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Los efectos negativos de las calificaciones en los niños Niñez

Los efectos negativos de las calificaciones en los niños

La educación exitista trae como consecuencia que se valore el resultado, por sobre el esfuerzo, la dedicación y el compromiso.


Presionar a los niños para que obtengan las mejores notas en el colegio y poner expectativas idealizadas en ellos, les puede generar diversos problemas en su autoestima y salud mental, ya que se acostumbrarán a ser validados y aceptados por su rendimiento y no por sus capacidades.

Algunos estudios evidencian que la sobreexigencia de resultados académicos, puede producir en los estudiantes una desconexión con el aprendizaje, ya que sólo lo entenderán como un deber y no lo percibirán como una oportunidad para potenciar sus habilidades y competencias.

Para Carolina Reyes Cristi, psicóloga, magíster en Psicología Educacional y directora del Colegio Monteluz, hay diversos impactos en el desarrollo integral de los más pequeños.

Aumenta la competitividad

¿Qué nota te sacaste? Es una típica pregunta que se da en los contextos escolares. Tanto de los papás hacia los hijos, como entre los mismos compañeros y profesores. Es común “felicitar” a quienes obtuvieron notas altas y “castigar” a quienes no. Estos métodos promueven la competitividad de forma negativa, ya que sólo otorgan privilegios a quienes logran cumplir con los estándares establecidos. Estos van desde premios (como mejor alumno) hasta facilidades para acceder a algún curso en específico.

La psicóloga indica que estas prácticas impiden la colaboración entre pares, causando separación entre grupos y fomentando su fragmentación. “Esto sucede porque los estudiantes buscan ser reconocidos y aspiran al ‘estatus’ que dan las notas altas. Y a su vez desvalorizan y critican a quienes no las obtienen”, sostiene.

Afecta la autoestima

El aprendizaje, es un fenómeno multifactorial, en él inciden elementos emocionales, sociales, cognitivos y biológicos-madurativos. Cuando se califica con un número, no se da espacio al valor del proceso del esfuerzo, al respeto por los tiempos de cada niño, simplificando el proceso e impactando en la autoestima.

“Los niños con bajas calificaciones sienten que aprendieron, que se esforzaron, pero que las notas no son representativas de su proceso de aprendizaje, esto, inevitablemente afectará a su sentido de autoeficacia, seguridad y confianza personal”, alerta Reyes Cristi.

Genera expectativas

Específicamente en los estudiantes que siempre obtienen altas calificaciones, ya que son ellos mismos quienes comienzan a autoexigirse, debido a que no quieren bajar su rendimiento ni «decepcionar» a sus más cercanos. En consecuencia, cuando obtienen una nota más baja de lo que esperaban, suelen frustrarse de manera significativa.

Asimismo cuando los padres y profesores, perciben que “los estudiantes de altas calificaciones” no obtuvieron la «nota deseada» en una prueba, tienden a reprenderlos usando frases tales como: “¿qué te pasó?”, «¿estudiaste lo suficiente?» o “esperaba más de ti”. La especialista es enfática al señalar que es muy grave transmitir que no existe espacio para la equivocación, ya que puede causar problemas psicológicos en los alumnos y en casos más severos, los niños pueden presentar cuadros ansiosos, trastornos del sueño, bruxismo, baja tolerancia a la frustración, crisis de angustia y cuadros depresivos.

Estigmatización

La lógica separatista que provocan las evaluaciones con nota, da pie a la estigmatización, donde los cursos pasan a dividirse en los “mateos”, los “porros” o “mediocres”. Es común al interior de la cultura escolar que tanto profesores como los mismos alumnos identifiquen con estos rótulos y los utilicen como marcas que definen la valía personal de los niños.

“De esta manera, la nota deja de ser el resultado frente a una evaluación, sino que se convierte en un elemento constitutivo de su autoconcepto, que los escolares internalizan e integran a la definición de sí mismos: ‘Soy flojo’, ‘soy tonto’, ‘soy inteligente’ o ‘soy responsable’, como conceptos que pasan a formar parte de sus propias características personales”, manifiesta la experta.

Sugerencias para las madres y padres

Para que las evaluaciones no afecten la autoestima de los niños, la directora del Colegio Monteluz invita a los padres a valorar a sus hijos por el amor y compromiso que éstos entregan a sus estudios. ¿Cómo hacerlo? estableciendo espacios de diálogo y encuentro con ellos, para expresarles que aprecian el esfuerzo, la dedicación y el tiempo que han dado en este proceso aprendizaje.

Tampoco es recomendable castigarlos si obtienen calificaciones deficientes, sino que es deseable transmitirles que éstas son oportunidades de aprendizaje y crecimiento. “Es primordial no valorarlos por su rendimiento, sino enseñarles a poner en perspectiva que la nota sólo obedece a un resultado específico en un momento determinado”. Destaca Carolina Reyes Cristi.

Informes cualitativos: un reemplazo integral

Carolina Reyes Cristi propone un cambio significativo en la medición de los conocimientos. Reemplazar las calificaciones tradicionales, por la realización de informes cualitativos de carácter integral. Para que de esta manera, no sólo se evalúe el aprendizaje cognitivo y académico, sino que también, se incorpore el desarrollo en los ámbitos sociales y emocionales.

De esta forma, además de contemplar el carácter holístico de un estudiante, se añada una mayor riqueza de elementos. “Estos informes deben estar conformados con criterios e indicadores explícitos y claros, de tal manera de evaluar las metas de aprendizaje y el desarrollo que se espera generar en los niños”.

“Junto con esto, se pueden incorporar procesos de autoevaluación y coevaluación entre pares, desarrollando así, el pensamiento crítico, analítico y la propia conciencia respecto de los procesos de aprendizaje”, concluye.

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