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Desafíos de la minería más allá de la pandemia Opinión

Desafíos de la minería más allá de la pandemia

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Carlos Portales E.
Por : Carlos Portales E. Prof. Escuela Administración UC Director DataLab
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A diferencia de los problemas sanitarios de corto plazo impuestos por la enfermedad Covid-19 que exitosamente ha enfrentado la minería en Chile, los desafíos más estructurales de productividad, pobreza, desigualdad y desarrollo humano, requieren del compromiso de muchos actores, dentro y fuera de las empresas. Si bien es importante, el esfuerzo de los empleadores, por sí solo, no alcanza para resolverlos. El diálogo -gatillado por la urgencia de la pandemia- entre empleadores, organizaciones sindicales y trabajadores, permitió controlar los contagios y mantener la producción. Ahora dicha conversación debe convertirse en una forma de relacionamiento permanente en la industria.

Desafortunadamente, hoy en día la mayoría de los vínculos entre las administraciones y las organizaciones sindicales se mueven entre el paternalismo y la suma cero (o transaccionalidad de corto plazo de las relaciones). Para cerrar las urgentes brechas que se plantean en cuanto a productividad y desarrollo humano, es necesario comenzar a reconfigurar esas relaciones y construir un diálogo laboral que mire el mediano plazo. Para ello se requiere que todos los actores cuenten con las capacidades y los conocimientos que generen una conversación horizontal con mirada de futuro. Los ejecutivos deben profundizar su entendimiento de la realidad productiva, profesional y familiar de quienes desempeñan labores operativas. Las organizaciones sindicales, por su parte, deben alcanzar un mayor conocimiento del negocio y herramientas técnicas, que les permita sostener un diálogo en igualdad de condiciones.

El diálogo laboral, sin embargo, debe extenderse más allá de las fronteras de cada empresa. Por la magnitud y complejidad de las brechas de productividad y desarrollo social que enfrenta la minería se requiere un esfuerzo a nivel sectorial. Esta tarea debe incluir a las grandes empresas del sector, e incorporar a las pymes contratistas y proveedores de insumos y servicios. Puede ser esta la oportunidad para que, de verdad, el cluster minero opere como tal, más allá de la retórica desplegada por años.

Se deben agregar a este esfuerzo por mejorar la productividad, erradicar la pobreza, disminuir sostenidamente la desigualdad y elevar el nivel de desarrollo profesional y social de los trabajadores de la minería a muchos otros actores que tienen un papel importante que jugar en dichas soluciones. Las agrupaciones gremiales, el gobierno, el mundo académico y las organizaciones de la sociedad civil tienen mucho que aportar para enfrentar estos desafíos.

En este contexto, la iniciativa del Ministerio de Minería de construir una Política Nacional Minera 2050, con una visión de Estado, invitando a un grupo amplio de representantes que directa o indirectamente participan en la industria, es un esfuerzo que va en la dirección correcta. Permite crear una hoja de ruta que impulse la integración de todos estos actores, sus esfuerzos y capacidades, con el propósito de cerrar las brechas existentes. El trabajo conjunto, orientado por un propósito común, puede comenzar a dar sus frutos. El momento es ahora.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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