No dormir lo suficiente está asociado con diabetes, enfermedades de corazón y obesidad. Pero, ¿es posible revertir estos efectos negativos durmiendo más solo dos días por semana?
La cantidad y la calidad del sueño son cruciales para nuestra salud y bienestar.
Tanto un exceso como un defecto de sueño respecto a las siete u ocho horas diarias recomendadas están relacionados con un incremento de la mortalidad.
Los expertos lo advierten: no dormir lo suficiente está asociado de forma significativa con la diabetes, la alta presión sanguínea, las enfermedades de corazón y la obesidad.
Sin embargo, los ritmos de vida modernos están convirtiendo la falta de sueño en un problema crónico de salud.
Trabajo, familia, tareas domésticas, compromisos sociales… ¿Quién no acaba sacrificando horas de sueño aunque sepamos que perjudica nuestra salud?
Según la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM, por sus siglas en inglés) «los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45% de la población mundial».
Mucha gente espera el fin de semana para compensar esa falta de sueño durmiendo más de lo habitual.
Pero, ¿funciona?
Un grupo de científicos expertos en el sueño de la Universidad de Colorado en Boulder se propusieron descubrir si dormir más los días que no se trabaja puede contrarrestar los efectos negativos que conlleva la falta de sueño entre semana.
Para su investigación, publicada en Current Biology, los científicos evaluaron el sueño, la ingesta de energía, el aumento de peso y la sensibilidad a la insulina de 36 jóvenes saludables de entre 18 y 39 años durante 9 noches consecutivas.
Dividieron a los participantes en tres grupos con rutinas del sueño distintas.
Los integrantes del primer grupo durmieron nueve horas durante nueve noches seguidas.
Los del segundo grupo durmieron solo cinco horas durante las nueve noches.
Los participantes del tercer grupo tuvieron restringido el sueño durante cinco días, luego durante dos días durmieron todo lo que quisieron y después volvieron a tener el sueño restringido durante dos días más.
Los expertos monitorearon las horas que durmieron, lo que comieron y su exposición a la luz.
«Nuestros hallazgos sugieren que el comportamiento común de dormir poco entre semana y luego recuperar sueño durante el fin de semana no es una estrategia saludable», asegura el profesor de fisiología Kenneth Wright, uno de los autores del estudio y director del Laboratorio del Sueño y Cronobiología.
Los participantes con el sueño restringido comieron más por la noche, ganaron peso y experimentaron descensos en la sensibilidad a la insulina.
Por su parte, los que disfrutaron de horas de recuperación del sueño en el fin de semana experimentaron algunas mejoras leves que desaparecieron al volver a tener el sueño restringido.
Así, aunque dormir más en fin de semana puede ayudar al cuerpo a recuperarse, el estudio afirma que estos efectos son transitorios y no funcionan a largo plazo.
«No observamos ningún beneficio en ningún resultado metabólico en las personas que pudieron dormir el fin de semana», afirma Chris Depner, profesor de fisiología integrativa y también autor del estudio.
De hecho, en lo que respecta a la sensibilidad a la insulina, el grupo que pudo recuperar horas de sueño el fin de semana obtuvo los peores resultados, incluso más que los que tuvieron el sueño restringido durante todos los días que duró el estudio.
El consejo de los autores del estudio es que la regularidad en el sueño es importante.
«Este estudio demuestra la importancia de dormir lo suficiente regularmente», explica Michael Twery, director del Centro Nacional de Investigación de Trastornos del Sueño (NCSDR). «Cambiar los horarios de sueño con frecuencia es una forma de estrés que se asocia con anomalías metabólicas».
Así, la mejor manera de ayudar a nuestra salud es dormir siete horas tantas noches como sea posible, según los autores.