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Poder y dinero: el efecto Poblete que complica el legado del Hogar de Cristo PAÍS

Poder y dinero: el efecto Poblete que complica el legado del Hogar de Cristo

El sacerdote constituyó una red de poderosos e influyentes contactos, basada en dos inspiraciones, el camino amplio de la beneficencia con la figura de Alberto Hurtado y la apertura comercial, que le propició el cardenal Raúl Silva Henríquez, a través de la Fundación para el Desarrollo. Los casos de abuso sexual en su contra se han vuelto un “flanco abierto” para el Hogar, donde intentan separar aguas del legado del cuestionado cura, con el fin de resistir una debacle financiera que se arrastra hace años y que hoy se ve intensificada. Una posible baja en los socios –el eslabón clave para su financiamiento y subsistencia– es un “temor palpable” entre sus directivos y trabajadores.


Los casos de abuso sexual cometidos por Renato Poblete han calado hondo en los círculos de poder del país. La controvertida figura del cura que construyó su poder sobre la base de “la industria de la caridad”, el legado del padre Alberto Hurtado y la obra del Hogar de Cristo, hoy se ha transformado en una verdadera piedra en el zapato para una fundación que, durante décadas, fue el rostro de la caridad y la beneficencia en Chile, como también un punto de encuentro para empresarios, políticos y rostros de la televisión, todos convocados por Poblete al alero de las entonces míticas cenas Pan y Vino.

La investigación que realizó el abogado Waldo Bown, a pedido de la Compañía de Jesús, en la que se acreditaron 22 denuncias de abuso sexual contra mujeres realizadas por el sacerdote jesuita, ha llevado a que el Hogar de Cristo intente –a toda costa– separar aguas de quien fuera su capellán por casi 20 años, entre 1981 y el año 2000.

La línea a seguir es clara: “La única imagen del Hogar de Cristo es el padre Alberto Hurtado”,  como han reiterado una y otra vez funcionarios y exdirectivos de la fundación. Además, insisten en que la figura de Poblete “es bastante ajena”, que no hay fotografías de él y que nunca se ensalzó su nombre desde la fundación, porque “no es un referente institucional hacia adentro”. Sí reconocieron que el mayor impacto con todo lo sucedido estas semanas lo han vivido aquellas personas que tuvieron vínculos previos al año 2000 con la institución, por “las redes personales que él hizo”, dado que Poblete ofició matrimonios y bautizos de varios “benefactores del Hogar de esa época”.

El objetivo sería borrar o tratar de neutralizar cualquier daño colateral que pudiera traer el escándalo de los casos de abuso, un hecho que se sumó a una crisis de financiamiento que se vendría arrastrando desde hace unos 10 años en la Fundación.

Este complejo panorama llevó a que el Hogar de Cristo les enviara un correo electrónico a sus benefactores, titulado “Los delitos de Poblete”. “Condenamos firmemente los abusos cometidos y solidarizamos con lo padecido durante todos estos años por las víctimas”, señalaron en el mail que consignó esta semana La Tercera. En el mensaje, pusieron énfasis en la transparencia de los recursos de la fundación y recalcaron que “es de suma importancia aclarar que (Renato Poblete) nunca tuvo atribuciones para administrar fondos directos del Hogar”.

A pesar de este desmarque público, para nadie es un secreto que el cura Poblete fue fundamental para generar una red de benefactores desde la elite, especialmente en su apogeo durante la década del 90, y el irrestricto respaldo que tenía del mundo privado quedó evidenciado con la dirección y administración del Hogar por parte de influyentes personalidades del sector empresarial.

En diferentes momentos, por el Hogar de Cristo han pasado como directores Cirilo Córdova (grupo CTI), Patricio de Solminihac (SQM), José Musalem (Aurus), Mercedes Ducci (comunicadora, PUC), Fernando Echeverría (Echeverría Izquierdo), Bernardo Larraín (Grupo Matte y presidente de la Sofofa), Pedro Pablo Gutiérrez (abogado), José Pablo Arellano (ex-Codelco y actual presidente de la institución de la Iglesia católica), entre otros. Además, es conocida la amistad que tuvo Poblete con Agustín Edwards Eastman, quien era una de las figuras infaltables en la cena anual Pan y Vino, creada precisamente por Poblete para financiar al Hogar de Cristo. Otros importantes asiduos empresarios eran Guillermo Luksic, Bruno Philippi y José Yuraszeck.

