
Los éxitos del primer programa de vigilancia activa del Covid-19 en Latinoamérica creado en universidad chilena
El programa creado e implementado por un equipo multidisciplinario de la Universidad Austral de Chile, ha permitido a través del monitoreo de 35 mil muestras, identificar 180 personas infectadas por Coronavirus, logrando con ello el control de brotes a través de detección, trazabilidad y aislamiento. “Mientras no llegue vacuna, se necesitan otras herramientas para la prevención y control del Covid-19, que permitan el monitoreo preventivo, para que pueda ser aplicado en distintos contextos que requieran actividades presenciales, por ejemplo, trabajos de construcción, industria de alimentos y servicios, reactivación del turismo, retorno a clases, viajes nacionales e internacionales”, dijo especialista.
Un programa de vigilancia que consiste en buscar y detectar el coronavirus en grupos específicos de la población busca diagnosticar tempranamente los casos y evitar la propagación de la enfermedad.
La estrategia está basada en la vigilancia activa de grupos de riesgos usando saliva y no solamente a una persona, la que es utilizada en algunos países que han logrado controlar la enfermedad.
El proyecto Vigiacovid es liderado por el epidemiólogo y director del Laboratorio de Ecología de Enfermedades de la Universidad Austral de Chile, Claudio Verdugo, quien explicó que se realiza el testeo a través de pool testing o método de testeo masivo, lo que permite detectar tempranamente la infección en grupos de riesgo para evitar la progresión de la transmisión viral que, gradualmente, permitiría declarar zonas de bajas probabilidades de contagio.
El programa se está realizando en la Región de Los Ríos desde el 4 de agosto y llevan más de 35 mil muestras en saliva y pool. El testeo en pool se diferencia del testeo “tradicional”, ya que no analiza a cada persona de manera individual, si no que analiza simultáneamente varias muestras en una sola reacción de PCR, por lo que el procedimiento es más barato, rápido y eficiente. De esa manera, solo si un pool o grupo da positivo, es decir, detecta señal del virus, entonces a ese grupo solamente se analiza de manera individual para identificar quienes presentan la enfermedad.
Si bien existen a nivel mundial estudios que muestran que la vacuna podría estar lista a nivel masivo en los próximos meses, el científico jefe de la OMS Soumya Swaminathan declaró que “solo el 15-20% de la población mundial podrá recibir una vacuna contra el coronavirus mientras el mundo se apresura a conseguir las dosis y llevar a cabo sus planes de vacunación durante el próximo año”.
“Independientemente de las circunstancias, tomará un año comenzar a cubrir del 15% al 20% de la población mundial, si se toma el mundo entero”, agregó.
Alternativas para controlar el virus
Con esta realidad, es importante establecer otras alternativas que permitan a las personas mantener o comenzar a realizar actividades en el mediano plazo. Entre estas alternativas, el testeo es la única medida preventiva que permite identificar y aislar a personas infectadas por un lado, y entregar el bienestar a otras personas que comparten un espacio en común.
Uno de los grandes problemas de la detección y control del virus, es que el 45% de la población es asintomática, lo que genera dificultades para poder controlar.
Tal como explicó el director del Programa Vigiacovid, Claudio Verdugo, “mientras no llegue vacuna, se necesitan otras herramientas para la prevención y control del Covid, que permitan el monitoreo preventivo, para que pueda ser aplicado en distintos contextos que requieran actividades presenciales, por ejemplo, trabajos de construcción, industria de alimentos y servicios, reactivación del turismo, retorno a clases, viajes nacionales e internacionales”.
A través de diversas fuentes de financiamiento, y con apoyo de la Seremi de Salud, la Mesa Tecnica Epidemiológica, la Seremi de Ciencias, Tecnología Conocimiento e Innovación y los científicos de la U. Austral de Chile, se han podido generar un modelo de vigilancia epidemiológica que ha permitido realizar monitoreos en el tiempo en distintos grupos de personas que componen diferentes escenarios de riesgo, como adultos mayores, personal de salud, pacientes dializados, pero también personas y trabajadores de distintos rubros.
