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Créditos: Agencia UNO (referencial)
En más de diez años, señala una investigación del medio nacional Ciper, ninguno de los casos reportados por las prensa sobre funcionarios de Carabineros que hayan abatido a balazos con su arma de servicio a algún delincuente han tenido como resultado condenas. Ninguno de los funcionarios policiales en esos 24 casos ha sido retirado de la institución castrense.
Desde enero del 2012 a mayo de este año, no existen sanciones ni personal policial apartado de la institución de Carabineros en los 24 casos reportados por la prensa en el que funcionarios policiales hayan ocupado sus armas para abatir con armas de fuego a delincuentes.
Eso consigna la investigación del medio Ciper Chile al respecto, donde se afirma que en todos esos casos ningún carabinero estuvo preso ni quedó con la medida cautelar de prisión preventiva. Tampoco fueron acusados por el Ministerio Público ninguno de esos funcionarios policiales, y en cinco de estas causas se les apuntó por parte de la Justicia como víctimas de intento de homicidio de un Carabinero en funciones.
De acuerdo al seguimiento realizado por el medio citado, “la información recopilada fue cruzada con todas las causas por homicidios abiertas desde 2012 a 2022 en el Ministerio Público. Ninguna de ellas corresponde a alguno de los 24 casos analizados”.
Además, la investigación asevera que “en el periodo revisado solo hay un caso en que un carabinero fue condenado y separado de la institución tras dar muerte a una persona que tenía antecedentes penales, pero en ese proceso judicial quedó demostrado -por la grabación de una cámara- que el policía, después de disparar, se tiró al suelo y ensució su ropa, para argumentar que había sido víctima de un intento de atropello”.
Esto, en referencia al caso del exsargento Rubén Cartes, quien fue formalizado por homicidio en Lota y que, tras ser condenado originalmente a tres años y un día de cárcel, terminó con arresto domiciliario nocturno al año siguiente.
El abogado que defendió a Raúl Bustos, le indicó al medio citado que la legítima defensa estaba absolutamente justificada: “mi representado solo cometió dos errores que, en verdad, nadie entiende por qué lo hizo, que fue botarse al suelo para simular que fue atropellado y también colocar el arma de juguete”.