[cita tipo=»destaque»]Hasta el 31 de diciembre de 2018, la institución contaba con 363.818 socios, a los que ha realizado un llamado explícito a no alejarse tras los hechos revelados en el informe Bown. Además de la carta enviada masivamente a sus socios, el 6 de agosto Juan Cristóbal Romero señaló a El Mercurio que Poblete ya no era su referente, tratando de dar una clara señal a los socios que se han visto tentados a dejar su compromiso con el Hogar . Desde la cúpula directiva de la institución reconocieron que «los socios» son el eslabón más importante para que la obra perdure en el tiempo. Con los cerca de 363 mil civiles que realizan donaciones a la institución, esta se juega su subsistencia año a año.[/cita]

En dichas cenas también se encontraban políticos y empresarios de todo el espectro, especialmente aquellos ligados a la Democracia Cristiana, su otro nicho de redes de poder, a través del trabajo y legado del cardenal Raúl Silva Henríquez. Entre otros, destacan los empresarios e histórico financista de la falange, Vicente Caruz, y el sobrino –en segundo grado– del sacerdote, Maximiliano Poblete, ambos fundadores de Norte Sur S.A.

Las cenas Pan y Vino son un evento de la élite que se ha mantenido activo. La versión 2018 tuvo cita en Espacio Riesco y fue conducida por Cecilia Bolocco y Fernando Godoy, instancia en la que el Hogar de Cristo conmemoró los 35 años desde la primera de estas cenas, razón por la cual esa noche recordaron el mensaje del cura Poblete: “La Cena Pan y Vino es una gran ocasión para dar a conocer los problemas sociales del país”, reza la página web del Hogar.

La caída económica

“Ha caído el aporte del Estado para los más necesitados”, consignó Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo ante la Asamblea Anual de Socios 2018. No fue una frase antojadiza, fue en el marco de la entrega de la Memoria 2017, un documento que revelaba un delicado tema para la institución durante la última década: sus finanzas. “Hemos tenido años difíciles. Hoy los ingresos del Hogar de Cristo están siendo menores que los gastos. Y la caída está en los aportes del Estado, no en los recursos provenientes de donantes, empresas e instituciones solidarias”.

Ya en 2017, el Hogar de Cristo reveló que los aportes estatales habían ido a la baja de manera constante desde 2014, cuando los ingresos superaban los 22 mil millones de pesos. En 2016, recibieron $ 20.182 millones, los cuales al año siguiente se redujeron a $18.203 millones, y este último año fue el de más bajos aportes desde 2014, con pérdidas por $3.800 millones. Casi la mitad de los aportes al Hogar provenían de los socios (44%) y el 41% de ingresos del Estado. En 2016, las mermas alcanzaron los $ 3.940 millones y en 2017 $ 3.392 millones, incluyendo a todas sus filiales.

Durante el 2018, las Fundaciones Hogar de Cristo atendieron a cerca de 33.200 personas en todos sus programas, cerca de 15 mil en situación de calle. Se suma, en esas asistencias, residencia para adultos mayores y personas con adicciones. Las casas de la tercera edad tienen un valor mensual aproximado de $992 mil por persona, mientras que en las residencias infantiles, que atienden a niños del Sename, ese costo aumenta entre $ 1.298 y $ 1.980.000. Los últimos números del Hogar revelan, además, que el 10,8% de las personas que atendieron en situación de calle fueron migrantes.

Al interior del Hogar de Cristo hay consciencia de los balances con números rojos. Por esta razón, una posible baja en los socios debido a los casos de abuso del cura Poblete es un “temor palpable” entre sus directivos y trabajadores. Es más, en redes sociales ya se han publicado mensajes de socios que aseguran que dejarán de donar debido a los casos de abuso protagonizados por sacerdotes de la Iglesia católica.