Estos programas deben ser aplicados utilizando una herramienta que sea analíticamente sensible y específica, y además barata y fácil de aplicar. En ese sentido, el equipo ha trabajado durante meses en estandarizar un protocolo de alta sensibilidad y especificidad como el PCR, pero usando una matriz de saliva.
“Esta matriz, al ser utilizada para programas de vigilancia epidemiológica activa, de manera preventiva, son sumamente útiles, ya que reúnen todas las bondades del PCR y la facilidad de la obtención de manera masiva y simple muchas muestras simultáneamente. Esto es importante para lograr un modelo que sea aplicable a escalas masivas”, explicó el Dr. Verdugo.
Conveniencia del testeo en pool o grupo
Hasta el momento el modelo ha sido aplicado en la Macro zona Sur en grupos que por su actividad presentan una exposición frecuente y/o intensa a individuos infectados tales como funcionarios de Salud de toda la Región de Los Ríos, grupos que presentan una alta tasa de contactos, tales como centros penitenciarios, gendarmería, colectiveros, choferes de locomoción colectiva, feriantes, aquellos grupos que en caso de enfermedad generen una mayor demanda por los sistemas hospitalarios, tales como adultos mayores en establecimientos de larga estadía para Adultos Mayores, ELEAMs, Centros de Diálisis, entre otros.
Según Verdugo, la conveniencia de aplicar pool testing dependerá de “la probabilidad de que una persona tenga el virus (prevalencia). Si la prevalencia es baja, conviene, ya que, en este caso, será más probable que muestras grupales den negativo y, en ese sentido, no sea necesario testear individualmente”.
Asimismo, el investigador señala que esta estrategia de análisis es facilitada si se implementa un sistema de saliva. El testeo por saliva es por auto muestra, el cual no requiere personal especializado ni mayores protocolos de bioseguridad para tomar la muestra. Y en pool se reduce en 10 la cantidad de testeos e insumos, horas de trabajo y uso de equipo de laboratorio.
El uso de saliva y en pool no pretende reemplazar el hisopado nasofaringeo individual en contexto de diagnóstico clínico, sino que es una excelente herramienta para implementar tamizajes y monitoreos epidemiológicos en programas de vigilancia activa, lo cual supone una gran numero de tests, en búsqueda de asintomáticos y pre-sintomaticos, conocidos como los «infectados silenciosos» y responsables de la gran propagación de este virus.
Un modelo replicable en Chile
Para controlar la pandemia en Chile se requieren de diversas estrategias ya que en cada región la enfermedad está ocurriendo de manera distinta. El Dr. Verdugo explica que “Santiago concentra el mayor número de casos activos, y es de desde donde el virus se ha ido propagando a otras regiones del país. Vemos que las ciudades con mayor conectividad con Santiago, como Valparaíso, Antofagasta, Puerto Montt, por ejemplo, presentan alto número de casos también”.
“Por lo tanto, se requieren de distintas estrategias que contengan la dispersión del virus. En ese sentido, debemos por un lado evitar el movimiento de infectados, testeando a personas que salen desde Santiago a zonas de menor prevalencia, ya que son importantes factores de riesgo de introducción de virus”, señaló el profesional.
Por otro lado, para el especialista «debemos proteger las zonas de menor prevalencia, generando anillos de vigilancia epidemiológica. De esa forma, programas de vigilancia activa en regiones son sumamente importantes ya que iremos controlando la diseminación del virus desde regiones hacia Santiago. De esa forma, generamos islas de protección, en donde enfocamos los esfuerzos en evitar ingreso de infectados, monitoreando activamente las puertas de entradas, como aeropuertos, terminales de buses y carreteras».
“La relevancia nacional de este programa es que es una iniciativa que sirve de modelo de trabajo para ser replicado en otras regiones y que apoye la detección temprana, el aislamiento y la trazabilidad de infectados, principalmente casos asintomáticos y presintomáticos, pero también así proteger los grupos de riesgo de la región”, concluyó e.