Opinión
Para nadie es un misterio que la realidad de un habitante del sector rural de Bullileo en mi natal Parral es totalmente distinta a otro que vive en Talca o, más aún, en Santiago. ¿Cuántas veces hemos escuchado la propuesta de un Estado más descentralizado, pero que nunca llega a buen puerto? Pues bien, creo que con la redacción de la nueva Constitución ha llegado nuestro momento de alcanzar por fin una regionalización efectiva que permita mejorar la calidad de vida de las personas que vivimos en provincia.
Actualmente tenemos un Estado Unitario concentrado en demasía, que no ha sido capaz de resolver las demandas y las necesidades de las regiones, especialmente en cuanto a la distribución de los recursos. Necesitamos pasar a un modelo Regional Descentralizado, ya que somos un país con distintas realidades y quién mejor que nosotros sabemos cómo utilizar de mejor forma los dineros de acuerdo a nuestras necesidades.
¿Cómo logramos ese modelo?, lo podemos conseguir entregando mayores grados de autonomía política y administrativa, por ejemplo haciendo una reestructuración en base a grandes macroregiones, que verdaderamente puedan equilibrar y “pelear” el poder de la Metropolitana para así obtener mayores recursos para sus territorios.
Paralelo a lo anterior, debemos profundizar el fortalecimiento las identidades regionales y el traspaso creciente de atribuciones, competencias y dineros desde el gobierno central a los gobiernos locales y también a los municipios.
La idea es generar mayores recursos para las regiones y eso se puede conseguir con el principio de descentralización tributaria, donde las empresas dejen un porcentaje de sus tributos para la zona, siempre que la utilización de dichos recursos sea compatible con los fines que el Estado se propone.
Por eso, en el marco constitucional se tienen que establecer ciertas atribuciones que estén asociadas a las entidades regionales, como el rol que ocupará el gobernador regional y en las municipalidades. Para que con posterioridad todas las leyes se vayan adaptando a eso y sea un régimen efectivo, no solamente una declaración de principios.
De esta forma podremos contar con gobiernos regionales más robustos pero también con municipios, los verdaderos gobiernos locales, como ejes del proceso descentralizador en base a mayores atribuciones y responsabilidades, al igual que sus facultades y plata para dar cumplimiento a los mandatos para los cuales han sido elegidos por la ciudadanía.
Así se podrá mejorar la calidad de vida de quienes vivimos en provincia, donde las instituciones más cercanas, como los municipios y gobiernos regionales, estén más cercanos a nosotros y así poder comenzar a nivelar la cancha, donde la gente que viva en el campo comience a tener las mismas oportunidades de quienes lo hacen en la ciudad, en todo nivel, principalmente en acceso de servicios básicos y áreas tan importantes como salud, educación y vivienda.
Estoy convencida que este es el camino para mejorar la vida de las regiones y que debemos dejar consagrada en la nueva Constitución.
