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El retorno a clases seguro para abordar crisis alimentaria producto de la pandemia Niñez

El retorno a clases seguro para abordar crisis alimentaria producto de la pandemia

Entidades como Unesco, Unicef, FAO, Junaeb, INTA y la Sociedad Chilena de Pediatría han señalado que el retorno a clases presenciales es clave para abordar crisis alimentaria que afecta a alumnos más vulnerables y que los afecta una mal nutrición.


La intermitencia de clases presenciales producto del Covid-19 no solo ha afectado en términos educacionales y socioemocionales a niños y jóvenes, sino que también implicó una serie de limitaciones y carencias en la alimentación de todos aquellos quienes recibían beneficios a través de distintos programas estatales, tales como el Programa de Alimentación Escolar (PAE).

Un estudio de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-, estimó que la población chilena que sufre subalimentación (hambre de forma constante) alcanzó un 3,4% entre 2018 y 2020, comparado con el 3,1% visualizado entre 2004 y 2006.

Es decir, a nivel nacional afectó a 600 mil personas en los últimos tres años. Además, 3,4 millones sufrieron de inseguridad alimentaria (dificultad para acceder a alimentos saludables y nutritivos) grave o moderada entre 2018 y 2020, en comparación con los 1,9 millones de chilenos entre 2014 y 2016.

Se suman a estas cifras que el 18% de los chilenos, ha experimentado inseguridad alimentaria, es decir, que por falta de dinero o recursos ha dejado de comer. Por su parte, Junaeb señala que un 54% de los estudiantes presenta sobrepeso, obesidad, u obesidad severa; y un 2,6% desnutrición. Adicionalmente, el retraso en talla alcanzó en 2020 una prevalencia de un 5,5%.

Se trata de una realidad que no solo se ha presentado en Chile, sino que en distintos países del mundo luego de la irrupción de la pandemia. En este contexto, organizaciones internacionales como Unicef, Unesco, FAO; e instituciones nacionales como el Ministerio de Educación, Sociedad Chilena de Pediatría y Junaeb, entre otros, enfatizaron en la importancia de la reapertura de colegios- donde estén dadas las condiciones sanitarias- para enfrentar la crisis de alimentación, sedentarismo y malnutrición producto de la pandemia.

“Esta situación podría deberse en gran parte a que nuestros NNA (niños, niñas y adolescentes) no han podido ir a la escuela y alimentarse en ella», han dicho desde Junaeb. La reconversión del PAE permitió contar con una solución de urgencia para seguir llegando a los estudiantes con la entrega de canastas de alimentación con los nutrientes necesarios.

Pero la eficacia del Programa de Alimentación requiere de la asistencia presencial y para ello las escuelas abiertas, aseveran los expertos.

Una de las concesionarias de Junaeb encargada de proporcionar alimentos a casinos de colegios y también mediante canastas para los adheridos al programa PAE, es Soser, empresa que además de contar con altos estándares y protocolos sanitarios en la manipulación y distribución de alimentos, se enfoca en proporcionar alimentos saludables.

“Entre las medidas que las empresas concesionarias tuvimos que implementar a contar de 2020 para hacer frente a este cese de asistencia a comedores, estuvo el expedito cambio en toda nuestra logística y funcionamiento con el objetivo de entregar canastas de alimentos, las que permitieron que los alumnos siguieran recibiendo este beneficio”, explica Matías Pizarro, gerente general de Soser.

Marcela Badilla, gerente técnico de la empresa complementa: “El aumento de la malnutrición por exceso crece cada vez más a nivel país, lo cual nos lleva a ver cifras preocupantes en nuestra población chilena; si nos enfocamos en el grupo de preescolares y escolares, vemos resultados muy alarmantes en donde la obesidad y el sobrepeso se hacen presentes en todas las escuelas a lo largo del país, lo cual va de la mano al aumento de las cifras de retraso en el crecimiento”.

En este sentido, otro informe de la FAO señaló que existe mayoritariamente desnutrición en niños del norte de Chile y obesidad en aquellos que viven en ciudades del sur.

Badilla explica: “En los niveles socioeconómicos más bajos vemos una lata tasa de sobrepeso. La falta de recursos económicos y el desconocimientos sobre hábitos alimentarios, lleva a las familias a una mala elección de alimentos, predominando aquellos ultraprocesados, de alto contenido de carbohidratos, azúcares, sodio etc. los cuales son un tanto más económicos y de mayor volumen que hacen creer que serán más saciadores”.

Además, agrega: “Sebusca poder llegar a todos los niños vulnerables de nuestro país, ya que en muchos casos representa la principal fuente de alimentos que reciben diariamente. Por lo cual procuramos entregar una alimentación variada y equilibrada nutricionalmente, conforme a las bases y condiciones entregadas en las licitaciones adjudicadas”.

Una de las miles de familias beneficiadas en Chile, que recibe alimentos a través del PAE, es la de Catherine Araos, encargada de aseo en la empresa Ariztía de Paico. Ella vive con sus dos hijos, Teresa y Gustavo, quienes cursan cuarto medio en el Liceo 120 de Talagante y cuarto básico en la Escuela Honduras de Lo Chacón, respectivamente.

“Estoy muy agradecida por todos los productos que recibimos durante todos estos meses, ya que además los combinamos a la hora de cocinar con mercadería que compramos habitualmente para el hogar y que finalmente esta ayuda compensa una parte de ese gasto mensual», destaca.

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