas graves por las que requieren ser internados. Estos datos son de un estudio de 2007 sobre prevalencia de enfermedades mentales en los usuarios de la red Sename en la Región Metropolitana de la Fundación de Canalistas del Maipo, del cual yo mismo participé.

-¿Tú crees que esa cifra se mantiene?
-Sí, es un 70%. Y los estudios que se han hecho en privados de libertad o en población infractora del Sename dicen lo mismo. Y es equivalente también a los estudios internacionales. No es distinto en población de alta vulnerabilidad social. El 70% tiene enfermedades mentales. El 10% es tan grave que requiere internación. Si tú extrapolas los números, que son 150 mil niños en protección y 33 mil de responsabilidad penal juvenil, y calculas que de ellos el 10% requiere internación hospitalaria, terminas con que son miles de niños.

-El Presupuesto que se aprobó para la ejecución de los 10 centros de corta estadía estaban contemplados en el presupuesto nacional, ¿vía qué sector se transferían los recursos?
-Salud. Ese ministerio pidió $1.400 millones en PPI (Programa de Prestaciones Institucionales) para poder hacer diez residencias de salud mental polivalentes, y además tratamiento de alcohol y drogas para fortalecer el área forense. Esto en el Presupuesto 2013.

Se suponía que Sename también iba a pedir por su parte la plata para poder financiar esas mismas residencias. Pero el Sename tiene muy poca plata para eso. Son $5 millones por 20 plazas mensuales.

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UDAC femenino del Hospital Psiquiátrico Horwitz

-¿Y el Sename solicitó esos recursos?
-Sí, de hecho los tienen disponibles hace muchos años, pero no tienen oferentes, porque con $5 millones no te alcanza para hacer una unidad de ese tipo.

-¿Esto era a nivel nacional?
-A nivel nacional. La idea era implementar diez centros y se distribuyeron los recursos para partir en Arica, acuérdate de que con la comisión Jeldres (el informe que lideró la jueza Mónica Jeldres) apareció en Arica un tema súper grave en un hogar de niñas por abuso sexual, entonces se definió que era prioridad partir ahí. Otro en el Cread Pudahuel, otro en el Cread Capullo y el resto se iba a ver en el camino. En Coquimbo había un fondo de desarrollo regional que estaba hace muchos años ahí parado, que se había pedido para hacer un tipo de diseño que tenía Sename antes y que ya no existe. Eran una especie de hogares para jóvenes infractores, antes de que entrara en vigencia la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil… Ese Fondo de Desarrollo Regional estaba asignado al proyecto. Nosotros modificamos el proyecto y dijimos “esta va a ser una residencia polivalente” y también asignamos los recursos para hacerlo ahí.

-¿Nada de esto existe ahora?
-O sea, los recursos existen, porque de hecho fueron asignados, lo que pasa es que nunca funcionaron, nunca los echaron a andar. La construcción se hizo, se hizo la inversión. Ahora, si tú vas a la calle San Pablo, ¿qué es lo que hay ahí? No tengo idea. A lo mejor no hay nada. Quizás está cerrado con un candado y está la construcción nueva adentro… no sé. Quizás pusieron un programa de cualquier cosa. Piensa que son $1.400 millones en PPI, solo para el funcionamiento de las unidades residenciales de corta estadía todos los años. Además se contemplaron $1.000 millones para cada una de las dos unidades polivalentes hospitalarias de mediana estadía y ese monto se entregó una sola vez. En Concepción yo no sé si se usaron los $1.000 millones en infraestructura o se usaron para pagar deuda hospitalaria, no tengo idea. Para recursos humanos en las dos unidades de mediana estadía se destinaron $400 millones anuales. Eso es todos los años con continuidad. El 30% de los gastos de recursos humanos se destinó a gastos operacionales: medicamentos, luz, agua, gas, alimentación, etc. Las unidades polivalentes de mediana estadía iban a estar una en el Hospital Guillermo Grant Benavente, de Concepción, y la otra en Santiago, dependiente del Hospital Félix Bulnes, en una infraestructura que se habilitó especialmente para eso en la zona poniente de la capital. Eran para hombres y para mujeres e incluían la modalidad ambulatoria.

-¿Quiere decir que estos recursos se aprobaron por Ley de Presupuesto, pero no se ejecutaron en el gobierno actual?
-Se ejecutaron. O sea, la plata se ha gastado, no es que esté guardada en un cofre, pero se gastó en otras cosas.

La indefensión de los niños protegidos

-¿Tú piensas que las diez unidades, más las dos de mediana estadía, más el UDAC del Horwitz, habrían servido para paliar en algo este 70% de niños con enfermedades psiquiátricas en el Sename?
-Sí, de todas maneras. Los casos de responsabilidad penal juvenil no son tan graves como los de protección. Los primeros tienen acceso a salud mental, porque adentro tienen programas de drogas ambulatorios, tienen psiquiatras, tienen unidades de corta estadía en la cárcel, tienen tratamiento. En la realidad, el acceso que tienen ellos y el nivel de salud mental al que acceden, es mucho mejor que el que hay en protección. En protección no tienen acceso y no son cientos los niños que necesitan tratamiento, son decenas. No es inabordable. Estos proyectos habrían solucionado esos problemas con creces.