Hasta el 31 de diciembre de 2018, la institución contaba con 363.818 socios, a los que ha realizado un llamado explícito a no alejarse tras los hechos revelados en el informe Bown. Además de la carta enviada masivamente a sus socios, el 6 de agosto Juan Cristóbal Romero señaló a El Mercurio que Poblete ya no era su referente, tratando de dar una clara señal a los socios que se han visto tentados a dejar su compromiso con el Hogar . Desde la cúpula directiva de la institución reconocieron que «los socios» son el eslabón más importante para que la obra perdure en el tiempo. Con los cerca de 363 mil civiles que realizan donaciones a la institución, esta se juega su subsistencia año a año, más aún reconociendo que el actual Gobierno tiene una agenda de prioridades sociales que ya no mira el combate a la pobreza como objetivo político, ni menos como única preocupación.

Al respecto, Romero dijo que comprenden que hoy el foco esté puesto en una gama más amplia de necesidades sociales y que las tensiones financieras son algo propio de la obra y, por lo mismo, precisó que la clave hoy es mantener la confianza de la sociedad civil: “Nuestra labor se basa en la fe pública, existimos porque el país confía en nosotros”.

Por eso insistió en que “hasta el momento los socios han respondido solidariamente, han dado muestras de mucho compromiso, han logrado distinguir la causa del Hogar de Cristo versus el caso de Renato Poblete, esa es la evidencia del momento”.

El otro imperio de Poblete

El cura “Polvete”, como era nombrado a escondidas por otros sacerdotes y miembros del Hogar de Cristo, constituyó una red de poderosos e influyentes contactos que hicieron la vista gorda ante los casos de abuso y acoso que se susurraban entre los pasillos jesuitas. Una red que levantó –según señaló un excercano al fallecido sacerdote– a partir de dos discursos, movidos por “una inspiración religiosa y una económica”.

Por un lado, estaba el camino amplio de la beneficencia inspirada en la figura del padre Hurtado y, por otro, el liderazgo del cardenal Silva Henríquez, entre cuyo círculo de sacerdotes defensores de los Derechos Humanos en dictadura, algunos también ha sido cuestionados por casos de abuso, como Cristián Precht y Rimsky Rojas.

Poblete se dedicó a crear una abultada cartera de socios y benefactores para el Hogar de Cristo, al mismo tiempo que generaba lazos y fortalecía su talento financiero a través de los nexos que creó con los directores del Banco del Desarrollo, fundado por Silva Henríquez, para canalizar los recursos internacionales entregados a la Iglesia para la resistencia en dictadura.

Poblete estuvo cinco años a cargo de la Fundación para el Desarrollo –actual Fundación Emmanuel–, que era propietaria de parte del Banco del Desarrollo hasta en 1989. Maximiliano Poblete y Vicente Caruz –ambos directivos y gerentes del banco– crearon la sociedad Norte Sur, que administró a la entidad hasta su venta a Scotiabank. Fundación Emmanuel también era parte de la sociedad Norte Sur hasta 2013, fecha en la que terminó de vender su participación.

En esa misma época, Maximiliano Poblete le ayudaba a su tío sacerdote con la contabilidad y el proceso de expansión que llevaba adelnte el Hogar de Cristo en los 80. Según quienes conocieron la faceta financiera del cura Poblete, la relación «con su sobrino fue fundamental», ya que este se convirtió en uno de sus principales nexos con el mundo empresarial emergente, tanto así que es señalado como uno de los amigos cercanos del Presidente Sebastián Piñera.

En los 80, Poblete no solo fue el capellán del Hogar de Cristo, sino que armó lazos con la vieja guardia DC que se relacionaba con la Iglesia y que venía desde el Gobierno de Eduardo Frei Montalva. “Así logró las dos vetas o vertientes del poder, que supo administrar, usar y abusar y poner en un nivel en que, quien no era invitado a la Cena Pan y Vino, no podía ser considerado importante, pues ahí estaba lo más granado”, recalcó un alto gerente del sistema financiero.

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