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Chile es el segundo país que compra más alimentos ultraprocesados en Latinoamérica Salud

Chile es el segundo país que compra más alimentos ultraprocesados en Latinoamérica

Valeria Acosta
Por : Valeria Acosta Colaboradora redacción
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En un nuevo informe del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe (2019) difundido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se establece que Chile es el segundo país de Latinoamérica que compra más alimentos ultraprocesados. En promedio, la compra diaria de este tipo de alimentos en Chile llega a 550 gramos al día por persona.


Según Panorama 2019, cada año cerca de 600 mil personas mueren en América Latina y el Caribe debido a enfermedades relacionadas con la mala alimentación, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. En su conjunto, las enfermedades no transmisibles fueron responsables de más de 50% de las muertes en todos los países de la Región y en Chile estas enfermedades son responsables de al menos 80% de las muertes.

¿Cuáles son los alimentos ultraprocesados?

Estos alimentos se caracterizan por ser productos elaborados industrialmente, por lo general no contienen alimentos en su forma natural y poseen altas cantidades de azúcares, grasas, sal y un escaso valor nutricional. Corresponden a productos elaborados a través de procedimientos industriales. Usan saborizantes, aditivos y colorantes para parecer alimentos verdaderos cuando no lo son. En este grupo están los pastelillos, la confitería, la comida rápida, las bebidas azucaradas o la leche con sabor, entre otros.

Un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud reconoce que, en 13 países de la Región el consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado con rapidez. Al mismo tiempo, señala que la energía de estos productos proviene sobre todo de los carbohidratos y las grasas, lo que es sumamente negativo para nuestra salud.

Según el informe las calorías de estos alimentos son aproximadamente 43% de azúcar, 25% de otro tipo de carbohidratos, 16% de grasas, 11% de grasas saturadas y solo 5% de proteínas.

También, una investigación realizada en Chile en 2018, muestra que el consumo de azúcar es 57% mayor al límite máximo de 10% señalado por la OMS y FAO.

Generalmente, cuando aumentan los ingresos disponibles, los tiempos de desplazamiento en la ciudad y la proporción de mujeres con empleo, las comidas preparadas y fuera del hogar se convierten en nuevas alternativas. Esta situación impulsa a un consumo de alimentos ultraprocesados y de bajo valor nutricional.

Resultados de regulación

Sin embargo, no todo es negativo, el informe también destaca que un año después de la implementación en Chile de la denominada “Ley de Etiquetado”  de 2016, los resultados ya apuntaban a que las madres eran más conscientes de que los productos con más etiquetas son menos saludables que los que mostraban un menor número de octágonos y utilizan la cantidad de etiquetas como guía o referencia.

Al mismo tiempo, se dice que las etiquetas permitieron comprender que algunos alimentos que eran considerados “saludables”, como los cereales, las barras de cereales y los yogures en realidad no lo son, ya que muchos de ellos tienen un alto su contenido en azúcares.

Del mismo modo, luego de poner en marcha la regulación, en las escuelas ya no se pueden vender bebidas y alimentos con altos niveles de energía, grasas saturadas, sodio o azúcares, y los quioscos escolares tuvieron que renovar su oferta de productos. Dichos cambios fueron aceptados por los niños y las niñas, pero los adolescentes y preadolescentes se han resistido más a los cambios en el entorno escolar.

En otro aspecto que el informe destaca es que el promedio de hambre en América Latina y el Caribe es de un 5,4% y en Chile es de 2,7%. Desde el año 2000 en Chile ha disminuido la subalimentación en forma sostenida, sin embargo, no es el país de la región con menor porcentaje de hambre, Cuba y Uruguay tienen menos del 2,5.

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