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Irritabilidad en niñas y niños: ¿Una consecuencia de la pandemia? Niñez

Irritabilidad en niñas y niños: ¿Una consecuencia de la pandemia?

A raíz del Covid–19, la vida de los niños ha cambiado drásticamente, donde muchos padres han advertido más episodios de “pataletas” en un día o semana. Pero, ¿qué factores pueden producir irritabilidad en los niños y niñas? Cambios en su entorno familiar, la situación económica y las pérdidas son algunos de los más comunes.


La irritabilidad es una respuesta normal a eventos del entorno que generan incomodidad o disgusto en los niños y niñas. Se puede manifestar en distintas etapas del desarrollo infantil como una conducta de adaptación al medio, surgiendo de manera ocasional y siendo el niño o la niña capaz de autorregularse luego de expresar la incomodidad que experimenta.

“Cuando la expresión de irritabilidad es intensa y descontrolada, generalmente precedida de un estímulo de escasa importancia, escala rápidamente, persiste en el tiempo, es difícil de regular y requiere en mayor frecuencia la intervención de un adulto para resolverla. Así, se habla entonces de irritabilidad crónica que puede persistir en el tiempo e incluso por meses” indicó la psicóloga infantojuvenil de IntegraMédica, Roxana Payá Contreras.

Cuando la conducta irritable interfiere en lo cotidiano, se vuelve intensa y los padres o cuidador estiman que no pueden manejar al niño o niña en ese estado, es importante buscar orientación y realizar una evaluación con un especialista en salud mental, ya que la identificación precoz de la irritabilidad es importante para la prevención de trastornos emocionales como la ansiedad o depresión.

Es importante que los padres aprendan a distinguir los componentes que provocan irritabilidad en los niños y niñas, los cuales pueden ser:

Conductual: Es una expresión de ira intensa, desmedida o desproporcionada al estímulo o evento. Puede presentar desregulación afectiva, agresión verbal o física.

Emocional: Es una sensación de disgusto, incomodidad, mal humor, baja tolerancia a la frustración, quejas, demandas o exigencias al entorno.

“Actualmente nos encontramos en una pandemia, un evento crítico que saca de lo cotidiano y obliga a tomar protocolos sanitarios que alteran la rutina habitual de los niños y niñas, afectando el entorno familiar, escolar, laboral y social, condiciones que se han mantenido en el tiempo creando incertidumbre, temor a los cambios y exigencias de adaptación inmediatas, sin respetar el ritmo personal de cada persona”, explicó la especialista parte del grupo Bupa.

Sobre los factores que pueden provocar irritabilidad en niños, la psicóloga de IntegraMédica nombró los que más se han identificado durante este periodo:

  • Cambios en el entorno familiar.
  • Aspectos económicos, como cesantía de los padres, bajos ingresos o cambio de domicilio.
  • Experiencias asociadas al Covid–19, como contagio o muerte de familiares cercanos.
  • Conflictos intrafamiliares, como peleas o discusiones a diario.
  • Adaptación a un nuevo sistema escolar, modalidad online o semipresencial, incluyendo el acceso que tienen a dispositivos electrónicos que tengan para realizar las clases o nivel de exigencia del proceso educativo.

¿Cómo se trata la irritabilidad en los niños y niñas?

Cuando la irritabilidad persiste y se convierte en crónica, debe ser advertida por los padres y cuidadores, ya que la aplicación de un tratamiento de manera oportuna puede prevenir el desarrollo de una patología mental que afecte la salud mental de la persona en su etapa adulta. Sobre el tratamiento que se le aplica a los niños y niñas que presentan cuadros de irritabilidad crónica, la experta manifestó que “se puede aplicar psicoterapia, psicoeducación, terapia familiar, orientación al entorno escolar o medidas de tratamiento farmacológico, en casos graves”.

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