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UDAC femenino del Hospital Psiquiátrico Horwitz

-Casos como el de la menor muerta hace unas semanas, por ejemplo…
-No tengo el detalle de lo que le pasó a ella, aparte de lo que salió en la prensa. Pero lo que yo veo es que su caso es bien típico de lo que pasa con muchos niños en protección de derechos. Llevan muchos años en el circuito de hogares de menores, tienen trastornos del ánimo y de conducta asociados. Son muy inestables y requieren un ambiente y una terapia integrativa que tiene que ser de alto nivel. O sea, no es cosa de tenerla en un hogar de menores, sino que ella debió haber estado en una residencia polivalente, con personal especializado, con terapia familiar, con otro nivel de recursos. No es un problema de que el hogar sea bueno o malo, lo que pasa es que no son para un hogar, son niños que deberían estar en dispositivos especializados en salud mental.

-Con la realidad actual, ¿debiera la salud mental ser un foco importante en el accionar del Sename?
-Sí y yo creo que lo ha sido desde el año 2012 y a la fecha también. El problema es que la solución no la tiene el Sename. A quién pongan en el Sename da un poco lo mismo. Los últimos cuatro directores han salido por la puerta trasera y uno los ve hasta el día de hoy y desaparecieron del mundo laboral, es como que haber sido director del Sename fuera un karma que los sigue y realmente no tienen nada que hacer. No han sido malos directores, yo los conocí y sé sus trayectorias y era gente que trabajaba en el área, no eran nominados políticamente simplemente.

-¿Hay falta de voluntad política entonces?
No, yo creo que lo que ha faltado es la respuesta de Salud. El Sename tiene que preocuparse de darles acceso a los niños a todo lo que necesiten: educación, salud, justicia, pero no puede el Sename ponerse a hacer colegios para los niños con necesidades especiales, para niños con discapacidad severa u hogares para niños con enfermedades mentales, porque no es su giro. Eso requiere un gran grado de experticia que hasta a Salud le cuesta tener: ni Salud tiene ese grado de experticia.

-Pero Salud contaba con los recursos y los proyectos estaban andando.
-Claro, y yo creo que la tarea que le toca al Sename ahora es exigir que se cumplan los compromisos. ¿Qué es lo que el Sename tiene que poner como prioridad? Exigir los derechos de los niños. Y ahí es donde hace falta que la autoridad del Sename tenga el empoderamiento desde La Moneda para pararse frente a los otros ministerios y exigir lo que le corresponde. No es estar pidiendo por favor. Hay un marco legal. Si la Corte Suprema no ha sido más enfática, o el ministro Carreño o el Centro de Medidas Cautelares o los jueces de familia de todo Chile no han sido más enfáticos en exigirlo, yo creo que han cometido un error. El Ministerio de Salud tiene el deber de darles respuesta. Esa cartera ha adoptado una posición súper cómoda, porque se ha mantenido al margen de la discusión, absolutamente al margen, como si no tuvieran nada que ver, como si el problema fuera del Sename, que es solamente el mediador entre las necesidades de los niños y los servicios públicos. Tiene el rol de velar y garantizar los derechos de los niños, no brindar todas las prestaciones que necesitan los niños porque eso es imposible. Eso, además, significaría volver a una política antigua como lo fue la Ciudad del Niño en su tiempo, que fue un fracaso porque lo único que logró fue sacar a los niños de su contexto cultural y social y no lograba integrarlos a la sociedad.

-Con tantos proyectos de ley postergados o en trámite, ¿qué falta para avanzar en la protección de la infancia?
-Hay conciencia sobre lo que hay que hacer. Lo que ha faltado es que ningún gobierno ha priorizado el presupuesto necesario para este ítem. Porque la ley de protección integral de la infancia, sin presupuesto asociado, no tiene ningún sentido. El Congreso se ha negado permanentemente a promulgar una ley que no quede en papel muerto. El presupuesto tiene que venir asociado a la ley y eso tiene que venir desde el Poder Ejecutivo. Esto requiere mucho presupuesto. Chile tiene una población vulnerada de derechos que es muy grande. Nosotros calculamos que los usuarios del Sename son alrededor de un 10% de la población infantil, entonces estamos hablando de muchos niños. Y la distribución por servicio de salud en Chile es más o menos uniforme. O sea, en todo Chile hay un 10% de los niños que tienen estas condiciones de vulnerabilidad social y están asociados a proyectos del Sename de distinto tipo; ambulatorio, de intervención breve, etc.

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UDAC femenino del Hospital Psiquiátrico Horwitz

-¿Quiere decir que los niños no le han importado a ningún gobierno?
-No los han priorizado. Es un tema entre el discurso político por un lado; el decir “sí, es importante, los derechos humanos”… y por otro lado se trata de decir “bueno, a qué vamos a destinar los recursos”. Los niños del Sename han sido siempre los más postergados.

-¿Y cómo evalúas tú en ese sentido el gobierno de Michelle Bachelet?
-Yo creo que no han tenido la capacidad técnica para poder hacer un análisis del problema.

-Pero si los recursos están asignados…
-Se entramparon en un tema de veredas políticas, diciendo que todo lo que venía del gobierno anterior estaba malo porque venía de la derecha. Eso es falso, porque estos proyectos fueron construidos en conjunto y la gente que trabajó en ellos era transversal.

recuadro 2

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