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Impresión 3D: La revolución de los implantes faciales en Chile Salud

Impresión 3D: La revolución de los implantes faciales en Chile

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Precisión, tiempo y costo; son algunos de los beneficios de usar la tecnología de impresión 3D, en la fabricación de implantes para el rostro o cráneo, con fines reconstructivos y estéticos.


Suena a película futurista pero es real. La revolución de la impresión 3D también llegó al mundo de la medicina. Hoy, es posible fabricar implantes para la reconstrucción y rehabilitación de pacientes, que han perdido algún hueso de la cara o el cráneo por un accidente o enfermedad. Además de tener fines reconstructivos, está enfocada en la cirugía plástica facial.

“La gracia de la impresión 3D es que nos permite hacer implantes a medida”, comenta Ilan Rosenberg, protesista reconstructivo craneofacial y fundador de Laboratorio Arcomed, únicos en Chile con la capacidad de fabricar este tipo de implantes faciales.

El especialista explica que la precisión de esta tecnología, a diferencia de las prótesis estándar que solían usarse, ayuda a optimizar el proceso y disminuir los tiempos. “Con la impresión 3D, hemos logrado hacer en el mismo tiempo en que se fabricaba un implante estándar, uno customizado, personalizado y mejorar la técnica”, añade.

“Gracias a que nuestros implantes están hechos a medida para cada paciente, el cirujano se demora menos en trabajarlo porque está hecho para él, también ayuda a que la intervención sea menos invasiva y que se haga en menos tiempo, lo que a su vez genera una mejor recuperación”, cuenta Rosenberg.

Hasta hace algunos años, estos implantes se fabricaban solo en países como Suiza y Alemania. Chile se sumó al exclusivo listado en 2017, cuando el laboratodio comenzó a desarrollar y aplicar esta tecnología, liderando en Latinoamérica, “por el biomaterial de las prótesis, por su comportamiento dentro del organismo, por la técnica y perfección”, dice el experto en prótesis faciales.

La exactitud es lo que ha posicionado estos implantes en el mundo de la plástica facial. Ilan Rosenberg explica que, “podemos cambiar las facciones, pómulos, mentón, ángulos mandibulares, rejuvenecer una cara para siempre o hacer que una persona se parezca a otra. Las alternativas son infinitas y definitivas, ya que el material no se reabsorbe, es altamente biocompatible y dura toda la vida, a diferencia de lo que sucede con el ácido hialurónico, por ejemplo, que se suele usar para este tipo de intervenciones”.

Lo positivo es que la tecnología 3D trabaja con software digitales, que permiten mostrarle al paciente cómo quedará después de la cirugía, con un alto grado de precisión. Por lo que se pueden cumplir las expectativas del paciente y del cirujano.

Arcomed ha logrado desarrollar implantes de nivel mundial y estar presentes a lo largo de todo Chile, en instituciones públicas y privadas. Gracias a estos avances, “es posible tener este tipo de implantes en diez días, versus los dos meses que se demora una empresa extranjera en traerlos”, comenta el fundador del Laboratorio. Añade que esto se vuelve crucial con pacientes en estado crítico.

A la fecha llevan más de 100 prótesis desarrolladas, algunas de ellas exportadas a Perú, y en proceso de llegar a Brasil y Argentina. En cuanto a los planes a futuro, apuntan a desarrollar implantes de discos vertebrales e incluso, articulaciones más complejas como cadera, rodillas y hombros.

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