Opinión
Desde hace un tiempo, ha surgido con fuerza la discusión sobre los trabajos del futuro. El espectro de temas abordados es amplio y va desde el futuro del trabajo, los efectos de la transformación digital y de la revolución 4.0 en nuestras vidas hasta y naturalmente, el rol de la educación para abordar el cambio. Estudios internacionales, como Manyika et al. (2017) y Nedelkoska y Quintini (2018), ubican a Chile dentro de los países con mayor probabilidad promedio de automatización de trabajos (49% y 52% respectivamente).
Uno de los trabajos más recientes con foco en Chile, “Mercado Laboral Chileno para la Cuarta Revolución Industrial” del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes UC), señala que la probabilidad de automatización de un empleo en nuestro país es 42%, llegando a 40% y 53% para los segmentos con mediana y baja calificación respectivamente. Además este estudio cifra en 17% promedio los ocupados que presentan un alto riesgo de ser reemplazados por máquinas y tecnologías.
Por otro lado, hay cierto consenso sobre este incierto futuro: los avances tecnológicos, la robótica y la inteligencia artificial permitirán impulsar la productividad, mejorar los productos, y surgirán nuevas ocupaciones y labores.
Para la educación, por cierto que la revolución pega doble. No sólo debemos re educar, sino que también aprender nuevas formas de hacerlo. La estructura de títulos y grados debe cambiar radicalmente hacia la de certificaciones. Las necesidades de las empresas cambian de forma más acelerada, por lo que se deben buscar formatos más flexibles y que permitan a los estudiantes adaptarlos a sus necesidades.
En Duoc UC concebimos que la formación de alumnos debe transitar desde el énfasis en lo disciplinar, a competencias y habilidades de más difícil reemplazo por el cambio técnico.
Estamos seguros que la creatividad, el razonamiento crítico, el trabajo en equipo, son habilidades más difíciles de sustituir, al menos en un plazo predecible. Ellas son sustancialmente más difíciles de medir, de seguir y de gestionar. Por eso en los últimos años hemos avanzado en tres ámbitos que apuntan en esta dirección: 1) adscripción a un marco específico de competencias (Tunning Latinoamérica); 2) medición de competencias para determinar una línea base sobre la que se gestione (más de 40 mil estudiantes con un diagnóstico); y 3) cambio curricular para afectar las competencias a desarrollar.
Para seguir avanzando en este desafío creemos que se requiere una mirada abierta y de colaboración, que involucre a centros educacionales, a la empresa y naturalmente a los decisores de política pública. En Duoc UC queremos aportar en este proceso abriendo espacios de discusión y conversación que permitan articular a todos los actores involucrados, objetivo principal del seminario “Trabajos del Futuro y Educación Técnico Profesional” que realizaremos este 10 de octubre en nuestra Casa Central. Solo de esta forma y en colaboración será posible ofrecer una educación acorde con los nuevos requerimientos y a lo que el mercado laboral requiere, con trabajadores con las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos que el futuro y la revolución tecnológica nos presenta.
