Publicidad
Las Fintech y el crecimiento inclusivo en América Latina Opinión

Las Fintech y el crecimiento inclusivo en América Latina

Nicolás Shea
Por : Nicolás Shea Fundador de Cumplo y presidente del G100. Fundador Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH)
Ver Más


Una de los grandes caminos que abrió la tecnología en el mundo de las finanzas es la posibilidad que muchos emprendimientos, pequeñas y medianas empresas, puedan acceder a financiamiento en condiciones en que hasta hace apenas un par de años era imposible. La digitalización provocó una disrupción que ha abierto canales antes impensados para dar cabida a ideas que buscan no solo traer nuevos negocios, oportunidades de empleo o dar dinamismo a las economías locales y regionales, sino que para cerrar una de las grandes brechas en términos de acceso.

El Banco Mundial estima que el 51% de la población adulta de América Latina tiene una cuenta bancaria. Esta cifra es relevante no solamente por el tamaño del mercado en sí, sino por las potencialidades que se abren en términos de productos y servicios que se pueden desarrollar para esos clientes y también para lo que ellos pueden hacer por otros que aún no están bancarizados. Aquí es donde necesitamos hablar de inclusión en serio y eso es lo que se buscará en el Finance Disrupted Latam, un evento organizado por The Economist, y que reunirá a diversos actores de la industria financiera quienes analizaremos no solo el futuro de fintech, sino que también cómo contribuir al crecimiento inclusivo en la región.

Pongo sobre la mesa otras cifras relevantes. En Latinoamérica, las pequeñas y medianas empresas representan más del 90% de los negocios. Sin embargo, las barreras que existen para acceder a financiamiento frenan cualquier intención, por buena que esta sea.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la brecha que existe en el acceso a capital por parte de estas empresas se sitúa en un rango que va entre los US$ 210 mil millones y los US$250 mil millones. Aquí, la pregunta que resulta lógica es qué rol le cabe a las instituciones financieras para ir acercando estos mundos que, en teoría, son lejanos, pero en la práctica pueden, y deben, estar mucho más entramados.

Innovaciones existen y muchas. En años recientes, de la mano de las fintech hemos observado la irrupción del dinero móvil, las bitcoin y el blockchain, por nombrar algunas.

El mercado del dinero se ha ido transformando, adquiriendo un perfil cada vez más ágil en términos de transacciones. Esto, por su parte, nos ha llevado a abrir nuevas líneas de conocimiento, de ensayo y error, apoyada en la construcción de una regulación para el cuidado de los datos personales o las estructuras que soportan esta verdadera revolución.

De la misma forma, hemos tenido que mirar con detención los mecanismos de seguridad que debemos ser capaces de crear para que no solamente ese 51% al que se refiere el Banco Mundial, sino que a todo ese mercado potencial que está ávido de sentirse parte de esta verdadera disrupción, se sienta completamente seguro.

La realidad actual de América Latina nos llama a seguir trabajando con fuerza para continuar cimentando este camino de transformación. Pensemos en la inclusión de la mano de la tecnología y transformemos ese deseo en herramientas concretas que le permitan a millones de personas acceder a nuevas y mejores oportunidades, a dar vida a sus ideas, a crear sus propios negocios y a que materialicen ese deseo que tienen de ser un actor de relevancia en sus diferentes mercados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias