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Hepatocarcinoma: radiografía a una patología olvidada Opinión

Hepatocarcinoma: radiografía a una patología olvidada


Recibir un diagnóstico de cáncer siempre es complejo y trae una serie de desafíos para los pacientes, ya sea desde la aceptación de la enfermedad, el acceso a los tratamientos, y la comprensión de la misma, lo que sitúa a las personas que lo padecen y también a sus cercanos en un proceso difícil. En el caso del hepatocarcinoma o cáncer al hígado, el cual se da frecuentemente en personas con problemas hepáticos como la cirrosis, este camino puede ser aún más complejo.

En Chile, el 70% de los casos de este tipo de cáncer tiene como origen causas distintas al consumo de alcohol, sin embargo, los pacientes no solo cargan con la enfermedad, sino que también con las consecuencias de verse relacionados con una patología que, en general, ha sido castigada y olvidada por la ciudadanía, profesionales de salud, aseguradores, pagadores y también por los centros de atención. Por otro lado, y en cuanto a temas de acceso, no hay cobertura GES, ni Ley Ricarte Soto, o similares.

Esto, en parte se debe a que ni siquiera contamos con una guía clínica ministerial que contenga las recomendaciones destinadas a optimizar los cuidados seleccionando las opciones diagnósticas o terapéuticas más adecuadas para abordar el problema de salud, y que hoy, solo y gracias al esfuerzo particular de especialistas, contamos con una hoja de ruta que de alguna manera busca llenar ese vacío.

Por otro lado, en los últimos 10 años ha habido bastante investigación en el mundo desarrollado respecto esta patología, en Europa y Estados Unidos principalmente, pero muy poca o nula investigación en nuestra región.

Pese a lo anterior, hoy existen alternativas para los pacientes; cirugía y trasplante para aquellos con la enfermedad localizada, embolización para quienes tengan una patología intrahepática y tratamientos sistémicos para pacientes con la enfermedad avanzada. Los candidatos a esta última, representan aproximadamente el 50% de los casos, y son quienes hoy pueden recibir alternativas de tratamientos que incluyen inmunoterapias y antiangiogénicos, los cuales han mostrado un beneficio clínico significativo en la sobrevida debida a su alta efectividad.

A pesar de los considerables avances científicos en el tratamiento del cáncer de hígado, la proporción de pacientes que pueden recibir el tratamiento son escasos debido a la estigmatización de presentarse en pacientes que pueden tener un hábito alcohólico.

Además, se requieren aprobaciones regulatorias en el país que – generalmente – se dilatan posterior a la presentación de los datos científicos. Sin embargo, el cáncer hepático debiera ser atendido con prioridad debido a que en el mundo occidental incrementa considerablemente su incidencia.

Quizás esto ocurre porque no está dentro de los cánceres más comunes, o simplemente no es valorada como corresponde porque no afecta a una gran cantidad de personas, sin embargo, hay que destacar que se espera que para el 2030 sus casos aumenten en un 75%.

Si a esto le sumamos que la mayoría de los esfuerzos, campañas de concientización y redes de apoyo, apuntan sus dardos a otras patologías más populares, no solo estamos hablando de una necesidad médica no cubierta, sino de una patología olvidada la cual todos debemos volver a darle visibilidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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