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Inauguran Centro Asistencial Docente e Investigación en punto sanitario neurálgico de Magallanes Salud

Inauguran Centro Asistencial Docente e Investigación en punto sanitario neurálgico de Magallanes

El CADI-UMAG alberga espacios formativos, asistenciales y científicos para el diagnóstico, tratamiento y estudio de enfermedades crónicas y degenerativas, y fue financiado por el Estado de Chile para responder a la realidad demográfica de una región que lidera los rankings nacionales de envejecimiento. La construcción e implementación de este edificio se logró gracias a $19.500 millones aportados desde Fondos Regionales al Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas. Su administración está a cargo de la casa de estudios, que comprometió un funcionamiento acorde a las necesidades de docencia, asistencia e investigación del centro.


Esta semana se inauguró el Centro Asistencial Docente e Investigación de la Universidad de Magallanes, CADI-UMAG, obra financiada por el FNDR, a través del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, que se emplazó en un terreno de más 9 mil metros cuadrado, otorgado en comodato por el Servicio de Salud Magallanes, a un costado del Hospital Clínico de Punta Arenas.

La construcción de este edificio de 6.982 metros cuadrados, distribuidos en 5 pisos, comenzó en 2015, tras la aprobación de 19.500 millones de pesos por parte del Consejo Regional. La apuesta fue convertir este sector de la ciudad, donde también se emplazan el Hospital público y el Centro de Rehabilitación Cruz del Sur, en un polo de desarrollo científico tecnológico de la Patagonia chilena, al servicio de una mejor calidad de vida de su población, gracias al estudio de sus enfermedades más prevalentes, de la búsqueda de soluciones terapéuticas y farmacológicas para ellas, y de la atención de pacientes que no son absorbidos por la red sanitaria regional.

Las expectativas puestas en el CADI-UMAG, por tanto, datan de inicios de esta década, y fueron refrendadas por los principales representantes de las instituciones involucradas en el proyecto. Durante su discurso, el Intendente José Fernández lo definió como un “espacio necesario para que mentes modernas se desarrollen”, y fijó como principal desafío para su Gobierno “aumentar los recursos y destinarlos bien, para que Chile esté en la frontera del desarrollo, y no rezagado”. Al respecto, resaltó la ventaja de que se haya elegido a la capital regional como base de acción de la Macrozona Austral definida por el nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología.

El rector de la Universidad de Magallanes, en tanto, destacó los servicios asistenciales destinados a la población en un contexto académico, además del trabajo científico que llevarán adelante el Laboratorio de Medicina Molecular de la UMAG y el Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (CEBIMA) de la Pontificia Universidad Católica, en orden a generar conocimiento científico en el ámbito del envejecimiento y sus enfermedades y terapias asociadas, para trasladarlo hacia aplicaciones clínicas.

Para el rector de la PUC, Ignacio Sánchez, la posibilidad de generar un polo de desarrollo científico-académico no es solamente una pretensión regional, sino que “debiera ser a nivel internacional, porque claramente van a estar las mejores universidades del país interesadas con sus investigadores, y eso hace que distintas universidades de
Latinoamérica y también de distintos continentes van a querer trabajar con la Universidad de Magallanes y con los investigadores de nuestra Universidad”.

Funcionamiento del CADI

El CADI-UMAG integra tres iniciativas independientes, con visión, objetivos y espacios comunes. Una de ellas es el Centro Asistencial Docente (CAD), donde los profesores formarán a los estudiantes de Enfermería, Fonoaudiología, Kinesiología, Psicología, Terapia Ocupacional y Nutrición y Dietética, en el contexto de la atención de pacientes.

Al respecto, la decana de Ciencias de la Salud de la UMAG, Dra. Mariela Alarcón, aclaró que “no existen organizaciones en Chile que tengan estas tres funciones: Docencia, Prestaciones Clínicas e Investigación”, donde, además, “se proyecta cubrir un porcentaje de la brecha de salud primaria, estimada en una demanda de 56.284 prestaciones, según fuentes del Ministerio de Desarrollo Social y Fonasa”.

La segunda parte es el Laboratorio de Medicina Molecular (LMM), para diagnóstico molecular avanzado, investigación aplicada a problemas de salud de la región y medicina traslacional y de precisión. Al respecto, la investigadora de la UMAG, Dra. Yolanda Espinosa, explicó que esta idea surge a partir de un nuevo concepto de la medicina, que ha dejado de desarrollarse desde la soledad de la disciplina para nutrirse de múltiples visiones profesionales, dialogando a partir de lenguajes comunes como “la biología celular, la genómica, la bioinformática, la ingeniería biomédica y la psicología, por citar sólo algunas áreas. Esta medicina traslacional implica transformar los resultados obtenidos en el laboratorio, en avances para la salud de los pacientes”. Los primeros pasos, informó, serán “poner a punto el laboratorio de biología celular que no teníamos en la Universidad de Magallanes, para poder cultivar células humanas”.

La investigación se completa con el Centro de Excelencia de Biomedicina para Magallanes (CEBIMA), que une el conocimiento de la flora nativa y productos naturales de la UMAG, con la experiencia en investigación del Centro de Estudios del Envejecimiento y Regeneración de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CARE-Chile UC). Su director, el neurobiólogo Dr. Nibaldo Inestrosa, estuvo detrás de la concreción de este centro desde sus inicios, y aseguró que “no existe nada comparable, yo diría, desde Valdivia al sur, en un lugar tan precioso para poder conseguir, eventualmente, nuevos compuestos que nos ayuden a identificar las enfermedades del envejecimiento, crónicas. Tenemos más de 25 años trabajando en centros de investigación, con productos naturales traídos de la India o de la China, cuando los más importantes deben estar en la zona subantártica y antártica”, aseguró.

Inestrosa quiere “mostrarle a la gente de Punta Arenas, primero, que podemos lograr hacer cosas importantes, a Chile y al mundo. Yo creo que el mundo se va a dar cuenta cuando empiecen a aparecer los papers nuestros, y se van a venir a instalar acá”. Al respecto, precisó que en los próximos meses van “a partir trabajando con compuestos que ya teníamos identificados antes, por ejemplo, en la luga, esta alga roja con compuestos antidiabéticos (…) Está también la huperzia, que la ha trabajado mucho el ex rector (Víctor) Fajardo con su gente, que la saca de ahí del glaciar Tyndall, y tienen muy bien caracterizada la parte química, así que queremos caracterizar la parte biológica porque sabemos que es un neuroprotector, o sea, protege las neuronas de distintas enfermedades, Parkinson, eventualmente, y también tiene inhibidores de una enzima que es como el blanco preferido para tratar cosas como Alzheimer”, concluyó.

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