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¿Un asado en vacaciones? Los mejores secretos parrilleros para disfrutar este verano Gastronomía

¿Un asado en vacaciones? Los mejores secretos parrilleros para disfrutar este verano

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Los primeros encuentros alrededor del fuego y la carne pueden ser la alternativa perfecta para hacer más especiales las noches de enero y febrero. Además, se espera que la mitad de los viajes para descanso de los chilenos y chilenas sea a casa de familiares y amigos, lo que hace de la parrilla una gran opción.


Los primeros asados del año pueden ser la opción perfecta para hacer aún más especiales las templadas noches del verano.

Mientras la billetera de los chilenos sufre con la inflación, a pesar de la afortunada baja del dólar, la parrilla y la terraza nos esperan para olvidar los vaivenes económicos y así darnos un gusto con los mejores cortes de las vacaciones.

Si sus vacaciones deben esperar o el presupuesto del descanso 2023 estará más restringido para salir a comer afuera, una “vaquita” con los amigos o la familia lo ayudará a resolver el problema.

“Un asado con la familia o los amigos en verano es un panorama para el que no tenemos excusas, y en el actual momento puede llegar también a ser una opción más conveniente, tanto por la posibilidad de comer bien a un buen precio, como por volver a reunirnos en un espacio más íntimo”, señala Catherine Escobar, gerente comercial de El Carnicero.

Se espera que, como consecuencia del término de las restricciones sanitarias, los viajes de vacaciones de los chilenos aumenten, pero que la mitad de estos se realice a casa de familiares y amigos. Ahí es donde la parrilla surge como una parada obligada.

“Las opciones son diversas. Los cortes tradicionales de vacuno siempre serán una opción para irse a la segura, pero el clásico pollo que gusta a grandes y pequeños, también aporta para hacer más diversas las opciones y así alegrar el estómago de los comensales”, comenta Escobar.

Los anticuchos pueden traer variados cortes de carne, Doña carne recomienda optar por la carne de ternera. Álvaro Martínez, gerente comercial de Doña Carne, cuenta que “los mejores cortes para que el anticucho quede jugoso y blando son el asiento, la posta rosada, posta negra y posta paleta”.

El pollo, al igual que el cerdo, también es una buena opción para las distintas preferencias de cada persona, pero se deberá tener en cuenta que estas carnes poseen un mayor tiempo de cocción. Desde esta tradicional carnicería recomiendan además agregar verduras para que quede más sabroso.

El asado perfecto es posible

¿Al plato o para el picoteo? Más allá de la elección, los verdaderos maestros parrilleros demuestran su potencial ante diversos retos: cortes, tipos de fuego y gustos de los comensales.

Para ello, varios son los tips que permiten a los grandes asadores “salir jugando” aun en los escenarios más difíciles.

Los expertos de la carne no se andan con demasiadas vueltas. La recomendación que no falla es que los cortes se cocinen de forma pareja: solo una vuelta por lado es suficiente para alcanzar una cocción adecuada.

Dependiendo del tipo de corte, lento o rápido, o del punto deseado, es fundamental lograr un óptimo sellado y partir siempre por el lado de la grasa.

Si no queremos extender en demasía los tiempos de cocción, la idea es que el grosor de la carne no supere los dos centímetros con medallones o trozos que no superen un kilo.

Uno de los detalles relevantes es no cortar la carne en el mismo sentido de la fibra: Incumplir este mandamiento parrillero es el camino más rápido hacia el desastre: que los medallones pierdan toda su jugosidad interior.

Para cortes gruesos, de largo aliento, una técnica infalible es sellar a fuego alto y cocinar a fuego lento. Esto se logra teniendo a disposición una zona de la parrilla con mucho fuego, ocupando las brasas que se sueltan para obtener un calor bajo y constante.

¿Parrilla eléctrica en el balcón? Es preferibles utensilios de madera o silicona para no rayar el telón. Si usa cuchillos metálicos durante la cocción lo más probable es que termine rayando la parrilla y quitándole todo el jugo y sabor a la carne.

Para saber cuándo el asado está listo, los más avezados solo se valen del tacto o su experiencia. Una técnica rudimentaria, pero muy efectiva, es la de pinchar un trozo hasta el centro y mantener el fierro por cinco segundos.

Luego, tocar los labios y verificar si está caliente o no (eso probará que la carne está a punto). Si lo suyo no es la sensibilidad, en el mercado hay varios termómetros disponibles.

Y la última prueba de su témplala es dejar reposar por varios minutos el corte. A pesar de los reclamos del público, el cocinero debe darle al menos cinco y hasta diez minutos, dependiendo del grosor, para que los jugos internos se asienten y toda la espera valga la pena.

Por último, limpiar la parrilla es tarea obligada cuando la carne ya es historia. Para esto, la forma más rápida y sencilla es verter agua caliente y temperar el metal antes de retirar los vestigios del asado.

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